"...Las ya consabidas irregularidades del
gobierno venezolano, una creciente oposición (además de los más de 100
días de protestas contínuas) y una Asamblea Nacional que no se ha
arrastrado a las órdenes del régimen, ha puesto en tela de juicio la
capacidad de Venezuela de cumplir y firmar acuerdos internacionales con
legitimidad. Ningún “inversionista” o acreedor internacional va a hacer
negocios con un gobierno que no pueda garantizar el cumplimiento de los
pagos. La actual Asamblea Nacional tiene el poder para decirle que “No” a
los acuerdos internacionales que firme Maduro. Por lo que la pregunta
que hay que hacerse es: ¿Y quién está interesado en que exista una
Constituyente que avale la deuda y que tenga cara de legitimidad
“democrática”? Interalios encontró la respuesta: Rusia y China.
Ambos son de los pocos países que aún
estarían dispuestos a inyectar divisas en Venezuela, claro que con unas
condiciones extremas que en ningún caso beneficiarían a los venezolanos,
pero que “salvarían” al madurismo, al menos por un tiempo, mientras
ellos terminan de dilapidar al país...."
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