General Carlos Peñaloza
8 Abril, 2011
*** La mega-estafa al Fondo de Pensiones ha hecho brotar con la fuerza de un reventón petrolero la tortuosa situación de PDVSA, cuya profundidad ha sorprendido al propio Presidente de la República. En dos entregas, hoy y mañana, haremos una primera exploración de este enredo.El Grupo Garibaldi, que ha salido a la luz por su rol en la estafa por más de 500 millones de dólares al Fondo de Pensiones de PDVSA, ha tenido una importancia decisiva en lo que ha ocurrido en Venezuela durante los últimos años. Como representante de los intereses cubanos en Venezuela elaboró la plataforma electoral para la campaña de Chávez en 1998. El líder del grupo, Jorge Giordani, graduado en planificación urbana, se reservó el modesto cargo de ministro de Planificación Económica.
Sorprendentemente, durante la primera etapa del régimen inaugurado en 1999, en el poderoso Ministerio de Finanzas continuó Maritza Izaguirre, una economista de centro izquierda que formó parte del último gabinete de Caldera. Ese nombramiento se hizo para evitar alarmas entre los inversionistas. Entretanto, Giordani, en baja silueta, fue colocando sus piezas en el tablero. Una de sus primeras jugadas fue ubicar a uno de sus fichas, José Rojas, como viceministro de Izaguirre. Otro jugada importante fue reclutar al teniente Rafael Isea, un golpista del 4F quien había sido asistente personal de Chávez al salir de la cárcel. El teniente cayó bajo su influencia cuando fue su discípulo en el CENDES. Luego de las elecciones del 98 Giordani convenció a Isea para que fuera su asistente en el ministerio de Planificación. De allí pasa Isea a Miraflores, de nuevo como asistente ejecutivo de Chávez. Una posición clave que facilitaba el acceso directo y permanente a Chávez. De esa manera Giordani fue enhebrando su espesa telaraña de control sobre la estructura financiera del Estado. Simultáneamente inició una tarea de zapa para sacar del entorno presidencial a rivales como el teniente Alejandro Andrade, asistente y persona de confianza de Chávez, quien manejaba áreas financieras importantes.
Con Rojas en Finanzas “El Monje” Giordani ejerció vigilancia día a día sobre el área y fue imponiendo sus políticas. Una de las primeras movidas de Rojas fue contratar como asesor de su oficina a Francisco Illaramendi, quien hasta ese momento trabajaba para el Credit Suisse. Esta es una conocida compañía internacional que presta servicios financieros de asesoramiento y manejo de dinero a grandes clientes corporativos y gubernamentales. Es el mundo de las cuentas secretas.
Clave para el nombramiento de Rojas fue la primera visita de Chávez a New York, en junio de 1999. José Rojas fue incorporado a la comitiva y se las arregló para presentarle a Chávez su colega Francisco Illaramendi. Ambos acompañaron al Presidente en su visita de la bolsa de Nueva York. En esa visita Credit Suisse logró que Chávez lanzara la primera bola en un juego de los Mets en el Shea Stadium. Pero el hit lo dio Rojas, quien poco después fue designado ministro de Finanzas.
Rojas es un hombre estudioso y su curriculum lo prueba. Es un graduado en Estadística y tiene un PHD en Econometría. Esos títulos son importantes, pero no corresponden al perfil de un ministro de finanzas. En realidad, Rojas es un teórico que se había dedicado a la enseñanza universitaria. Sin experiencia en el área financiera, su principal mérito es ser miembro del Grupo Garibaldi. Otro factor digno de atención es que su segundo apellido Ramírez, el cual tiene un papel importante en esta historia.
Rojas trajo con él a su amigo Francisco Illaramendi, operador financiero con experiencia en Wall Street. Cuando el Ministerio de Finanzas hizo su primera emisión de bonos en febrero del 2000, Illaramendi estuvo al frente del grupo negociador que por supuesto escogió al Credit Suisse para colocarla. El lanzamiento de la primera bola en el Shea Stadium seguía dando sus frutos. Había un evidente conflicto de intereses, pero, por supuesto, nadie dijo nada. Muy pronto Illaramendi se hizo amigo de Giordani, quien cariñosamente lo llamaba “gordo”. Poco a poco su rol se extendió asesorando a Rojas en colocaciones en la banca privada, notas estructuradas y operaciones de cambio con los fondos que maneja discrecionalmente y sin control el presidente Chávez. De esta manera Illaramendi, siendo ficha del Opus Dei criado por los jesuitas, se convirtió en el genio financiero del ultra-izquierdista Grupo Garibaldi.
En 2001 José Rojas deja el Ministerio de Finanzas y va a ocupar el cargo de representante de Venezuela ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington. Con el se lleva al teniente Rafael Isea. Ya Giordani había decidido que el joven y obediente teniente sería un Ministro de Finanzas que el podría controlar.
Continuará mañana…
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