En:
http://www.literanova.net/blog5.php/el-incidente-internacional-conocido-con
Hugo Alvarez Pifano
La muerte del Presidente Jaime Lusinchi ocurrida hace unos pocos
días, nos ha traído a la memoria, un grave incidente internacional
conocido en la historia reciente de Venezuela con el nombre de “crisis
de la corbeta Caldas”, del cual él fue protagonista principal, junto a
su Canciller Simón Alberto Consalvi, además brillaron con gloria la
armada, el ejército y la fuerza aérea venezolanos, de aquellos tiempos.
1.- Narración de los hechos.
La
“Crisis de la corbeta Caldas” tuvo lugar el 9 de agosto de 1987, cuando
un barco de guerra colombiano –la corbeta ARC Caldas- cruzó el paralelo
de Castilletes rumbo al sur y se colocó en el Golfo de Venezuela, en el
centro del área reclamada por Colombia, allí fue interceptada por el
patrullero venezolano ARV Libertad y tuvo lugar el siguiente dialogo,
muy revelador:
-Corbeta Caldas, usted se encuentra sin autorización en aguas jurisdiccionales venezolanas, le sugiero su inmediato retiro.
-Bienvenido patrullero Libertad al mar territorial colombiano, zona
económica exclusiva, nosotros estamos en navegación de rutina en
nuestras aguas.
-No existe tal zona económica exclusiva, le repito usted está en el
Golfo de Venezuela donde hemos ejercido soberanía desde antes de la
independencia. Sepa usted que la Armada y la Fuerza Aérea de Venezuela
haremos lo que sea necesario para defender nuestra soberanía sobre el
Gofo de Venezuela, por lo tanto ¡Le ordeno desalojar estas aguas!
Eran a la sazón Virgilio Barco el presidente de Colombia y su canciller
Julio Londoño, los responsables de haber provocado esta grave crisis
diplomática; el presidente de Venezuela era Jaime Lusinchi y su
canciller Simón Alberto Consalvi. Con premura el presidente Lusinchi
convocó una reunión de “alto gobierno” en Miraflores (formaba parte de
ese “alto gobierno”, como Ministro de la Defensa el general Heliodoro
Guerrero Gómez), El presidente ordena el estado de “alerta militar” y
constituye un “teatro de operaciones” comandado por el inspector general
del ejército, general José María Troconis Peraza. La conclusión de la
reunión fue que la excursión del Caldas en aguas venezolanas no era un
hecho fortuito, sino un plan de acción premeditado, en consecuencia
Venezuela debía prepararse para una acción de mayores proporciones. Ese
día el batallón Bravos de Apure fue desplazado al río Limón, así mismo
fueron movilizados a posiciones estratégicas los batallones de
infantería Arismendi y Girardot, igualmente el grupo de artillería
Freites, el batallón de ingenieros Carlos Soublette, el batallón de
apoyo José Escolástico Andrade y el grupo de artillería lanza cohetes
José Gregorio Monagas. Con anterioridad dos aviones caza F16, de la
Fuerza Aérea de Venezuela, procedentes de la costa del estado Falcón
habían volado en apoyo del patrullero Libertad. Al anochecer, el
Canciller Simón Alberto Consalvi hizo entrega a Pedro Gómez Borrero,
embajador de Colombia en Caracas, de una nota diplomática donde
Venezuela reafirma su soberanía sobre el área marítima ocupada por el
Caldas y exige la inmediata salida del barco de guerra colombiano y
advierte “el gobierno venezolano ha evitado tomar las medidas que las
circunstancias justifican”
¡Qué manera ejemplar de defender nuestra soberanía e integridad
territorial! Eran otros tiempos, cuando el Canciller venezolano y su
Cancillería estaban respaldados por un bien formado equipo de
diplomáticos de carrera, con vocación de servicio.
Efectivamente, el Caldas salió de nuestro golfo, pero vean ustedes el
dialogo final entre los capitanes de los dos barcos: capitán Alfredo
Castañeda Giral de Venezuela y capitán Sergio García de Colombia:
Capitán del Caldas: Procedo a abandonar el área, he cumplido mi misión
de hacer presencia y ejercer control sobre esta área marítima
colombiana. Terminado.
