La historia de la humanidad está plena de relatos en los que se evidencia el sacrificio de pocos para lograr el bienestar de muchos. Nuestra Biblia relata la valiente lid de David frente al gigante Goliat, la épica griega resalta la lucha de Ulises contra los cíclopes, los romanos destacan al gladiador rebelde Espartaco, la historia hebrea y la defensa de su pueblo por Moisés, nuestros jóvenes seminaristas junto a José Félix Ribas, el sacrificio de Ricaurte, los pilotos de la RAF en protección de los bombardeos nazis, son solo algunos eventos que comprueban que los valientes triunfan sobre sus enemigos, aun cuando estos les superen en fuerza o crueldad.
Los últimos meses de la historia venezolana podrían ser una reencarnación de la épica libertadora de pueblos oprimidos, como el de la India de Gandhi o la Suráfrica de Mandela, que han cambiado la ruta de su sufrimiento enfrentando con determinación al poderoso Leviatán.
Fue Viriato uno de los primeros ejemplos de resistencia civil y militar que inspira para emprender con éxito el enfrentamiento a fuerzas superiores, pero por su propia naturaleza de reacciones paquidérmicas. Ese guerrero lusitano no solo organizó a su pueblo en muchos pequeños núcleos, sino también aprovechó su capacidad de movimiento para golpear al cuadriculado ejército romano en múltiples sitios, múltiples veces. Viriato cansó a su adversario al punto de hacerle inevitable a Roma, reconocerle su triunfo y otorgarle independencia a su gente. A este gallardo solo lo doblegó la traición de sus colaboradores, quienes le vendieron por dinero y tierras.
Hoy nuestras calles están plenas de héroes, jóvenes cuyo coraje ha de compararse con esos que junto con el Catire Páez ante una aparente derrota fueron audaces y volvieron su carga frente a un confiado enemigo que aturdido por tanta bravura se conformó con una humillante derrota.
Es enorme el sacrificio que pocos ya han sufrido, pero muchos siguen demostrando su voluntad incansable para resistir, y solo piden no ser traicionados y que se valore su lucha, se reconozca y respete antes de dejar entrar a los caballos de Troya, cargados de diálogos, negociaciones y demás triquiñuelas que mantienen bajo su aparente búsqueda de paz una sola intención, la continuidad del narcorrégimen de los gerifaltes de Cubazuela.
Venezuela ha dado demostración de ser un pueblo de valientes, amante de la libertad, de la justicia, de la democracia, de amor y compasión; pero también ha dado una contundente prueba de falta de patriotismo por parte de su dirigencia militar, a ellos habría que aclararles que la palabra patria viene de la raíz griega “tierra del padre”.
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