Gerver Torres
Dicen que Chávez padece dolencias físicas en toda su humanidad. Aunque no se ve muy bien del todo, es difícil saber si eso es cierto. Su verdadero estado de salud continúa siendo un misterio.
Lo que si es posible observar claramente son las dolencias político-electorales que sobrelleva y que lo deben atormentar enormemente, tal vez más que cualquier sufrimiento corporal. Aquílisto diez de ellas.
- Ha perdido la calle. Un signo inequívoco de los tiempos de ascenso del comandante y su revolución era el control de la calle. Masas rojas se veían acompañándolo todo el tiempo por doquier. Hoy las grandes multitudes andan por otra parte, esperando, oyendo, caminando con el Flaco, con Henrique Capriles, el candidato de la unidad. Los actos del Presidente lucen demacrados,urgidos de maquillaje.
- Ha perdido la iniciativa política. Por años, Chávez marcó la agenda de discusión. Se hablaba sobre lo que el Presidente decía en sus largas cadenas, aunque fuese de poco contenido. No más. Ahora el Presidente va a la zaga, reaccionando hasta tardíamente a los planteamientosy acusaciones que le hace la oposición. Luce aletargado.
- Ha perdido el fervor de sus seguidores. “Con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo”, se oíadecir con frecuencia. Era la cúspide del entusiasmo y la pasión de sus seguidores. Ahora, a muchos de ellos tienen que obligarlos a asistir a los eventos del candidato y con dificultad se quedan hasta el final de éstos. Se nota extenuación.
- Ha perdido la capacidad para seguir inventando programas. Por largo tiempo, el presidente sorprendió al país con uno tras otro programa; típicamente una nueva misión. Esa magia, y los recursos que la hacían posible, se han agotado. El país yace extenuado de misiones y sin ningún progreso. El candidato oficial no tiene nada nuevo que ofrecer. Se capta agotamiento.
- Ha mermado su capacidad para comprar votos. Ahora la gente, aunque reciba una lavadora o un carro, como los regalados recientemente a 200 Guardias Nacionales,está desencantada y no lo acompaña tan fácilmente con su voto, como se evidenció en las elecciones parlamentarias, en las que el oficialismo perdió el voto popular, a pesar de los regalos repartidos durante la campaña.Se advierte ineficacia.
- Ha agotado el uso de los medios de comunicación social. Los ha usado hasta la saciedad, en particular la televisión. Es posible que ahora sus apariciones más bien le hagan daño. Signos de sobredosis.
- Ha perdido la capacidad de intimidar a los empleados públicos. Cada vez protestan mas, votan por candidatos sindicales de oposición, se resisten a ir a los actos gubernamentales. Es lo que ocurre cuando se presagia el final de los regímenes autoritarios. Se muestra infructuoso.
- Ha continuado perdiendo cuadros claves de su partido. A estas nuevas elecciones va con dos gobernadores menos a su lado; Henri Falcón y el gato Briceño. De la misma manera, ha tenido que maniobrar para quedarse con los nombres de dos partidos cuyos militantes ya no lo apoyan: PPT y Podemos. Luce enflaquecido.
- Ha perdido condiciones físicaspara la lucha. El mismo Presidente advirtió tempranamente que durante la campaña no tendría la presencia que tenía antes. Buena parte de sus recorridos los tiene que hacer en una carroza, a prudente distancia de las masas, para evitar situaciones incómodas. Se percibe debilidad.
- Ha comenzado a perder las encuestas. Lo anterior se ha comenzado a reflejar en las encuestas. La última de Consultores 21, una de las más serias del país, le asigna una ventaja de 6 puntos aHenrique Capriles. Luce angustiado.
No comments:
Post a Comment