THAYS PEÑALVER | EL UNIVERSAL
jueves 23 de junio de 2011 10:05 AM
Lo ocurrido en El Rodeo es mucho más grave de lo que se piensa. No solo porque bajo "fuego muy nutrido" durante ocho horas murieron dos oficiales y otros 22 miembros de la Guardia Nacional resultaron heridos, lo que es posiblemente la peor tragedia ocurrida a en su seno en muchos años. No solo porque lograron decomisar en un solo penal 7 fusiles automáticos con 28 cargadores, 5 mil municiones y 8 granadas de mano, además de otras 33 armas bastante modernas.
Si ocho horas de fuego nutrido, 24 muertos y heridos "en combate", fueron los necesarios para desarmar un solo edificio, no me puedo imaginar lo qué va a ser necesario para desarmar a los barrios. La revolución no puede garantizar, ya no que tengan chuzos y chopos o una que otra pistola en los penales, sino que no entren 10 fusiles y carabinas automáticas con 5 mil municiones, ahora bien no quiero pensar en lo que hay en los barrios. Ya no es que los delincuentes están mejor armados que la policía, sino que están preparados para la guerra.
Pero hay algo peor que no había pasado nunca y es el total irrespeto de esos delincuentes hacia la Guardia Nacional, lo que refleja el menosprecio gestado en el pensamiento criminal a causa de la impunidad revolucionaria, que es la que impera en este país. Para los presos de antes, enfrentarse a "La Guardia" era impensable y los resultados de El Rodeo, son una señal inequívoca del gravísimo problema que se avecina. Los 10 fusiles y carabinas, las granadas de mano, pero sobre todo, esto último son las señales de que hay que actuar firme ahora y rápido, porque el espejo mexicano ya está presente en Venezuela y será más grave.
Los delincuentes no están acabando con la oposición, como algunos piensan con cierta lógica, porque en realidad la inseguridad revolucionaria lo que ha logrado es que los votos opositores crezcan. Pero con lo que sí está la acabando la delincuencia, es con el propio modelo político que ha sido permisivo con ellos y que ha tolerado esta situación, porque es que el orden es sinónimo de autoridad y al parecer poner orden en Venezuela, resta votos. Los revolucionarios no entienden que los delincuentes están arrasando con "el proceso" y que son como dijo Fidel Castro: "La quinta columna que puede dañar a la revolución".
En 1998 el periódico cubano Juventud Rebelde publicó un trabajo titulado "Uno de los nuevos grandes desafíos: el delito contra la revolución", causó impacto dentro y fuera de la isla, porque por primera vez una publicación se atrevía a poner en el tapete el aumento de la delincuencia en Cuba. Fidel Castro en un discurso se refirió al escrito reconociendo que la situación estaba "muy bien planteada por el periódico".
Para Venezuela la delincuencia promete tiempos rudos pero como siempre no vemos el problema, en México ocurrió así y ya hay ciudades enteras arrasadas por una guerra salvaje como las que vemos en la TV. En Brasil, Lula "puso orden" en muchas favelas porque no iba a permitir que la "Quinta Columna" arruinara sus logros. Les recuerdo a los revolucionarios permisivos con la delincuencia en Venezuela y que aún no entienden el problema en el que están metidos, estas palabras de su líder cubano: "la revolución no tiene que renunciar a su carácter humanitario para ser firme". Lo que se avecina en Venezuela, será quizás el problema más grave de Latinoamérica, porque quienes nos están gobernando realmente, son esa "Quinta Columna" armada de fusiles, granadas y miles de municiones, no los revolucionarios.
Si ocho horas de fuego nutrido, 24 muertos y heridos "en combate", fueron los necesarios para desarmar un solo edificio, no me puedo imaginar lo qué va a ser necesario para desarmar a los barrios. La revolución no puede garantizar, ya no que tengan chuzos y chopos o una que otra pistola en los penales, sino que no entren 10 fusiles y carabinas automáticas con 5 mil municiones, ahora bien no quiero pensar en lo que hay en los barrios. Ya no es que los delincuentes están mejor armados que la policía, sino que están preparados para la guerra.
Pero hay algo peor que no había pasado nunca y es el total irrespeto de esos delincuentes hacia la Guardia Nacional, lo que refleja el menosprecio gestado en el pensamiento criminal a causa de la impunidad revolucionaria, que es la que impera en este país. Para los presos de antes, enfrentarse a "La Guardia" era impensable y los resultados de El Rodeo, son una señal inequívoca del gravísimo problema que se avecina. Los 10 fusiles y carabinas, las granadas de mano, pero sobre todo, esto último son las señales de que hay que actuar firme ahora y rápido, porque el espejo mexicano ya está presente en Venezuela y será más grave.
Los delincuentes no están acabando con la oposición, como algunos piensan con cierta lógica, porque en realidad la inseguridad revolucionaria lo que ha logrado es que los votos opositores crezcan. Pero con lo que sí está la acabando la delincuencia, es con el propio modelo político que ha sido permisivo con ellos y que ha tolerado esta situación, porque es que el orden es sinónimo de autoridad y al parecer poner orden en Venezuela, resta votos. Los revolucionarios no entienden que los delincuentes están arrasando con "el proceso" y que son como dijo Fidel Castro: "La quinta columna que puede dañar a la revolución".
En 1998 el periódico cubano Juventud Rebelde publicó un trabajo titulado "Uno de los nuevos grandes desafíos: el delito contra la revolución", causó impacto dentro y fuera de la isla, porque por primera vez una publicación se atrevía a poner en el tapete el aumento de la delincuencia en Cuba. Fidel Castro en un discurso se refirió al escrito reconociendo que la situación estaba "muy bien planteada por el periódico".
Para Venezuela la delincuencia promete tiempos rudos pero como siempre no vemos el problema, en México ocurrió así y ya hay ciudades enteras arrasadas por una guerra salvaje como las que vemos en la TV. En Brasil, Lula "puso orden" en muchas favelas porque no iba a permitir que la "Quinta Columna" arruinara sus logros. Les recuerdo a los revolucionarios permisivos con la delincuencia en Venezuela y que aún no entienden el problema en el que están metidos, estas palabras de su líder cubano: "la revolución no tiene que renunciar a su carácter humanitario para ser firme". Lo que se avecina en Venezuela, será quizás el problema más grave de Latinoamérica, porque quienes nos están gobernando realmente, son esa "Quinta Columna" armada de fusiles, granadas y miles de municiones, no los revolucionarios.
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