La prensa ha anunciado el regreso del presidente Chávez a Venezuela bajo un fuerte aguacero, luego del periplo que lo llevara a recorrer varios países, incluidos Rusia, Bielorusia, Irán, Libia, Siria y Portugal. En su presentación realizada en cadena nacional, ha anunciado que dicha gira le permitió firmar 69 acuerdos y lograr la configuración de un nuevo esquema de multipolaridad en las relaciones internacionales, del cual formaría parte Venezuela con dichos países.
Lo primero que salta a la vista es que Chávez ha firmado dichos acuerdos sin haber consultado previamente al país sobre el contenido y extensión de las obligaciones asumidas por Venezuela con otros países como resultado de los mismos, en una variedad de materias que incluyen la venta de activos (acciones de PDVSA en las refinerías alemanas), la construcción de una planta nuclear en el curso de 12 años, la constitución de un banco binacional con Rusia, la construcción de viviendas, la adquisición de armas y equipos militares, la explotación de la faja petrolera del Orinoco, la adquisición de barcos y computadoras, y para usted de contar para no fastidiar a los lectores de esta crónica...Esta inconsulta asunción de compromisos debe ser sometida a la consideración y aprobación de la Asamblea Nacional que se instala en enero de 2011 y no al casi extinto cuerpo legislativo que sólo le quedan apenas dos meses de existencia, pues sólo la primera sería la genuina representante de la nación venezolana para pronunciarse sobre acuerdos que enajenan o gravan severamente el patrimonio nacional en condiciones que lucen francamente onerosas y dañinas durante muchos años por venir.
Por otra parte, el hecho de que los 69 acuerdos sean presentados como la panacea para solucionar los inmensos problemas que vive el pueblo venezolano debido a la incapacidad del teniente-coronel Chávez, luego de doce años de su mal gobierno, incluida una supuesta configuración de un nuevo esquema de multipolaridad mundial, sólo podría ser comprendido como una expresión de realismo mágico. En efecto, tal como se define este concepto, en el realismo mágico la "realidad ‘veraz’, tal cual la podemos conocer de nuestra vida cotidiana, se ve quebrada abruptamente por elementos fantásticos que se mezclan en un contexto donde son parte de esa realidad, colocando a los personajes en un contexto que conjuga realidad y fantasía y les devuelve un mundo cotidiano, que es aceptado como normal (material preparado por la profesora Ma. Esther Risso el 15-04-05, en: http://www.ladeliteratura.com.uy/aula/apuntes/realismo%20magico.htm)”.
En otras palabras, los 69 acuerdos y la mentada multipolaridad no son sino parte de una fantasía que se pretende que el pueblo venezolano acepte como parte de una realidad normal, a través de una manipulación mediática y desinformación, cuando efectivamente no hacen sino causar inmensos daños al patrimonio público y comprometer indebidamente a las generaciones futuras de venezolanos. Los mismos deben ser rechazados, cuando no dejados sin efecto, en la primera oportunidad posible. Saludos, jotabe
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