HAY QUE DAR LA BATALLA FINAL: NADIE DEBE QUEDARSE SIN PARTICIPAR
HACIA LA LIBERTAD E INDEPENDENCIA DEL NARCO-RÉGIMEN
Los
venezolanos dignos de todas las edades, de toda condición social, de
todos los matices de piel, hombres
y mujeres de toda creencia religiosa, con o sin uniforme, deben
agruparse en torno a la Constitución y las leyes de Venezuela, para dar
la batalla final en contra de los bandidos, ladrones, narcotraficantes,
asesinos y torturadores chavistas y maduristas que
mantienen al país bajo su garra inmunda, tutelados por Raúl Castro y
sus carniceros cubanos.
Para
esta batalla final debemos pedir la solidaridad y ayuda de todos los
países democráticos de la región y
del mundo, de todos los seres humanos que aborrecen las tiranías, la
corrupción y el tráfico de drogas como política de estado. Este pedido
de ayuda debe ser específico, no general. A los Estados Unidos hay que
pedirle que sancione a los funcionarios del régimen,
que les confisquen sus bienes, que les prohíban entrar a los Estados
Unidos, que actúen en contra de quienes ya se encuentran en su
territorio, ex-banqueros, ex-funcionarios públicos, testaferros,
contratistas corruptos y sus familiares. Debemos pedirle a
los Estados Unidos que deje de importar petróleo venezolano, el cual no
necesita y que prohíba la exportación de gasolina a PDVSA, empresa que
está podrida hasta la raíz y que está involucrada en lavado de dinero en
gran escala. A los países de la región,
Argentina, Brasil, México, Perú, a los países centroamericanos, a los
países del Caribe, hay que pedirles que aíslen políticamente al régimen,
pedirles que le retiren su reconocimiento al narco-régimen. No es
posible esperar más que la OEA reúna los votos
necesarios, ya que sabemos que hay países comprados por el petróleo
venezolano que bloquean la votación en esa organización. Debemos pedirle
a la Unión Europea que se manifieste claramente en rechazo del
narco-régimen y le quite todo apoyo diplomático y económico.
Debemos decirle a China y Rusia que los venezolanos rechazamos el apoyo
inmoral que le dan al narco-régimen y exigirles el cese de ese apoyo en
dinero y en armas represivas que hacen posible su sobrevivencia.
En
el ámbito de nuestro país la Asamblea Nacional de Venezuela debe
erigirse en el gran núcleo de la democracia,
alrededor del cual todos los venezolanos, organizados o
individualmente, debemos agruparnos. La Asamblea Nacional deberá tomar
decisiones definitivas sobre la naturaleza del gobierno: desconocer la
presidencia del reposero extranjero, el corrupto e ilegítimo
Tribunal Supremo de Justicia, el podrido Consejo Nacional Electoral y
un Poder Moral esclavo del narco-régimen. Un Gran Frente Nacional Pro
Democracia y Libertad debe dar su apoyo irrestricto a la Asamblea
Nacional, la cual deberá nombrar funcionarios paralelos
a los que usurpan hoy en día los poderes públicos en el país. Debemos
apoyar los esfuerzos de la Fiscal General y seguir pidiendo a los
militares honestos que puedan existir en la Fuerza Armada venezolana que
desconozcan el narco-régimen y se declaren a favor
de la Constitución y las leyes venezolanas. Esto ya se ha comenzado a
hacer y debe continuar con el mayor vigor.
Y
este rompimiento definitivo con el narco-régimen debe darse
abiertamente, a los cuatro vientos, para que en
el mundo no quede duda de cuál es la situación venezolana. Somos un
país rehén de una pandilla de malhechores, la cual debe ser extirpada
con la ayuda del mundo civilizado.
Que hable el Papa con voz clara y firme, sin ambigüedades. Que se ponga de una vez por todas al lado de su iglesia
venezolana, tan digna y valiente.
Hay
que convocar a todos los venezolanos a la batalla, quienes están en el
país y quienes vivan en el exterior.
Los venezolanos en el exterior deberemos manifestar frente a embajadas y
consulados y hacerles saber a los traidores que alí disfrutan de sus
enchufes que ellos no son los legítimos representantes de nuestro país,
que ellos son los servidores de un narco-régimen
que deberá salir del poder cuanto antes y cuyos cabecillas deberán ser
castigados con todo el peso de las leyes venezolanas e internacionales.
La batalla final ya ha comenzado. Hay que darla con todo. Demostremos al mundo que Venezuela no es un país de
ladrones, narcotraficantes o limosneros, que es un país de gente digna, de gente solidaria, que merece un gobierno decente.
Fuera
Maduro y sus familiares corruptos. Fuera Cabello, Padrino López,
Benavides Torres, Reverol, las harpías
del CNE, los ministros del régimen podrido, los magistrados ladrones y
asesinos del Tribunal Supremo de Justicia. Fuera el Contralor y el falso
defensor del pueblo, fuera el Alto Mando Militar, fuera los
narcotraficantes de charreteras, los embajadores genuflexos,
fuera los candidatos a la prostituyente, los falsos encuestadores como
Schemel, los contratistas corruptos de PDVSA, las gerencias de las
empresas del estado arruinadas. Fuera toda esa fauna maloliente. Fuera
los adulantes y los seudo-intelectuales como Escarra,
Arias Cárdenas, Earle Herrera, Hernández Montoya, Britto García, fuera
los llamados expertos petroleros del chavismo como Fernando Travieso y
Rafael; Ramírez.
Hasta
cuando soportamos a los parásitos que nos chupan los bolsillos, los Evo
Morales, Daniel Ortega, José Mujica,
José Zelaya y los académicos vendidos al narco-régimen en USA y Europa.
Fuera con ellos. Fuera con los cubanos castristas, los principales
culpables extranjeros de la miseria de nuestro pueblo.
Venezolanos: vamos a dar esta batalla, no solo por nosotros sino por todos los venezolanos quienes vienen después.
No les dejemos a nuestros descendientes un país prostituido sino un país en vías de recuperación moral y espiritual.
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