Thursday, January 24, 2013

La perversa ironía de Chaderton

En: http://www.eluniversal.com/opinion/130124/la-perversa-ironia-de-chaderton

HUGO SANTAROMITA |  EL UNIVERSAL
jueves 24 de enero de 2013  12:00 AM
El reciente enfrentamiento en la OEA entre Venezuela y Panamá, sobre la cuestionada constitucionalidad del gobierno venezolano, nos puso a pensar sobre la idoneidad de los diplomáticos y su verdadera capacidad para la resolución de los conflictos. La locuaz intervención del embajador Roy Chaderton, arremetiendo contra Guillermo Cochez, no fue sino producto del esculpido y perverso lenguaje al cual nos tiene acostumbrados.

Chaderton, un converso socialcristiano, devenido chavista, por obra y gracia de sus modales cortesanos, desnuda a una Venezuela marcada por el signo decadente del malabarismo político. No en balde protagoniza esa triste intervención donde denigra abiertamente contra el destituido Willy Cochez, el representante panameño, lo que significa otra muestra del pobre discurso de la diplomacia venezolana para defender, con argumentos, lo que insólitamente está ocurriendo con su gobierno desde el pasado l0 de enero.

Pero viniendo de Chaderton no quedaba sino pensar si eso era una parodia más del deslumbrante festín de facto que tiene lugar en Caracas, o provenía de la mente decadente de este diplomático desvencijado por el oportunismo, y desahuciado por las prebendas acumuladas por los años de servicio. Lo cierto es que estamos en presencia de un viejo lobo edulcorado por el sabor y la prestancia de los modales diplomáticos, pero entrenado con la fraudulenta sagacidad de un provocador profesional.

Cuando acusaba a Cochez de conspirador de la derecha, y de "patán y mal pintor", nos hizo recordar a la señora ofendida a la que no habían tomado en cuenta como anfitriona del té de canasta de su comunidad, sacándole los trapos sucios a su malvada oponente. Pero voy más allá: Chaderton es una especie de figurín de mil cabezas que asume su rol depredador, para atacar sin piedad a todo aquel que se oponga al proyecto chavista, conforme le dicta su genuflexión.

Esta suerte de lord inglés devaluado se olvida que nació y creció en una diplomacia muy distinta y mucho más ejemplar que la que hoy sirve a los intereses de Venezuela. Antes, una diplomacia de Estado, hoy, simplemente un comparsa plegada a un proyecto desgastado y desmoralizado.

Pero el choque con Cochez fue, sin dudas, la gota que derramó el vaso. Ya en el pasado, miraba de reojo al representante panameño en la OEA, pero en este último evento fue sencillamente devastador, pues se parecía al periodista de farándula que ataca sin piedad al colega que habla mal de su ídolo musical.

Correctas o no, las declaraciones de Cochez sirvieron para internacionalizar y denunciar la inconstitucionalidad del gobierno venezolano y dejar al desnudo la complicidad continental con el régimen chavista por parte del secretario Insulza, que pone en riesgo la propia existencia de la OEA.

La diplomacia venezolana debe estar reventando de euforia, no sólo por el "triunfo" de este diplomático de moral victoriana y garganta lacerante, sino por el inmenso botín petrolero, que le tapa los ojos al continente y pone en evidencia la debilidad de los gobiernos frente a los negociados y la necesidad de subsistencia.

El sarcasmo de Chaderton quedará en los libros como uno de los ingredientes más inaceptables protagonizados por diplomático alguno en la historia de Venezuela.

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