El momento es propicio para el tema por la circunstancia nacional, particularmente marcada por la consulta popular del 16 de julio. El soberano se ha manifestado de modo multitudinario y patente en favor del tránsito de un régimen dictatorial y un proyecto totalitario de signo comunista, al sistema exigido por nuestra Constitución: un “Estado democrático y social de derecho y de justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
Esta semana es clave. No solo se debe desmontar el intento de la fraudulenta constituyente, sino –lo más importante– echar los fundamentos de un nuevo gobierno, que puede calificarse de transición, unión, integración, encuentro, salvación nacional. Es de esperar que la racionalidad y actitudes positivas se impongan en el sector oficial y con peculiar acento en la Fuerza Armada, para facilitar el paso inevitable a lo que el soberano quiere, evitando más sufrimientos, lágrimas y muertos. Los representantes de la alternativa democrática, por su parte, han de exhibir, junto a lucidez, justicia y firmeza, gran realismo, visión y magnanimidad. Y priorización del bien común.
Seguir leyendo,
EN:
No comments:
Post a Comment