Más de 100.000 personas toman la
capital de Ecuador para protestar contra las políticas del presidente Correa
Quito se puso de pie. Esa fue la
conclusión de Jorge Herrera, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), tras la jornada de protesta de
este jueves en Quito. Más de 100.000 capitalinos se unieron a la marcha
convocada por el Frente Unitario de Trabajadores y secundada por el movimiento
indígena, que también pusieron a su gente en la calle. Por eso las cifras más
tímidas hablan de más de 150.000 personas movilizadas. Durante casi cinco horas
continuas se paseó el descontento ciudadano por las calles del centro de la
ciudad y durante la jornada prácticamente llenaron dos plazas.
La presión por acercarse a la
sede del Gobierno a gritar sus consignas
ocasionaron enfrentamientos con la Policía, que terminaron con gases
lacrimógenos lanzados a mansalva. Este caos fue aprovechado por encapuchados
-infiltrados, según los organizadores de la marcha- que lanzaron bengalas y
cócteles molotov a los policías. Estos son los videos que ahora exhibe Interior
para tachar de violentos a los manifestantes.
Todo esto empañó la sensación de
victoria de las organizaciones sociales y a esto se sumó la retención temporal
de dos líderes indígenas, Carlos Pérez Guartambel y Salvador Quispe, que fueron
separados de sus compañeros y maltratados por la Policía, según lo denunciaron
en una improvisada rueda de prensa al final de la noche.
Total normalidad,
según el Gobierno
El paro nacional, convocado por el Frente Unitario de Trabajadores,
comenzó con el cierre de vías en todo el país. La primera noticia la daba el
propio presidente Correa, a través de las redes sociales: “Total normalidad en
principales ciudades. Lamentablemente, el viejo país, utilizando a indígenas,
bloquearon la Panamericana Sur, sector el Chasqui, con la complicidad de
alcalde de Saquisilí”, y hacía una llamado para “rechazar la politiquería”. En
esa tónica siguió toda la mañana, informando de las vías cerradas e
identificando a autoridades electas del partido Pachakutik -brazo político de
la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie)-, que
supuestamente colaboraron con el cierre de las carreteras.
Hubo bloqueos en al menos cinco provincias, por donde atraviesan los
principales ejes viales. La Policía tuvo que negociar con los indígenas que se
apostaron en las vías para permitir el paso cada cierto tiempo, pero en otras
solo hallaron muros de piedras, tierra o ramas dejadas a posta para
obstaculizar el paso. La mayoría de las carreteras fueron habilitadas antes del
mediodía, pero la mayor resistencia estuvo en la Panamericana Sur, a la altura
de Cotopaxi (centro del país). En este sitio hubo policías heridos e indígenas
detenidos.
La capital también registró
bloqueo en sus calles, las principales paradas de buses fueron obstaculizadas
con quema de llantas, lo que obligó a suspender en ciertos tramos el transporte
público. El Municipio de Quito informó del daño a una decena de buses por chinchetas
colocadas en las calles para pinchar las llantas.
“Estas cosas no se pueden callar,
alguien me empujó y entregó a la Policía y cuando me tuvo la Policía jugaron
con mi cabeza, me cogían del pelo, me arrastraban y pateaban”, denunció Quispe
visiblemente afectado y con su rostro y vestido sucios. Sobre el otro detenido
se informó que fue llevado a un hospital junto con su compañera para que sean
curados de las agresiones. En la conferencia de prensa estaban todos los
dirigentes sociales, quienes comunicaron que desde mañana “radicalizarán” sus
acciones. “Quito debe continuar, queremos derrocar este sistema de abuso”, dijo
el presidente de la Conaie.
Mientras eso pasaba, en los
exteriores de la sede del Gobierno y de la Asamblea Nacional
había una fiesta, con tarima y pantallas gigantes, a la que solo fueron
invitados los simpatizantes del partido gobiernista Alianza País. La versión
oficial decía que celebraban la democracia y el Día de la Juventud -que fue el
12 de agosto-. El presidente Rafael Correa se subió a la tarima al final de la
jornada para agradecer por el apoyo y anunciar que la protesta de sus
opositores había fracasado: “Estamos de fiesta porque ha triunfado la
democracia, la alegría, la construcción y no la destrucción
Vía El País. España
Que pasa Margarita
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