Eddy Reyes Torres:

Tenía previsto escribir sobre la constituyente, pero en el último momento cambié de opinión. En el curso de esta semana, los artículos sobre tan importante asunto han ido y venido, y muchos de ellos han tratado sobre el gran dilema: la negociación al respecto con el gobierno. Mi posición sobre tan delicado tema es firme: lo cortés no quita lo valiente. Pero si la mayoría opositora y los gobernantes quieren primero el choque de trenes, así será. A quienes piensan de ese modo les recomiendo que se lean el artículo de Thays Peñalver (“Impidamos las sanciones”), publicado en el portal lapatilla el martes 25 de este mes. Allí solo queda en el aire una eventualidad que Nicolás y los suyos deben evaluar con particular cuidado: la intervención militar de Estados Unidos. Es una medida extrema que dependerá de una realidad: ¿Están dispuestos los estadounidenses a calarse otra Cuba en América? De mi lado siempre habrá la resolución de evitar males mayores a los venezolanos, independientemente del pensamiento político que cada quien tenga. Y como creo firmemente que al final el orden democrático prevalecerá, mi artículo de hoy se ocupará de otra cuestión fundamental (“cosas sagradas”) que ameritará la atención del nuevo orden político que Dios mediante, más temprano que tarde, disfrutaremos. Entremos entonces en materia.

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