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Víctor Salmerón
El malestar de la economía venezolana no deja de agravarse. El profundo y caótico recorte de las importaciones es de tal magnitud que no hay suficientes antibióticos en las farmacias, las empresas paralizan plantas por falta de materia prima, los precios aumentan a un ritmo inédito, la pobreza crece y la recesión parece no tener fin. En este entorno, la Asamblea Nacional encargó a una subcomisión especial dirigida por el diputado José Guerra, la elaboración de una propuesta para enfrentar la crisis.
Tras escuchar la opinión de académicos y expertos en distintas áreas, la subcomisión elaboró un documento que plantea una serie de medidas para estabilizar la economía. En esta conversación José Guerra analiza la propuesta y no duda en afirmar que el país sufre “la peor crisis de su historia”.
Desde el pasado 6 de diciembre José Guerra forma parte de los parlamentarios que militan en la oposición y cuenta con un bagaje poco común para abordar los temas económicos: veinte años de carrera en el Banco Central de Venezuela donde llegó a desempeñarse como gerente de investigación, un posgrado en la Universidad de Illinois y autor, junto a Régulo Sardi y Francisco Sáez, de estudios que recibieron el premio Ernesto Peltzer: Aspectos teóricos y operativos para la definición de una banda cambiaria para Venezuela y Un modelo de análisis económico para Venezuela.
¿Cuál es la intención de este documento?
El documento sintetiza una serie de enunciados generales de la Asamblea Nacional hacia el Gobierno y busca delinear las principales acciones para corregir los tres problemas básicos que existen actualmente e inciden de manera determinante en la crisis: la inflación, estamos al borde una hiperinflación. La contracción de la actividad económica y la necesidad de financiamiento externo.
Hasta que no haya un plan que aborde estas tres cosas de manera simultánea, es muy difícil comenzar a crecer y entrar en una senda de estabilidad.
¿Cómo contener esta inflación en un contexto donde el Gobierno parece decidido a continuar cubriendo parte de su gasto con dinero que imprime el Banco Central?
El remedio contra la inflación ya se conoce en todas partes del mundo. Todas las inflaciones altas tienen como elemento común el financiamiento del déficit fiscal con impresión de dinero. Entonces hay que cerrar la brecha fiscal. ¿Cómo se cierra? Buscando más ingresos, moderando el gasto y con financiamiento.
Hay un problema adicional que es la poca preferencia de los venezolanos por los bolívares, si esto no se corrige va a haber una presión permanente de la gente por comprar dólares u otros activos. Hay que restituir el rol del bolívar como unidad monetaria y reserva de valor, que las personas sientan que vale la pena ahorrar en bolívares.
Otro tema es la producción. Hay que elevar la producción, sobre todo de alimentos.
El documento tiene una lista de deseos entre los que destacan cerrar la brecha fiscal de 15% del PIB y eliminar el financiamiento monetario del déficit pero no indica cómo hacerlo. ¿Podría explicar qué haría la oposición para alcanzar estos dos objetivos si fuese gobierno?
El documento es de enunciados generales. Los aspectos específicos son difíciles de determinar porque somos el poder legislativo no el Ejecutivo, pero podría decirte que gran parte del desajuste fiscal tiene que ver con un problema de gasto del sector público visto como un todo, particularmente Pdvsa.
No habrá solución al tema fiscal hasta que no se resuelva el problema de la baja producción en Pdvsa y se cambie el esquema cambiario que incide de manera importante en el déficit.
¿Se refiere a un tipo de cambio artificialmente barato que hace que Pdvsa solo reciba por gran parte de sus divisas 10 bolívares por cada dólar?
Así es. A diez bolívares por dólar y antes a 6,30 bolívares, ninguna empresa es rentable, menos Pdvsa. Con este esquema cambiario y unos costos que crecen por una inflación sumamente alta no hay manera de que Pdvsa obtenga ganancias y haga contribuciones fiscales.
La propuesta contempla que a principios del 2017 “se tenga una tasa de cambio única y fluctuante”. ¿Cómo se va a lograr esto sin aumentar las reservas internacionales? ¿No debería proponerse que se eliminen los fondos como el Fonden y se regrese a la centralización de las reservas? Tampoco se menciona al dólar paralelo, ¿Para unificar gradualmente no habría que crear un mercado paralelo legal?
La propuesta, entrando en mayores detalles, es centralizar las reservas. Pero quiero hacer la observación de que el problema fundamental no es el tipo de cambio, es la inflación. Si te empeñas en mantener el tipo de cambio fijo te quedas sin reservas, eso es lo que está pasando.
Ahora, es claro que no se puede permitir que el tipo de cambio se vaya para las nubes, se trata de ir a una flotación administrada por el Banco Central, pero reitero que el objetivo, la meta principal, no puede ser el tipo de cambio sino la inflación.
¿Cómo se unificaría el tipo de cambio gradualmente?