Capitán del Libertad: usted no ha podido hacer presencia ni ha ejercido
control alguno, su retirada reafirma la soberanía venezolana sobre el
Golfo de Venezuela. Terminado.
¡Qué actitud más gallarda y noble de nuestra armada! Eran tiempos, de
militares con un gran sentido del deber y amor a su patria.
2.- ¿Qué buscaba Colombia al provocar la crisis de la corbeta Caldas?
Para responder a esta pregunta, debemos formular otra: ¿A quién
pertenece el Golfo de Venezuela? Pues bien, aunque esta nueva pregunta
parezca tonta - pues si se llama Golfo de Venezuela, debe pertenecer a
Venezuela- es necesario mostrar cuales son los títulos que exhibe
Venezuela para proclamar su soberanía plena sobre el golfo, para después
explicar cuáles son los argumentos de Colombia para reclamar un
condominio sobre el Golfo de Venezuela. Esto es lo que trataremos de
hacer a continuación.
2, a.- Naturaleza del Golfo de Venezuela
El
Golfo de Venezuela es el más importante “Cuerpo de Aguas” de nuestra
nación, una área crítica y estratégica, de importancia militar y
política, pero más allá de toda consideración, es un espacio geográfico
de un gran valor económico, por ser la ruta de nuestro comercio
internacional y la entrada a Maracaibo, uno de nuestros puertos vitales,
así mismo, los recursos pesqueros del golfo son extraordinariamente
abundantes. Se ha probado también, que el subsuelo está lleno de
yacimientos petrolíferos de valor considerables. Como dicen los cultores
de la geopolítica, quien domine el Golfo de Venezuela, domina a
Venezuela y quién se mete en él, clava una espina en el corazón de la
nación venezolana. Venezuela tiene títulos, contundentes y nada
discutibles, para conservar y mantener la propiedad exclusiva sobre la
totalidad de las aguas del golfo, como lo ha hecho históricamente. En
este artículo vamos a explicar en qué consisten estos títulos, pero
antes permítaseme decir, que la ofrenda más gloriosa que la sabiduría
humana, amén de la providencia divina le concedió a Venezuela, en su
entrada a la historia universal, fue el mapa de Juan de la Cosa, hecho
en el año de 1500: en esta carta geográfica, el primer bosquejo del
nuevo mundo, en medio de su golfo, aparece por primera vez orbi et
orbis el nombre de Venezuela, muchos siglos antes de que alguien
escuchara el nombre de un país llamado Colombia –una creación del
Libertador- y de que nuestros vecinos enarbolaran por primera vez su
bandera sobre cualquier territorio –la misma que fue diseñada y traída a
las costas de América por Don Francisco de Miranda- y conste, que los
venezolanos nunca le hemos cobrado a Colombia ni un solo centavo, por
concepto de derechos de autor por su nombre y por su bandera.
2, b.- Manipulaciones de Colombia para cambiar la percepción del público.
El caso es –tome asiento y asómbrese amable lector- que en Internet,
“Wikipedia, la enciclopedia libre” una fuente de conocimientos de
alcance universal, publicada en diversas lenguas, se ofrece al público
la información de que el Golfo de Venezuela “pertenece a Venezuela y
Colombia” en pocas palabras es un golfo compartido, un “golfo
colombo-venezolano” Esta afirmación es, para decirlo en lenguaje puro y
simple, una infamia a daño de la nación venezolana. Tradicionalmente,
cuando ocurren afirmaciones tendenciosas de este tipo, la Cancillería
venezolana ha salido al paso para aclarar que Venezuela rechaza
categóricamente estos falsos conceptos, dirigidos a menoscabar su
integridad territorial. Ahora bien, la cancillería venezolana de la era
de los cancilleres de la República Bolivariana de Venezuela, ha guardado
un pesado y negligente silencio, pareciera que ni siquiera se ha
enterado, de que a nivel planetario se está sembrando este tipo de
desinformación, falsa y perversa, con fines y propósitos inconfesables.
