Pablo Aure
Para los oficialistas ellos son los únicos que pueden hablar de la enfermedad del Presidente. A quienes no comulgamos con el régimen se nos estigmatiza diciéndonos necrófilos cuando aludimos al supuesto cáncer que padece Hugo Rafael. Desgraciadamente no hay un parte médico confiable que nos informe; y cada vez que un representante del Gobierno nos dice algo, más bien crecen las dudas. Pareciera que es una política dirigida a la desinformación y a la intriga. Generan rumores para luego hacer aparición el Comandante-Presidente haciéndonos ver que las velas que le ha prendido a José Gregorio Hernández, a la Virgen de la Caridad del Cobre, a los santos y espíritus de la sabana han logrado aliviarle de sus males. Qué bueno, pero, insisto, cada vez que Chávez o alguno de sus ministros dice algo relativo a su aparente enfermedad me inundan las sospechas sobre el padecimiento y, más aun, sobre su recuperación.
La salud de un mandatario es un tema obligado para ser discutido en cualquier país del mundo. Chávez no puede ser la excepción y menos todavía cuando todo está lleno de misterios. De la enfermedad de Chávez nos enteró el médico Navarrete, nunca nos enteramos por fuentes oficiales. Hoy, los tweets más esperados son los de Nelson Bocaranda para saber qué información nueva nos trae. A los oficialistas los leemos para compararlos con los partes que previamente nos ha dado Bocaranda. Eso sólo es posible en una república “bananera” en la que sus jefes de Estado juegan con la buena fe de los pobres gobernados. Por ejemplo, en Cuba siempre ha sido un misterio todo lo que rodea a Fidel. Chávez aquí ha venido haciendo lo mismo. Pues seguiremos el jueguito hasta que la Divina Providencia lo quiera o en las urnas electorales el propio pueblo lo disponga.
Derecho a la privacidad vs. derecho a la información
Los pueblos deben conocer a la perfección el estado de salud de sus presidentes o conductores en general. En países como el nuestro, donde impera la arbitrariedad autocrática y el Presidente hace y deshace lo que le provoque sin el más mínimo control, es menester que estemos muy bien informados sobre la verdadera afección presidencial.
No se trata de entrometernos en la vida íntima de Chávez. Nada de eso. Lo que pretendemos es conocer nuestro presente y futuro, el cual no estaría muy seguro en manos de un enfermo. La intimidad de Chávez como paciente se le respeta, pero más respeto debemos tener como pueblo quienes no sabemos si sobrevive o muere en breve tiempo. La ciencia médica puede explicarnos las posibilidades de vida de un enfermo dependiendo de la patología que presente.
La doctrina muchas veces ha discutido los problemas que se presentan cuando entran en conflicto el derecho a la vida privada y la libertad de información. Ambos son derechos fundamentales, pero mientras que el primero tiene un carácter individual, el segundo es de interés general. Eduardo Novoa Monreal en su libro “Derecho a la vida privada y libertad de información” señala que: “si se produce una contraposición entre el derecho a la vida privada de un individuo y el derecho social de dar y de recibir información, será este último el que deba prevalecer y sobreponerse al primero”.
La Habana antes que Caracas
El artículo 18 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha quedado en el papel, porque en la realidad Chávez despacha desde La Habana. En efecto, eso que establece el artículo 18 de que Caracas es la capital de la República y el asiento principal de los órganos del Poder Nacional, a Chávez y a los diputados oficialistas les importa un comino. Lo autorizaron para viajar a Cuba por más de 5 días, pero no consideran que haya falta temporal presidencial. El artículo 234 nos dice que las faltas temporales del Presidente las suplirá el vicepresidente (así en imperativo está el verbo: las suplirá). Pregunto a los diputados oficialistas: en qué casos podemos hablar entonces de una falta temporal del Presidente, si no estando en Venezuela y autorizado para viajar al exterior por la AN, todavía siguen hablando de que no hay falta temporal y el vicepresidente no asume las funciones de Presidente. Cualquiera pudiera colegir que son nulos de pleno derecho los actos que suscriba Chávez como presidente teniendo licencia para estar ausente por más de 5 días. Igualmente pudiera pensarse que la omisión de Elías Jaua de asumir el cargo es una vulneración constitucional.
Cuenta regresiva
Mientras seguimos en un ambiente de especulación porque no sabemos a ciencia cierta qué es lo que ocurre con Chávez y sus células malignas, el tiempo sigue corriendo. El hombre, según sus propias afirmaciones, está enfermo de gravedad. Llegará un momento en que no habrá manera de ocultarlo y en que sus fuerzas físicas mermarán.
Para mí es difícil pensar que la enfermedad haya sido producto de un invento del G-2, como algunos dicen. Lo que sí no tengo dudas es que ha sido manejada por ellos dosificadamente. Chávez tiene un porcentaje duro de aceptación, que no crecería nunca en la gente si se presenta como un hombre enfermo e incontestablemente en declive. Los Ni-Ni jamás votarían por alguien cuya permanencia en el ejercicio del poder no esté segura. Chávez podrá nuclear a los que ya tiene, pero hasta allí. Un enfermo terminal nunca le ganaría a un candidato sano.
Chávez tuitea y Capriles camina
El 7 de octubre lo tenemos a la vuelta de la esquina. Siete meses para las elecciones y Chávez tuitea y habla por radio y televisión, mientras que Henrique Capriles camina por toda Venezuela. No tengo dudas: crece a pasos agigantados, mientras el candidato vetusto y desgastado se estanca, y es lógico que así sea. Bueno, pronto sabremos el desenlace de todo esto.
¿Un mártir?
Muchos preguntan ¿si en realidad Chávez está enfermo, por qué sigue haciendo lo que hace y más bien no se tira en reposo? Quién sabe si su interés ahora es el de ser recordado como un mártir o ícono, que a pesar de su enfermedad siguió luchando por el bienestar del pueblo. Definitivamente, si eso es así, esta revolución es patológica. Es por esta razón que algunas veces he tenido el terrible pensamiento de que si Chávez muere muchos pretenderán convertirlo en una especie de Perón para seguir aprovechándose de su imagen y propuestas para sacar provecho político. Pero déjenme decirles que no lo creo, sobre todo porque los venezolanos no somos muy dados, como los argentinos, a magnificar héroes ni a ensalzar glorias ni pasado.
No comments:
Post a Comment