Por Juan Carlos
Zapata @periodistajcz.- Las cartas están echadas. La Fiscal General va
por Nicolás Maduro y el madurismo-cabellismo va por Luisa Ortega Díaz.
La acción de ayer en contra de los magistrados destapa la estrategia, y
pone al poder del Palacio
de Miraflores en alerta.
13 Junio, 2017 9:02 am Poderómetro
Por Juan Carlos Zapata
@periodistajcz.- Ya no hay vuelta atrás. La constituyente no es un As de
negociación de Nicolás Maduro y el grupo que lo apoya. Es el arma, en
realidad. Es la catapulta con la que el poder derribará todas las
instituciones dando paso
a la nueva etapa de la dictadura.
Cuando el Tribunal Supremo
de Justicia dictó las sentencias 155 y 156 que “rompieron el hilo
constitucional” –palabras de la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz-
advertimos que Nicolás Maduro y su grupo no darían marcha atrás porque
enviarían una clara señal
de debilidad. Fue así y peor, pues el paso siguiente ha sido la
convocatoria de la constituyente y junto al Palacio de Miraflores, el
TSJ alineado, el CNE alineado, la Fuerza Armada alineada, la Defensoría
del Pueblo alineada y la Contraloría alineada. La
excepción, el Ministerio Público y, por supuesto, la Asamblea Nacional,
pero esta, desarmada por la Sala Constitucional. Sin embargo, el
Gobierno no ha ganado aliados, más bien los ha ido perdiendo, en lo
interno y en lo internacional. Alrededor de la propuesta,
el poder constituido. El poder de la dictadura y un menguado apoyo
popular, incluyendo las bases chavistas.
Ayer la fiscal General
terminó de echar las cartas. Estaba previsto. La Sala Electoral no
admitió el recurso contencioso contra el CNE que buscaba anular la
constituyente. Lo sabía Luisa Ortega Díaz y de allí la reacción
inmediata, el nuevo recurso con el
que solicita la desincorporación de 33 magistrados, entre principales y
suplentes; los llamados magistrados express que designó por la vía
rápida la Asamblea Nacional que controlaban el PSUV y Diosdado Cabello.
La nueva acción de la fiscal destapa dos aspectos:
El conflicto. Que
la Fiscalía no apoyó ni firmó la designación de los magistrados en
diciembre de 2015 al considerar que el procedimiento era ilegal. Salta
el defensor, Tarek William Saab, presidente del Poder Moral, y desmiente
a Ortega
Díaz, señalando que no hay documento que demuestre su oposición. Lo
importante es que si se busca una causa del conflicto entre Ortega Díaz y
Maduro y el grupo que lo apoya, aquí está esta, y es fundamental.
Porque es en 2016 cuando las diferencias con el
Sebin, con el Ministerio de Relaciones Interiores, con el TSJ y con el
Palacio de Miraflores, se profundizan. El punto clave es la negativa a
designarla presidente del Poder Moral, lo cual demuestra que el Palacio
de Miraflores –Maduro y Cilia Flores, la primera
dama- no solo desconfiaban sino que la consideraban capaz de cualquier
operación en contra. ¿Pero por qué, si entre 2014 y 2015 hizo lo que
ellos le ordenaron, incluyendo el amaño del juicio a Leopoldo López?
Quizá no haber firmado el acta de los magistrados
fue un reto. Pero un reto en un escenario nuevo: había cambiado la
correlación de fuerza electoral. La MUD había ganado las elecciones
parlamentarias. ¿Consideraron oportunista la posición de la Fiscal?
Ahora se ve que es más institucional que partidista.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que entre la posición que mantiene
hoy y aquella que sostuvo a raíz del nombramiento de los magistrados
express, hay muchos incidentes con la policía política, Sebin, y
también está el incidente de que el Palacio de Miraflores
prefirió a Tarek William Saab y no a ella como presidenta del Poder
Moral, rompiendo una tradición-rotación de años. ¿Hubiera esto cambiado
la historia? Lo cierto es que el conflicto está desatado. A la fiscal
la han llamado loca, mentirosa le dijo ayer el
defensor, y de “muchacha” la trató Maduro cuando antes le decía jefa.
Está amenazada. Diosdado Cabello ha anunciado que tiene los días
contados en la Fiscalía. Le han dicho que le está haciendo el juego al
terrorismo, al golpismo y a la oposición, que es la
vocera de los terroristas. La han acusado de traidora. La Fiscal no
hace más que defender la Constitución. Su delito es defender la
Constitución de Hugo Chávez.
Va por Maduro. Fue
al TSJ a demandar los actos del CNE que han avalado la constituyente.
Solicitó que suspendan la constituyente. Le dijeron que no. Y ahora va
por los magistrados. No pasará nada. Le dirán no de nuevo. Pero ha
cambiado
la historia. Hay un ruido en el chavismo. Hay un ruido que puede
conducir a una división esencial. El chavismo por un lado y el
madurismo-cabellismo por el otro. Esa es la matriz que se ha ido
formando paso a paso. Una matriz que suma. Centrada en el aspecto
de que se defiende el legado de Hugo Chávez y que con la constituyente,
Maduro y el grupo que lo apoya, pretenden la consolidación de otro
proyecto político. Ese grupo usó a Chávez, y queda confirmado que lo
importante es el poder por el poder. ¿Cómo detener
la constituyente? ¿Cómo detenerla si es el arma de Maduro y el grupo
que lo apoya? La iniciativa de la Fiscal contra los magistrados no
tendrá efecto legal pero es de tal impacto que sensibilizará otros
sectores en el cuadro del poder, y le proporcionará nuevos
elementos a la oposición para seguir en la calle. ¿A dónde puede
conducir esta ruta? A que factores de la Fuerza Armada comiencen a
manifestarse en contra de la constituyente. Y a que nuevos factores
dentro del chavismo también lo hagan. Pero lo más importante.
La fiscal parece tener clara la ruta y el destino. Y este es el Palacio
de Miraflores. El propio Nicolás Maduro. Cuando Cabello dijo que a la
Fiscalía había que voltearla, dio con una expresión que le concierne a
él y a Maduro. ¿Si voltean la Fiscalía qué
aflorará? Expedientes. Información. Que no volteen mucho la Fiscalía.
Allí hay documentos. Y lo último: El caso Odebrecht. Un caso que
corresponde directamente a Maduro. Tampoco este asunto prosperará en los
salones ni en los despachos del TSJ. Pero tal vez
haya un juez valiente, decidido, que asuma el riesgo de echar a andar
la operación del antejuicio de mérito contra el Presidente. Tampoco es
que en lo jurídico las consecuencias marquen un antes y un después. Pero
en lo político sí. Y en política, en la realidad
política venezolana, no se pueden hacer pronósticos. Sí se puede
apuntar que la historia puede ser otra. Y en el entendido de que la
fiscal sospecha que el recurso de ayer contra los magistrados tampoco
prosperará, entonces estará preparando el próximo escrito.
Y ese es el escrito que va contra Maduro. Aunque todo es contra el
tiempo. Es una carrera contrarreloj. En el Palacio de Miraflores también
estarán dibujando el mapa de la constituyente y el destino de la
fiscal General. Ya no hay vuelta atrás. El Poder del
Palacio de Miraflores, el TSJ, el CNE, Diosdado Cabello, Cilia Flores,
el Poder Moral y la cúpula de la Fuerza Armada, no podrían convivir con
ella. Es mucho el riesgo. Y ella dice no conocer el miedo.
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