*** Y controlando el puñito: Raúl Castro
Es
el puñito, el puñito. Es que son un puñito. No pasan de 100 los
principales responsables de la tragedia venezolana. Forman el tapón que
tranca la válvula de la libertad y de la democracia
en Venezuela. Los demás siguen al puñito por inercia, por ignorancia,
por miedo, por codicia. Piensan que todo en Venezuela se olvida. Por
eso se esconden detrás del puñito. Si queremos acelerar la salida del
narco-régimen debemos concentrarnos, en el corto
plazo, en señalar y enjuiciar al puñito.
¿Quienes
integran el puñito? Con la ayuda de amigos estudiosos del narco-régimen
venezolano y en base a las informaciones de prensa que han aparecido
durante los años del chavismo/madurismo, he
listado aquí unos 80-90 miembros del puñito quienes deben ser objeto de
investigación penal y , dependiendo de los resultados de esta
investigación, de posterior enjuiciamiento. Este grupo es integrantes de
lo que los venezolanos ya están llamando – con propiedad
– el muro de la vergüenza. El número de responsables es mucho mayor
pero no sería eficiente tratar de abarcar demasiado, porque quien mucho
abarca, poco aprieta.
Este es el puñito: Nicolás
Maduro, Cilia Flores, Adán Chávez, María Gabriela Chávez, Diosdado
Cabello, Jorge Giordani, Elías Jaua, Rafael Ramírez, Ali Rodríguez
Araque, Néstor Merentes,
Eulogio Del Pino, Pedro Carreño, Calixto Ortega, Maikel Moreno,
Jorge Rodríguez Gómez, Delcy Rodríguez Gómez, Tibisay Lucena, Tarek
William Saab, Tareck El Aissami, Alejandro Andrade, Luisa Ortega Díaz,
Vladimir Padrino López, Hugo Carvajal, Ramón Rodríguez
Chacín, Antonio Benavides Torres, Jorge Carneiro, Néstor Reverol,
Ernesto Villegas, Isaías Rodríguez, Wilmer Ruperti, Henry Rangel Silva,
José Vicente Rangel, Mario Silva, Luis Britto García, Darío Vivas, Earle
Herrera, Maximilien Sánchez Arvelaiz, Roy Chaderton
Matos, Francisco Rangel Gómez, Francisco Arias Cárdenas, Jorge Valero,
Jesse Chacón, Wilmer Castro Soteldo, Carlos Mata Figueroa, José David
Cabello, José Gregorio Vielma Mora, Jacqueline Farías, Héctor Rodríguez,
Ricardo Sanguino, Justo Noguera Pietri, Luisa
Estela Morales Lamuño, Eladio Aponte Aponte, María Iris Varela, Arcadio
Delgado Rosales, Aristóbulo Istúriz, Gladys María Gutiérrez Alvarado,
Francisco José Ameliach Orta, Elvis Eduardo Hidrobo Amoroso, (a) Elvis
Eduardo Amoroso, Freddy Bernal, Francisco
Antonio Carrasquero López, Andrés Guillermo Izarra, William Alfredo
Castillo Bolle, Eleazar Díaz Rangel, Desiré Santos Amaral, Héctor
Alberto Dávila Mendoza, José Salamat Khan Fernández, Eudomar Rafael
Tovar, Rodolfo Clemente Marco Torres, Jorge Alberto Arreaza,
Miguel Eduardo Rodríguez Torres, Gustavo Enrique González López, Iván
Rafael Hernández Dala, Alexis López Ramírez, Rafael Alfredo Sarría Díaz,
Danilo Díaz Granados, Adrián José Vázquez Figueroa, Roberto Rincón,
Hermann Escarrá Malavé, Haiman El Troudi, Elías
Eljuri, Carlos Aniasi Turchio, Diego Molero, Ramón Carrizales, Lucas
Rincón Romero, Samark López Bello.
Detrás
de este puñito, principales responsables por la tragedia venezolana,
existe un segundo grupo que estimamos en unos 600 cómplices, quienes han
contribuido a saquear al país. Este grupo
está integrado por contratistas de PDVSA y otras empresas del estado,
banqueros, militares, embajadores, ministros y exministros, adulantes y
parásitos varios. Si el país desea aplicar justicia de manera eficiente
deberá concentrarse, a corto plazo, en el
enjuiciamiento del puñito, aunque en paralelo puede instrumentar
investigaciones sobre miembros de este segundo grupo.
Tal
y como ocurrió durante la agonía del hitlerismo y durante las semanas
que precedieron a su caída, los integrantes del puñito se aferran cual
aterradas garrapatas al poder. Sin embargo,
ya hay un convencimiento entre los venezolanos de que una vez removido
este tapón se podrá enderezar el rumbo del país. Será allí donde hay que
ir con el plagatox de la justicia en la mano.
Venezolanos
patriotas, dignos, quienes están hoy de pie frente a la tragedia
venezolana: vamos a concentrarnos en acelerar la salida del poder de
este puñito y, una vez logrado, llevemos al
puñito a juicio. Si no hay castigo justo, los tendremos de regreso en
poco tiempo.
Del mismo autor también puede verse:
Del mismo autor también puede verse:
No comments:
Post a Comment