O la enfermedad es realmente grave o ambientan un regreso "mágico" del líder invencible
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
domingo 26 de junio de 2011 12:00 AM
No cabe duda que el Presidente está enfermo y no se trata de una gripe que se resuelve con dos días de descanso, té caliente, miel y limón. Las incertidumbres son otras. ¿Cuán grave es esa enfermedad? ¿Qué impacto tiene sobre su popularidad?
Una ausencia tan prolongada en el medio del secretismo típico de los países comunistas en la Guerra Fría sólo puede obedecer a uno de los siguientes escenarios: 1) la enfermedad es realmente grave o 2) la misma es controlable y lo que están haciendo es ambientar un regreso "mágico" del líder invencible.
En el primer escenario, la enfermedad de Chávez podría resultar más seria de lo que han reconocido. En ese caso, se explicaría la decisión de bloquear toda información y tratarlo en Cuba, dado que en Caracas sería imposible evitar la fuga de información, incluyendo callar al propio paciente. ¿Y por qué evitarla? Simple, porque el hecho de que Chávez tenga una enfermedad relevante no indica necesariamente que no pueda continuar una campaña, ganar una elección y dejar la mesa lista para la continuidad de la revolución después de su retiro. Pero esto sólo ocurriría si se cumplen dos condiciones: la enfermedad no le impide todavía enfrentar una campaña (aunque sea a menor ritmo) y las masas no se dan cuenta de la dimensión del problema como para cuestionarse votar por un hombre debilitado. De ahí que informar sería contraproducente y lo prudente será esperar que tenga suficiente fuerza para aparecer maquillado. Si el escenario es todavía más dramático y Chávez no está en condiciones de enfrentar la campaña (cosa que dudo) igual el secreto momentáneo le conviene, mientras se toman las decisiones en un movimiento donde los reemplazos potenciales han sido destruidos por su mismo líder.
El segundo escenario (y quizás el más probable) es que la enfermedad haya costado controlarla, pero esperan hacerlo sin mayores complicaciones y suponen restablecimiento pleno de su salud en un tiempo prudencial.
Si este es el caso ¿por qué en vez de abrir la información al público y entregarle las buenas nuevas, la estrategia ha sido la contraria, evitando todo reporte médico serio sobre su evolución y limitándose a información muy general, que, para ser consistentes, no la da el médico tratante sino un general cuando dice que "el Presidente está más fuerte que nunca". No necesita el militar ningún examen de sangre, orina, heces, radiografías, pruebas de esfuerzo, holster, ecos, electrocardiogramas, endoscopias o tomografías. Es suficiente para él una conversación telefónica con Chávez para ofrecer tan concluyente diagnóstico de fortaleza, lo cual supera por mucho los avances tecnológicos usados por la clínica Mayo de Houston.
La razón de este bloqueo de información especializada podríamos encontrarla en una estrategia de preparación previa al gran relanzamiento presidencial. La idea sería estimular, con el vacío informativo, el surgimiento de rumores negativos que hagan más espectacular y rocambolesco el regreso presidencial. Mientras más se diga que Chávez esta acabado y deteriorado, menos energía necesitará por contraste para mostrarse como el superhombre que vence todas las adversidades. Sólo requiere aparecer en el medio de un evento colorido del tipo Miss Venezuela de Joaquín Riviera para limpiar las dudas sobre su capacidad de gobernar por "otra docena de años tan linda como esta". No tengo idea en cuál escenario estamos realmente, pero hay que tener en cuenta que Chávez se ha hecho el protagonista de un Reality Show para mostrar su fuerza y ahora decidió salir del aire momentáneamente para no mostrar sus debilidades, pero eso no indica que haya cancelado el programa.
Los actores aprenden de chiquitos que llueva, truene o relampaguee... el show debe continuar.
Una ausencia tan prolongada en el medio del secretismo típico de los países comunistas en la Guerra Fría sólo puede obedecer a uno de los siguientes escenarios: 1) la enfermedad es realmente grave o 2) la misma es controlable y lo que están haciendo es ambientar un regreso "mágico" del líder invencible.
En el primer escenario, la enfermedad de Chávez podría resultar más seria de lo que han reconocido. En ese caso, se explicaría la decisión de bloquear toda información y tratarlo en Cuba, dado que en Caracas sería imposible evitar la fuga de información, incluyendo callar al propio paciente. ¿Y por qué evitarla? Simple, porque el hecho de que Chávez tenga una enfermedad relevante no indica necesariamente que no pueda continuar una campaña, ganar una elección y dejar la mesa lista para la continuidad de la revolución después de su retiro. Pero esto sólo ocurriría si se cumplen dos condiciones: la enfermedad no le impide todavía enfrentar una campaña (aunque sea a menor ritmo) y las masas no se dan cuenta de la dimensión del problema como para cuestionarse votar por un hombre debilitado. De ahí que informar sería contraproducente y lo prudente será esperar que tenga suficiente fuerza para aparecer maquillado. Si el escenario es todavía más dramático y Chávez no está en condiciones de enfrentar la campaña (cosa que dudo) igual el secreto momentáneo le conviene, mientras se toman las decisiones en un movimiento donde los reemplazos potenciales han sido destruidos por su mismo líder.
El segundo escenario (y quizás el más probable) es que la enfermedad haya costado controlarla, pero esperan hacerlo sin mayores complicaciones y suponen restablecimiento pleno de su salud en un tiempo prudencial.
Si este es el caso ¿por qué en vez de abrir la información al público y entregarle las buenas nuevas, la estrategia ha sido la contraria, evitando todo reporte médico serio sobre su evolución y limitándose a información muy general, que, para ser consistentes, no la da el médico tratante sino un general cuando dice que "el Presidente está más fuerte que nunca". No necesita el militar ningún examen de sangre, orina, heces, radiografías, pruebas de esfuerzo, holster, ecos, electrocardiogramas, endoscopias o tomografías. Es suficiente para él una conversación telefónica con Chávez para ofrecer tan concluyente diagnóstico de fortaleza, lo cual supera por mucho los avances tecnológicos usados por la clínica Mayo de Houston.
La razón de este bloqueo de información especializada podríamos encontrarla en una estrategia de preparación previa al gran relanzamiento presidencial. La idea sería estimular, con el vacío informativo, el surgimiento de rumores negativos que hagan más espectacular y rocambolesco el regreso presidencial. Mientras más se diga que Chávez esta acabado y deteriorado, menos energía necesitará por contraste para mostrarse como el superhombre que vence todas las adversidades. Sólo requiere aparecer en el medio de un evento colorido del tipo Miss Venezuela de Joaquín Riviera para limpiar las dudas sobre su capacidad de gobernar por "otra docena de años tan linda como esta". No tengo idea en cuál escenario estamos realmente, pero hay que tener en cuenta que Chávez se ha hecho el protagonista de un Reality Show para mostrar su fuerza y ahora decidió salir del aire momentáneamente para no mostrar sus debilidades, pero eso no indica que haya cancelado el programa.
Los actores aprenden de chiquitos que llueva, truene o relampaguee... el show debe continuar.
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