Thursday, March 7, 2013

El trabajo del duelo

En: http://www.eluniversal.com/opinion/130307/el-trabajo-del-duelo

AXEL CAPRILES M. |  EL UNIVERSAL
jueves 7 de marzo de 2013  12:00 AM
Es un momento de dolor para muchos. Es tiempo de aceptar el vacío, de trabajar el duelo. Pero no es sólo un lapso de duelo para quienes amaron y siguieron al presidente Hugo Chávez, sino también para sus adversarios y para casi toda una generación que creció durante un período de la historia venezolana en que se perdió la alternabilidad en el poder como parte del método democrático. Hugo Chávez ocupó la imaginación de todos los venezolanos durante más de 14 años. En algunas de mis intervenciones públicas pregunté en auditorios amplios y llenos si había alguien en el público que no hubiera pensado en Hugo Chávez un solo día durante los últimos años. Nadie levantó la mano. Eso es lo que en psicología se llama totalitarismo, el dominio de un solo contenido que ocupa todo el espacio psíquico. Hugo Chávez ya no está. El ardor de sus seguidores y el poderoso aparato de propaganda del Estado harán lo imposible para mantenerlo presente durante un largo tiempo; alentarán el fervor popular, alargarán los rituales, lo convertirán en un símbolo eterno, lo llevarán a los altares populares, pero, hagan lo que hagan, Chávez ya no estará como presencia tangible, ya no será el personaje conspicuo que penetraba compulsivamente en los hogares de todos los venezolanos durante horas hasta convertirse en parte del lugar. Sus seguidores tendrán que procesar su desorientación. Sus adversarios tendrán que enfrentar el espacio sin cara, la ausencia de su único interlocutor.

El trabajo del duelo es, precisamente, el proceso por el cual nos vemos obligados a retirar la energía psíquica invertida en una persona ausente para reintegrarla en nuestra personalidad y luego volver a proyectarla e invertirla en algo provechoso para la continuidad de la vida. Ese el reto que le toca ahora a la sociedad venezolana. Será un reto difícil. Se trata de dejar atrás las imágenes que nos paralizan y comprometernos con un proyecto político capaz de reconstruir una sociedad desmembrada. Comienza la transición. No será sin turbulencia.

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