MIGUEL BAHACHILLE M.| EL UNIVERSAL
lunes 27 de enero de 2014 12:00 AM
Algunos integrantes de la MUD ostentando cierta representación como "dirigentes nacionales" poco han entendido del plan envolvente fomentado desde hace 15 años para trasfigurar la democrática formal en "otra cosa". Nada perturba más a los propulsores de esa "otra cosa" que el voto. De allí que los "autócratas modernos" se esmeren por aparentar perfiles democráticos en el que no creen. Si los críticos de octavillas, eslabonados con dirigentes nerviosos de la oposición, creen haber hallado fórmulas "más vivaces" (Constituyente o Revocatorio) que el voto para salir de este régimen es porque nada han asimilado del plan en marcha. El manejo discrecional del erario todavía soporta la prórroga del populismo emprendido hace década y media. Sin embargo la precaria situación económica y los incesantes conflictos de calle auguran que la era histórica caracterizada por el atraso y la ruina está en su última etapa.
Entonces el trabajo de la MUD "no sirve". Revisemos algunas cifras del 8-D para no caer en falsas evaluaciones. La MUD sacó más votos que el PSUV en 90 alcaldías. El Gobierno con el apoyo ocasional de entre 10 y 20 partidos nacionales y locales logro remontar en 18 de estas 90 entidades para apenas hacerse del triunfo de ellas. Además la MUD perdió por exiguo margen en varios municipios remotos. ¿Qué significa ello? Que la unidad, liderada por Capriles, remontó en espacios confiscados por el gobierno desde hace 15 años. Pero los "impacientes y exaltados" no resisten la tentación de exhibirse como "los adalides de fórmulas más veloces y eficaces".
Por otra parte, no puede menospreciarse el triunfo en 23 alcaldías por entes locales y nacionales con designios diferentes a la MUD y también al PSUV. Esos grupos no son incondicionales como tampoco los apoyos casuales que provocaron el remontaje oficial en las 18 alcaldías referidas. Los "opositores nerviosos" que se sienten fortificados por haber ganado algunos escaños como para disputarle al Gobierno y la MUD la supremacía política, tendrán que hacer cola como se hace en los supermercados y esperar que les llegue el turno. ¡Hoy nada sustituye a la unidad!
Hay una pretensión, por demás petulante, de algunos que fungen como investigadores sociales para explicar con juicio preciso las causas de "la debacle de la oposición" el 8-D. ¿Existe en los textos recurridos por estos eruditos algún capítulo que se refiera a las variables electorales fundamentadas en regalías de TV, cocinas, neveras, equipos de sonido, etc.? ¿Y de la parcialidad del árbitro, presión sobre los empleados público, uso de los recursos del Estado en la campaña electoral? Esos son factores, quiérase o no, tuvieron efectos seductivos o amedrentadores, según sea el caso, sobre una parte de los votantes.
Tampoco es factor despreciable que el Estado se haya convertido en una especie de corporación, de coloso interno, para dominar todo el circuito económico y comunicacional del país. Las emisoras oficiales instalaron un costoso "aparataje de mercadeo de conciencias" que se sobrepuso a las pautas legales para insultar, amenazar, mentir y agraviar al adversario. No pocos optantes de oposición fueron difamados en cadena nacional. Sin embargo, jugando en minusvalía pero con límpida moral lograron escalar posiciones inimaginables. La diferencia entre el PSUV y la MUD fue de 450.000 votos. Los apoyos fortuitos no cuentan pues estos son proclives de emigrar de acuerdo a la "dirección del viento". ¡Nada seguros!
El régimen está preocupado porque sabe que el pueblo está volviendo la hoja no obstante la simulación, entre otras gansadas, de "la guerra económica" promovida por "grupos económicos apátridas". El saqueo dirigido, lejos de beneficiar, ha arruinado al comerciante honesto y sometido al consumidor a escasez y carestía. La MUD lo hizo y lo sigue haciendo bien. Cualquier cambio u protesta de calle, gremial o institucional, debe canalizarse a través de la MUD. Así los impugnadores de siempre tendrán la ocasión para aportar su erudición y enriquecer el debate en vez de crear cizañas tontas que alivianan la responsabilidad del Gobierno.
Entonces el trabajo de la MUD "no sirve". Revisemos algunas cifras del 8-D para no caer en falsas evaluaciones. La MUD sacó más votos que el PSUV en 90 alcaldías. El Gobierno con el apoyo ocasional de entre 10 y 20 partidos nacionales y locales logro remontar en 18 de estas 90 entidades para apenas hacerse del triunfo de ellas. Además la MUD perdió por exiguo margen en varios municipios remotos. ¿Qué significa ello? Que la unidad, liderada por Capriles, remontó en espacios confiscados por el gobierno desde hace 15 años. Pero los "impacientes y exaltados" no resisten la tentación de exhibirse como "los adalides de fórmulas más veloces y eficaces".
Por otra parte, no puede menospreciarse el triunfo en 23 alcaldías por entes locales y nacionales con designios diferentes a la MUD y también al PSUV. Esos grupos no son incondicionales como tampoco los apoyos casuales que provocaron el remontaje oficial en las 18 alcaldías referidas. Los "opositores nerviosos" que se sienten fortificados por haber ganado algunos escaños como para disputarle al Gobierno y la MUD la supremacía política, tendrán que hacer cola como se hace en los supermercados y esperar que les llegue el turno. ¡Hoy nada sustituye a la unidad!
Hay una pretensión, por demás petulante, de algunos que fungen como investigadores sociales para explicar con juicio preciso las causas de "la debacle de la oposición" el 8-D. ¿Existe en los textos recurridos por estos eruditos algún capítulo que se refiera a las variables electorales fundamentadas en regalías de TV, cocinas, neveras, equipos de sonido, etc.? ¿Y de la parcialidad del árbitro, presión sobre los empleados público, uso de los recursos del Estado en la campaña electoral? Esos son factores, quiérase o no, tuvieron efectos seductivos o amedrentadores, según sea el caso, sobre una parte de los votantes.
Tampoco es factor despreciable que el Estado se haya convertido en una especie de corporación, de coloso interno, para dominar todo el circuito económico y comunicacional del país. Las emisoras oficiales instalaron un costoso "aparataje de mercadeo de conciencias" que se sobrepuso a las pautas legales para insultar, amenazar, mentir y agraviar al adversario. No pocos optantes de oposición fueron difamados en cadena nacional. Sin embargo, jugando en minusvalía pero con límpida moral lograron escalar posiciones inimaginables. La diferencia entre el PSUV y la MUD fue de 450.000 votos. Los apoyos fortuitos no cuentan pues estos son proclives de emigrar de acuerdo a la "dirección del viento". ¡Nada seguros!
El régimen está preocupado porque sabe que el pueblo está volviendo la hoja no obstante la simulación, entre otras gansadas, de "la guerra económica" promovida por "grupos económicos apátridas". El saqueo dirigido, lejos de beneficiar, ha arruinado al comerciante honesto y sometido al consumidor a escasez y carestía. La MUD lo hizo y lo sigue haciendo bien. Cualquier cambio u protesta de calle, gremial o institucional, debe canalizarse a través de la MUD. Así los impugnadores de siempre tendrán la ocasión para aportar su erudición y enriquecer el debate en vez de crear cizañas tontas que alivianan la responsabilidad del Gobierno.
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