2, c.- Títulos en que Venezuela fundamenta su soberanía exclusiva sobre el Golfo de Venezuela
A la pregunta inicial con que se abre este artículo: ¿A quién
pertenece el Golfo de Venezuela? la respuesta es: a Venezuela, en
propiedad exclusiva sobre la totalidad de las aguas del golfo, porque
son “aguas históricas de Venezuela” En efecto, conforme al derecho
internacional para que un Estado pueda reclamar la propiedad de un
cuerpo de aguas como “aguas históricas” debe presentar un título
histórico, sobre este punto existe una extensa jurisprudencia de la
Corte Internacional de Justicia, que puede resumirse de la siguiente
manera: Cuatro son las condiciones: 1º) Ser el área reclamada de real
importancia económica para el Estado que plantea la reclamación; 2º) Ser
el área reclamada de importancia para la seguridad nacional y para los
intereses vitales de ese Estado; 3º) Demostrar que la configuración
geográfica de esa área es parte importante del territorio del Estado
reclamante; y 4º) Demostrar que el cuerpo de aguas reclamado no es una
vía de paso internacional, necesaria para el tránsito marítimo de las
otras naciones. Sin ningún lugar a dudas, estamos en presencia de un
cuerpo de aguas, el Golfo de Venezuela, que reúne todas las condiciones
para ser declarado “Bahía histórica” y por consiguiente, sus aguas como
“aguas históricas” y por lo tanto “aguas interiores nacionales de
Venezuela”
El Golfo de Venezuela tiene un perímetro de costas, incluida “La Bahía
del Tablazo”, de 748 Kms. En esta longitud de sus costas, Venezuela
tiene el 94,7% y Colombia el 5,3% restantes (gracias al doloso hito de
Castilletes), pero ojo, una cosa es tener una minúscula parte de las
costas y otra es ejercer el dominio y soberanía sobre la totalidad de
las aguas del golfo, como lo ha hecho Venezuela durante siglos,
soberanía reconocida por todos los Estados, incluida Colombia. Las
pretensiones colombianas sobre el golfo son recientes, podríamos decir
en lenguaje coloquial “de un día para otro” En efecto, desde el año de
1500, en que Juan de la Cosa puso el nombre de Venezuela en el centro de
su golfo, hasta el año de 1962, fecha de un alegato inicial, Colombia
no hizo ninguna reclamación de propiedad sobre las aguas del golfo, 462
años de reconocimiento de la soberanía de Venezuela y ahora, de golpe y
porrazo, Colombia pretende compartir con Venezuela la propiedad del
Gofo.
2, d. Insistencia de Colombia en manipular tesis, con el objeto de fundamentar sus reclamos.
Tornando entonces a la publicación de “Wikipedia, la enciclopedia
libre”, lo más grave en esta enciclopedia, es el mapa de delimitación de
áreas marinas que allí se ofrece, este mapa representa, nada más y nada
menos, que la posición extrema de las pretensiones colombianas sobre el
golfo, una penetración colombiana por debajo del paralelo de
Castillete, un planteamiento absurdo siempre rechazada por Venezuela.
Entonces nos preguntamos: ¿Será posible que la cancillería venezolana de
la era del canciller Elías Jaua, no tenga nada que decir en torno a
esta publicación tan sesgada y tendenciosa?
2, e.- Razones para no aceptar una penetración de Colombia en el Golfo de Venezuela
Trataremos de explicar a continuación porque, entre muchas otras
razones, existen dos muy poderosas para no aceptar una penetración
colombiana por debajo del paralelo de Castilletes: El golfo es el paso
obligado para llegar al Lago de Maracaibo y esto representa una
consideración altamente significativa para la seguridad de la nación
venezolana y para sus intereses vitales, por las características
especiales de la navegación en esta zona, realizada mediante canales:
existen cinco, que atraviesan la “Barra de Maracaibo”, algunos naturales
otros artificiales, a saber: “Canal Exterior”, “Canal Interior”, “Canal
Larrazábal”, “Canal Palmarejo de Mara” y el “Canal Punta Palmas” Pues
bien, la entrada a todos estos canales esta adosada a la Península de la
Goajira que estaría afectada por la delimitación que plantea Colombia.
