En cuanto a las marchas nos recuerdan una fábula de Esopo, el cuervo y las piedritas.
Se encuentra un cuervo que estaba muerto de sed con una jarra de agua y trata de beber metiendo el pico dentro de la jarra. Misión imposible. Entonces agarra una piedrita y la lanza en la jarra. No sucede nada. Sigue zumbando piedritas en la jarra y, después de un rato, ¡por fin! al subir el nivel de agua, logra beber y saciar su sed.
Así son las marchas, una marcha acá, otra allá, la calle siempre llena de manifestantes. Al final se logrará el efecto deseado.
¡Prohibido suicidarse en primavera!..."
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