Quién desea una guerra civil?

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Editorial de http://www.analítica.com/

El reto de todos los venezolanos no puede ser otro que el de construir un país de oportunidades para todos y en el que la justicia sea independiente del poder de turno y asegure para todos las condiciones necesarias para la vida en común.
Creemos que nadie en su sano juicio pretende reeditar en el siglo XXI las polémicas del siglo XIX entre conservadores  y liberales, artilugios orales y emocionando que  fueron vaciando los racionamientos que terminaron llenándose con  la atroz experiencia de la guerra fratricida, que dejó rastros indelebles que sólo culminaron con la feroz tiranía de Juan Vicente Gomez.
Hoy existe un enfrentamiento verbal desatinado, en el que la descalificación del adversario es la norma de uno de los dos campos enfrentados. Afortunadamente para el país el candidato de la alternativa democrática no ha querido hacer suyas las banderas del odio y de la descalificación.
Nuestro país en este momento es como un barco que se está hundiendo y en el que no puede existir solaz alguno al decir que es sólo un lado el que naufraga. Si nos hundimos nadie se salvará de la catástrofe, por lo tanto hay que encontrar fórmulas para remar juntos hasta la orilla.  Toda transición requiere diálogo y justicia y ninguna que se base en el odio o en la venganza tiene probabilidades de triunfar.

Es la hora de la madrugada en el mar, la hora de que los venezolanos miremos hacia delante para evitar los icebergs asesinos hacia mares que ya pasamos; la hora de que aprendamos a construir una nación en la que todos podamos convivir aún con ideas, ideologías y pensamientos diversos. No es hora de pasar facturas sino de construir un país viable. Con la violencia, con el fraude, con la mentira no se logra sino agrandar la grieta que separa hoy a los venezolanos y pudiera hacer inevitable lo que nadie desea.

El reto de todos los venezolanos no puede ser otro que el de construir un país de oportunidades para todos y en el que la justicia sea independiente del poder de turno y asegure para todos las condiciones necesarias para la vida en común.