La otra razón, es que Venezuela ha cerrado su golfo en muchas
oportunidades, que no viene el caso citar por razones de brevedad, ahora
bien, con la delimitación reclamada por Colombia, Venezuela no puede
cerrar su golfo sin la anuencia de este país. Como es elemental intuir,
ningún Estado puede empeñar su soberanía, su seguridad y sus intereses
vitales frente a planteamientos de otro país fundamentados en
pretensiones expansionistas. Esto es un concepto político, jurídico y de
orden práctico, y aquí radica el error de Colombia, cuando quiso
provocar el incidente internacional, señalado al inicio del presente
trabajo, conocido con el nombre de “crisis de la corbeta Caldas”
3.- ¿Por qué Colombia realiza estas acciones con el fin de desvirtuar hechos incontrovertibles?
Para finalizar, ¿Qué pretende Colombia con este tipo de publicaciones
tendenciosas hechas en enciclopedias de alcance universal? No es
difícil de explicar lo que está buscando, yo diría que este esfuerzo
tiene relación con una tesis muy conocida en el ámbito del derecho
internacional: “La teoría de la fuerza expansiva del derecho
internacional” del jurista francés George Scelle, profesor en la
Universidad de Dijon y miembro de la Comisión de Derecho Internacional
de las Naciones Unidas, esta teoría hace del derecho internacional una
fuerza viva, en permanente expansión, que va amoldándose a la realidad
internacional, para lograr su objetivo más importante: el mantenimiento
de la paz y la seguridad internacional, lo cual sería imposible de
alcanzar con un derecho internacional vetusto, inmóvil y anquilosado en
el pasado. Entonces Colombia está tratando de colocar una pica en
Flandes dentro del corazón existencial de Venezuela: un derecho
internacional nuevo, que va al encuentro de nuevas realidades, por
encima de títulos históricos. En la actualidad, en Colombia se hace uso
habitual de esta teoría, en su aplicación a diversas ramas del derecho,
el amable lector puede encontrar en Internet, muchos sitios colombianos
donde se hacen estudios acerca de esta tesis del profesor Scelle, les
recomiendo dos: Corte Suprema de Justicia, República de Colombia,
Revista no 21, Año 9, junio de 2007. La subordinación laboral en la
jurisprudencia, Luis Javier Osorio López, Magistrado en la Sala de
Casación Laboral; otro, Luis Dallanegra Pedraza, El derecho
internacional y los límites a la violencia. Reflexión política.
Universidad Autónoma de Bucaramanga, Colombia, 2009.
4.- Indiferencia de la Cancillería venezolana actual frente a las manipulaciones colombianas
Y, que podemos decir los venezolanos, de nuestras publicaciones
jurídicas en apoyo a las tesis venezolanas. Pues bien, el Instituto de
Altos Estudios Internacionales Pedro Gual de la Cancillería venezolana,
tenía una revista, fue cerrada. La Dirección de Relaciones Culturales,
allí mismo, tenía también una importante revista, fue cerrada. La
biblioteca de la Cancillería venezolana, fruto del acopio de libros de
derecho y política internacional durante siglos, fue cerrada. Entonces,
estamos despertando en la noche más silenciosa y negra de una pesadilla
que no merecemos, ni como diplomáticos ni como pueblo y menos aún como
nación: el olvido de nuestra cultura y tradiciones. En consecuencia,
ninguna nación puede vivir por largo tiempo, sin respetarse a sí misma,
esto es, sin hacer a diario un ejercicio de conciencia para defender una
cultura propia y sobre todo, para preservar una patria que ama, en sus
dos fronteras, occidental y oriental: el Golfo de Venezuela y la
Guayana esequiba.