Sunday, March 10, 2013

Cartas sobre la mesa

En: http://www.eluniversal.com/opinion/130310/cartas-sobre-la-mesa

JUAN MARTIN ECHEVERRÍA |  EL UNIVERSAL
domingo 10 de marzo de 2013  12:00 AM
El oficialismo tiene el poder desde hace 14 años, candidato, publicidad permanente e ingentes recursos, lo cual le da una oportunidad real de perpetuarse en el poder. Sin embargo tiene el fantasma del pensamiento único, la persecución a los sindicatos, estudiantes y opositores políticos, aunque no analicemos en esta oportunidad la retaliación contra los que abandonan sus filas, que son calificados de traidores.

En cambio la oposición tiene candidato, recursos escasos y obtenidos a duras penas, pero ofrece pluralidad, el entusiasta apoyo estudiantil, tarjeta única, la aplicación del principio de la no reelección, comando de campaña amplio y la solidez y magia de la unidad. En fin, la alternabilidad se ha impuesto en el mundo y se consustancia con la democracia, porque una vez que un régimen se instaura de manera indefinida se hace difícil la crítica y los necesarios ajustes que exigen los ciudadanos.

El régimen, con el incremento de los precios del petróleo se ganó la lotería y ha podido instrumentar las misiones, crecer la burocracia, despilfarrar, regalar dinero a otros países e incluso equivocarse hasta el cansancio, destruyendo puestos de trabajo que son sustituidos por 56 mil millones de dólares en importaciones. Ello ha colocado a la orilla del precipicio a la industria pesada de Guayana, reducido la producción de las empresas nacionalizadas, aparte de que es una tarea ciclópea retirar a un trabajador, aunque boicotee o cometa delito, por el decreto de inamovilidad y las instrucciones que tienen las Inspectorías del Trabajo.

Lo anterior ha facilitado un escenario de progresiva desinstitucionalización y desintegración de la administración pública y de nuestras reivindicaciones territoriales, ante la renuncia al Esequibo y la congelación de las negociaciones con Colombia. Estamos hablando de soberanía, en especial cuando uno de los requisitos esenciales de la democracia es imprimirle una dimensión moral a la política, y uno de los elementos de esta dimensión moral es aceptar que es posible equivocarse, cometer errores y por consecuencia tener sentido común y rectificar.

La oposición debe actuar con sentido estratégico y atraer los sectores moderados simpatizantes del gobierno, pero en paralelo la oposición debe comenzar por aglutinar a todos los ciudadanos que no hacen parte del oficialismo: organizaciones partidistas, sindicatos, federaciones de estudiantes, agrupaciones de consumidores, asociaciones de vecinos, ONGs, todos los precandidatos y personalidades que atraen y suman a muchos votantes, sobre todo en los sectores populares. No se puede quedar nadie por fuera y no puede haber una competencia de egos, sino coherencia y visión de futuro. La única manera de derrotar al oficialismo es una amplísima coalición, que abarque a todos lo que no estén directamente comprometidos con el régimen.

La política no puede ser simplemente el arte de la mentira para mantenerse en el poder, la política es algo más, que comprende la inclusión del adversario, la discusión libre de las ideas, la auditoría constante de los recursos del sector público y el pleno funcionamiento del Estado de Derecho. Las cartas están sobre la mesa.

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