Gustavo Coronel
El
santo padre acaba de hablar sobre Venezuela. Dice:
“Hubo
una intervención de la Santa Sede bajo pedido fuerte de los cuatro
Presidentes que estaban trabajando como facilitadores. Y la cosa no
resultó. Y quedó ahí. -No
resultó porque las propuestas no
eran aceptadas, o se diluían, era un sí-sí, pero no-no. Todos conocemos
la difícil situación de Venezuela, que es un país al que yo quiero
mucho. -Y
sé que ahora están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que de los cuatro presidentes, para relanzar esta facilitación y están buscando el lugar. Yo creo que tiene que ser con condiciones
ya, condiciones muy claras. -Parte
de la oposición no quiere esto. Es curioso, la misma oposición está
dividida, y por otro lado parece que lo conflictos se agudizan cada vez
más. -Pero
hay algo en movimiento. Estuve informado de eso, pero está muy en el aire todavía. Pero, todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, con las garantías necesarias, si no jugamos
al “tin tin pirulero”, y no va la cosa”.
Es
esto todo lo que tiene que decir sobre Venezuela un hombre de su
estatura moral, cabeza de la iglesia católica, quien debe estar bien
enterado de lo que sucede y ha sucedido en Venezuela durante todos estos
años, que debe saber qué hace un mes el país está
de pie en contra de una narco-dictadura cruel y abominable, que debe
conocer de la muerte de más de 30 venezolanos, a manos de la represión
militar y criminal?
Sus
declaraciones sobre Venezuela hablan de la posibilidad de reiniciar un
diálogo. Aunque advierte que este diálogo, de re-iniciarse, debe tener
“condiciones claras”, no hay dudas de que está reabriendo la
posibilidad. Y la está reabriendo hablando de los mismos
cuatro “facilitadores” ampliamente desacreditados ante el pueblo
venezolano, mercenarios del narco-régimen.
Peor
aún, Francisco se permite definir como cosa rara que haya gente de la
oposición que ‘no desea el diálogo”. Después de un mes de crisis abierta
en Venezuela el Papa dice que “parece que los conflictos se agudizan”.
Dice que “algo se está moviendo, los facilitadores
buscan un sitio de reunión”. En estas declaraciones el Papa aparece
promoviendo otro intento de diálogo.
Estas
tristes y frívolas declaraciones del Papa Francisco obligarán a nuestra
admirada Iglesia católica venezolana a tratar de interpretar
positivamente sus palabras. Pero es que una y otra vez el Papa parece
abrir la boca para desanimar a los venezolanos, para
desmontar las protestas de los venezolanos, para insistir en una
negociación inmoral que él - como jefe de la Iglesia – debería ser el
primero en rechazar. Su comportamiento en Cuba y, ahora, en Venezuela,
nos alejan de él.
Papa
Francisco, no defienda así a Venezuela. Su silencio sería preferible.
Debe usted respetar la decisión de los venezolanos dignos de rebelarse
contra una narco-dictadura, con la cual no puede haber negociación
posible. Debería ser usted el primero en comprenderlo
así.
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