Monday, August 3, 2015

La restructuración de la deuda externa puede ser el principio del fin del gobierno bolivariano

EN: http://konzapata.com/2015/08/la-reestructuracion-de-la-deuda-externa-puede-ser-el-principio-del-fin-del-proceso-bolivariano/

Por Juan Antonio Avellaneda (Londres).­

El tema de los bonos de deuda externa de Venezuela y PDVSA se han convertido en tribuna de debates entre los tenedores de los mismos, analistas y bancas de inversión. Esta semana presencié, aquí en Londres, una acalorada discusión entre un reconocido economista y un inversionista venezolano. El primero comentaba que no hay forma de que Venezuela­PDVSA escape de un default o reestructuración de su deuda en el 2016, tal como en estos últimos días anunció el banco de inversión Morgan Stanley y el reconocido profesor Ricardo Hausmann. Para el segundo, como muchos inversionistas, su único argumento fue que “ Venezuela no puede hacer default, es imposible, porque tenemos muchos activos”, frase que seguro han escuchado de muchas personas.

El banquero simplemente, luego, le dio esta explicación:

­Es cierto la República tiene muchos activos como la Faja del Orinoco, las reservas en oro etc., pero una cesación de pagos de deuda viene por falta de liquidez no de activos. Eso es como la persona que tiene los mejores inmuebles de Caracas pero poco dinero en la cuenta corriente.

El inversionista quedó preocupado luego de esta simple explicación. La verdad es que lo observé pensativo. Con la mirada perdida, en dirección al este. Tal vez hacia Grecia.

En mi opinión, el 2016 puede marcar un año muy complicado en este aspecto. Analizando los casos de Grecia, Ucrania y Puerto Rico, las naciones buscan reestructurar su deuda antes de caer en cesación de pagos ( default). Sin embargo, como en esos casos una reestructuración implica una negociación. Pero la otra parte, inversionistas, fondos de riesgo e inclusive prestamistas de último recurso como el FMI, solo negociarían si obtienen algo a cambio, y esto último hay traducirlo como un plan de cambios económicos que enderece las finanzas de los países.

Para Venezuela debería ser más sencillo por lo que afirmaba el inversionista: “tenemos muchos activos”. Sin embargo, y tal como le comentó el banquero, el problema no es de activos: es de liquidez. Y ello se aprecia en la caída de las reservas internacionales, en las negociaciones de deuda con Jamaica y Republica Dominicana, así como en la venta de certificados del FMI. Con el fin de estabilizar esas cuentas gubernamentales, es obvio que cualquier intento de reestructuración de deuda, en el 2016, conllevará un paquete de medidas económicas.

Este paquete es ya más que conocido: unificación cambiaria, aumento del precio de la gasolina, eliminación de subsidios, apertura económica, en el caso de PDVSA dejar que las trasnacionales manejen la compra­venta de insumos en las empresas mixtas, etc. Unas medidas económicas que, para ser tomadas, se necesita un piso político fuerte. Al fin y al cabo estas medidas son lo opuesto a lo que promulga la economía bolivariana que irónicamente condujo al país a esta situación. La situación que requiere de un paquete 180 grados distintos al pensamiento de quienes gobiernan. Entonces comienzan las preguntas. ¿Tendrá Maduro el piso político necesario? ¿Dispondrá del respaldo de una bancada fuerte y mayoritaria del PSUV?

Recordemos 1988. Carlos Andres Pérez gana unas elecciones con un discurso populista prometiendo el regreso a la época de la Gran Venezuela. En 1989 se da cuenta de que el país no cuenta con reservas, no tiene liquidez y por el contrario, los vencimientos de deuda estaban próximos. Es decir, la probabilidad de un default en 1989 era alta, por lo que el gobierno recurre a un prestamista llamado FMI para que otorgue recursos con el fin de salir de esas crisis de liquidez y reestructurar la deuda externa.

Y ya sabemos la historia. Ese dinero salvó a Venezuela de un default. Pero una contracción económica severa llegó con el sello del famoso “ Paquetazo Económico”. Pérez en ese momento tenía mucho piso político con AD y una alta popularidad por lo que parecía que la implementación del mismo seria sencillo. Febrero 1989, Caracazo, y Febrero 1992, golpe de Estado, provocaron que AD le quitara todo su apoyo por lo que fue cuestión de tiempo para que Pérez saliera de la Presidencia y marcara el principio del fin de la llamada IV República. Todo esto, aunque no parezca, fue un ajedrez de política y situación económica. 1989 es un escenario muy parecido al 2015, con la diferencia de que el Presidente Maduro arranca con una muy baja popularidad y el PSUV con problemas internos. ¿Será que la historia se repite? Es que un problema de liquidez y una amenaza de un default de la deuda externa, pueden estar marcando el principio del fin de una era

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