Nuestra propuesta es la unificación cambiaria. Un solo tipo de cambio, único y flotante. Eso pasa por dos etapas, una primera donde se desmonta gradualmente el control de cambio, liberando la cuenta corriente y dejando ciertas restricciones de capital. Al mismo tiempo crear un mercado paralelo ordenado, que tiene que fomentarse. Dólar Today no es un mercado. Además armar un programa financiero donde ingrese capital, baje la inflación y las personas confíen nuevamente en el bolívar. El fin último es eliminar por completo el control de cambio. ¿Eso es imposible? No, todos los países lo tienen.
¿Y las tasas de interés pueden continuar en el nivel en que están actualmente, muy por debajo de la inflación, con lo que no hay ningún incentivo para ahorrar en bolívares?
Este es uno de los temas por los que el desmontaje tiene que ser gradual. Podría haber una salida de depósitos si antes no aumenta la preferencia por el bolívar, eso es un riesgo. Si no hay confianza y respaldo en reservas todo el problema se va a concentrar en el tipo de cambio y eso va a presionar los depósitos en la banca. Por eso hay que llevar las cosas poco a poco.
La historia nuestra es de desmontaje abrupto del control de cambio, así se hizo durante los gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, no gradualmente.
Eso es cierto pero la situación no era tan crítica como ahora. Esta es la peor crisis en la historia económica de Venezuela. Confluyen varias crisis de manera simultánea, una crisis fiscal, cambiaria y bancaria en potencia si los depósitos salen del sistema. La composición de la liquidez está muy sesgada hacia los depósitos a la vista, no hay ahorro, el ahorro desapareció por los controles.
El documento dice: “La forma más eficiente de asignar los recursos es mediante el funcionamiento eficiente del mercado con su debida regulación y los precios controlados que se mantengan serían aquellos determinados por situaciones excepcionales. Venezuela requiere recomponer el sistema de formación de precios, el cual fue destruido por controles prolongados”. Por eso propone: “Modificar o derogar la Ley de Precios Justos y sustituirla por una legislación que estimule la competencia”. ¿Proponen eliminar el control de precios o reformarlo?
Lo ideal es un sistema libre, el control de precios es para situaciones extremas, catastróficas, de guerra y ese no es el caso de Venezuela. El control de precios destruye la oferta y no baja la inflación. El año pasado con control de precios la inflación de alimentos fue de 315%, es evidente que no funciona.
Pero hay que ir desregulando poco a poco porque tras tantos años de control se trata de un problema que se instaló en la estructura de la economía. Habría que comenzar con los productos donde no hay oferta, aquellos que tienen hasta cuatro años con el precio congelado y han desaparecido de los anaqueles.
El control de precios lo único que hace es acumular la inflación y cuando se elimina el desequilibrio se siente, entonces habría que ir asimilando poco a poco los aumentos de precios que inevitablemente van a ocurrir cuando se elimine el control. Hay que ir administrándolo poco a poco.
En el tema de la oferta también influye la deuda con los proveedores internacionales, que han dejado de enviar materia prima y exigen pago de contado. Las empresas indican que el Gobierno aprobó las solicitudes de divisas y con ese aval realizaron importaciones que no se han cancelado. Sobre este tema el documento dice que es necesario “restablecer las líneas de crédito internacional para lo cual hay que cancelar la deuda comercial válidamente contraída”. ¿Estaría de acuerdo en que el Estado asuma esa deuda cancelándola con bonos de la República?
Lo primero que hay que hacer es estudiar la deuda, porque no es igual en todos los sectores. La deuda de las aerolíneas no es igual que la de las empresas farmacéuticas o la manufactura, especialmente de alimentos. Por ejemplo, tengo la impresión de que buena parte de la deuda con las aerolíneas ya se pagó porque los pasajes eran bastante caros.
La deuda con las empresas farmacéuticas no. Los productos se importaron y se vendían bastante baratos, se importaron con la garantía de que se iban a desembolsar las divisas al tipo de cambio oficial. Creo que hay que estudiarlo caso por caso y, si se determina que la deuda es legítima, buscar el mecanismo para pagarla. Pienso que el mecanismo es el reconocimiento de la deuda por parte del Estado, pero es necesario negociar muy bien las condiciones, lograr un plazo adecuado.
La otra opción es decir no pago, con lo cual seguirían cerradas las líneas de crédito, habría que cancelar materia prima solo en efectivo y nunca se restablecería la confianza de los proveedores. No es serio importar, consumir los productos y no pagar.
¿Y el mecanismo sería pagarla con bonos?
No hay recursos para cancelarla en efectivo, si no hay dinero para hacer las importaciones que se requieren menos va a haber para pagar esta deuda.
El documento indica: “Con un precio petrolero para 2016 en el entorno de US$ 35 por barril, los recursos no alcanzan para al mismo tiempo financiar un mayor nivel de importaciones, pagar los servicios y cancelar la deuda. En lo que resta de 2016 hay que pagar US$ 7.500 millones, excluyendo la deuda con China y más de US$ 10.000 millones en 2017”. Esto señala que se necesita financiamiento internacional que, según la propuesta, debería provenir de “las agencias y bancos de exportaciones de la comunidad financiera internacional”. ¿Esto no es un eufemismo para no nombrar al Fondo Monetario Internacional (FMI)?
