ELIDES J. ROJAS L. | EL UNIVERSAL
miércoles 23 de enero de 2013 12:00 AM
La ausencia de Chávez, luego de 14 años como presidente, está dejando un tremendo vacío en las filas del oficialismo. Eso es obvio. Una organización política en la que todo dependía de una sola voz y de un solo dedo mágico se tambalea si pierde la única base que tenía. Pero, más allá de lo elemental, hay que admitir que el oficialismo está haciendo todos los esfuerzos para mantener esa columna vertebral lo más estable que pueda de cara a la militancia de base del partido; es decir con relación al pueblo.
Ya la cúpula sabe claramente qué ocurrió y qué ocurrirá en los próximos meses. Y actúan en consecuencia. El ungido por el mismo Chávez hace la suplencia con más carencias que aciertos, pero sigue el librito de los castrocubanos que si nos guiamos por la experiencia con Chávez, es cosa de tiempo solamente para que Maduro se posicione con fortaleza a punta de plata, neveras, discursos, giras, viajes en los aviones de Pdvsa, entregas de cajas de fósforos habitacionales, inauguración de bodegas y toda esa gran lista que, al menos una vez por semana, el exlíder del proceso se ocupaba de promover en cadena nacional repetida mil veces.
En eso anda y en eso seguirá. Es necesario subir puntos antes de dar el siguiente paso. Y cuando se dice subir puntos no es pasar de 15% a 25%. No debe alcanzar los niveles del comandante ausente. Debe montarse entre 55 y 60%. Cuando los castrocubanos tengan esos números vendrá la siguiente fase. Hay que sacar del mapa mental a Chávez. Dejarlo en segundo plano. Lo único que importará será Maduro. Maduro será Chávez. Por lo pronto utiliza al jefe en reposo como una especie de muletilla existencial que es lo que le da vida y lo sostiene frente a las cámaras, pues calle no ha habido hasta ahora. Si acaso uno o dos actos de empleados públicos forzados.
Por eso el discurso de Maduro y otros próceres del oficialismo suena así, más o menos: acabaremos con esta oposición apátrida y miserable. Ya saben lo que le haremos a la oposición con esta yuca gigante que me entregan en este mercado. Exijo respeto para micomandantepresidente quien se está recuperando en Cuba. Chávez tiene el derecho a recuperarse tranquilo. Vamos construyendo el socialismo y destruyendo las huellas del imperio en el país. Vamos hacia el socialismo total. Comandante, tranquilo que cuando usted venga encontrará a esta revolución viento en popa. La oposición está en guerra sucia contra el pueblo. Es guerra psicológica. Decir mil cosas contra el proceso, contra el comandante Chávez. No respetan. Nosotros le decimos a la burguesía apátrida que tiene el apoyo de sectores imperialistas que respete. Ganaremos.
Está clarito, ¿no?
Ya la cúpula sabe claramente qué ocurrió y qué ocurrirá en los próximos meses. Y actúan en consecuencia. El ungido por el mismo Chávez hace la suplencia con más carencias que aciertos, pero sigue el librito de los castrocubanos que si nos guiamos por la experiencia con Chávez, es cosa de tiempo solamente para que Maduro se posicione con fortaleza a punta de plata, neveras, discursos, giras, viajes en los aviones de Pdvsa, entregas de cajas de fósforos habitacionales, inauguración de bodegas y toda esa gran lista que, al menos una vez por semana, el exlíder del proceso se ocupaba de promover en cadena nacional repetida mil veces.
En eso anda y en eso seguirá. Es necesario subir puntos antes de dar el siguiente paso. Y cuando se dice subir puntos no es pasar de 15% a 25%. No debe alcanzar los niveles del comandante ausente. Debe montarse entre 55 y 60%. Cuando los castrocubanos tengan esos números vendrá la siguiente fase. Hay que sacar del mapa mental a Chávez. Dejarlo en segundo plano. Lo único que importará será Maduro. Maduro será Chávez. Por lo pronto utiliza al jefe en reposo como una especie de muletilla existencial que es lo que le da vida y lo sostiene frente a las cámaras, pues calle no ha habido hasta ahora. Si acaso uno o dos actos de empleados públicos forzados.
Por eso el discurso de Maduro y otros próceres del oficialismo suena así, más o menos: acabaremos con esta oposición apátrida y miserable. Ya saben lo que le haremos a la oposición con esta yuca gigante que me entregan en este mercado. Exijo respeto para micomandantepresidente quien se está recuperando en Cuba. Chávez tiene el derecho a recuperarse tranquilo. Vamos construyendo el socialismo y destruyendo las huellas del imperio en el país. Vamos hacia el socialismo total. Comandante, tranquilo que cuando usted venga encontrará a esta revolución viento en popa. La oposición está en guerra sucia contra el pueblo. Es guerra psicológica. Decir mil cosas contra el proceso, contra el comandante Chávez. No respetan. Nosotros le decimos a la burguesía apátrida que tiene el apoyo de sectores imperialistas que respete. Ganaremos.
Está clarito, ¿no?
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