No es un eufemismo porque creo que la primera opción no es el FMI. Se puede armar un programa financiero sin necesidad del FMI. Para mí el FMI no es un tabú porque si lo fuese entonces propondría que el país abandonara al Fondo. ¿Para qué hacer aportes al FMI y tener un capital que no se utiliza?
El problema está en que en este país, en este momento, la primera línea de acción no puede ser el FMI porque se generaría una resistencia política que va a inhabilitar cualquier programa económico, solo por esa etiqueta. Se puede armar un programa económico con otras agencias multilaterales, también está China, el uso del petróleo como fuente de financiamiento e ir a un tratamiento de la deuda externa.
¿En cuánto se calcula la cantidad de dólares que debe obtenerse a través del financiamiento?
Depende del precio del petróleo pero con una cesta petrolera venezolana en torno a 30 dólares el barril, este año se requieren unos 20.000 millones de dólares.
¿Si no se consigue ese financiamiento qué ocurriría este año en Venezuela?
Habría una caída aún mayor de las importaciones, lo que indica que la economía no crecería y habría liquidación de activos como las refinerías de Citgo, porque ya se ha utilizado buena parte de lo que estaba a la mano: se cobró por adelantado y con descuento una porción de lo que se le debía al país por el convenio de Petrocaribe, se utilizaron los DEG, se obtuvieron recursos con operaciones de swap de oro, se endeudó a Citgo. Es decir, el espacio que queda de acción es limitado.
¿Sin un plan de financiamiento el país no sale de la recesión?
No hay salida de la recesión porque no habría dólares para realizar las importaciones que se necesitan para que la economía crezca. Sin financiamiento externo no va a haber crecimiento así se anuncien motores, turbinas, porque hay un déficit de dólares. ¿Vas a importar la materia prima que necesitan las empresas con bolívares?
Se propone: “Propiciar canjes voluntarios de deuda para toda la estructura de vencimientos y así evitar solapamientos de la misma”. ¿Para que los inversionistas cambien sus bonos por otros a más largo plazo no habría que emitir bonos con una tasa de interés sideral si no se va al FMI previamente para obtener su aval y recibir financiamiento?
No necesariamente. Todos los programas del FMI tienen quita de deuda, el FMI pone a los acreedores a asumir una pérdida porque parte del principio de que si el Fondo va a poner dinero los acreedores también deben hacer sacrificios y es difícil convencer a un acreedor de que haga un descuento de la deuda.
En el caso venezolano se puede estructurar un plan que no afecte a los acreedores, diseñando un programa económico creíble que abra las puertas del financiamiento. El colateral que exigen los prestamistas es un programa económico viable.
Otro aspecto es dar algún tipo de garantía que, en nuestro caso, sería un bono atado al precio del petróleo: si los precios del barril suben se paga más y si bajan se paga menos, eso ya se hizo en una oportunidad. Hay un antecedente de bonos emitidos por PDV Finance con esta estructura que hizo que se bajara bastante el cupón porque el acreedor tiene la garantía de cobrar de acuerdo a la factura petrolera.
¿La idea es cambiarle a los acreedores los bonos que vencen en 2016 y 2017 por otros bonos a mayor plazo y con esta característica que los vincula con el precio del petróleo?
Hay que mover toda la estructura de bonos porque sino el problema se concentra para 2021 o 2022, se trata de una solución integral. Mover toda la estructura, alcanzar un período de gracia que de un alivio en el pago de la deuda y realizar la ingeniería financiera para emitir estos bonos nuevos que sustituyan a los viejos.
Los acreedores saben que este país, que ha pagado siempre, ahora no puede pagar. Hay que alargar los vencimientos sin afectar el rendimiento que hoy tiene el acreedor.
¿Esto sería posible sin el aval del FMI?
Hay quienes piensan que no, pero eso no es verdad. Mauricio Macri, el presidente de Argentina, acaba de hacer una cuerdo con los acreedores y no firmó con el FMI, el Fondo lo que hizo fue darle el visto bueno al programa. Rafael Correa, presidente de Ecuador, presentó un programa de ajuste porque su país está en dificultades tras la caída de los precios del petróleo y el FMI le dio su apoyo.
La propuesta incluye elevar la producción petrolera a un ritmo no menor de 100.000 barriles anuales por diez años y “abrir nuevos espacios a la inversión nacional y extranjera en el negocio petrolero para financiar ese aumento de producción”. ¿Esta meta no es conservadora? ¿Cómo serían esos nuevos espacios?
Prefiero ser conservador. Durante la apertura petrolera que se hizo durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, la producción petrolera aumentó fuertemente y no se superó este estimado. Pero hay que aumentar la producción, tenemos la relación reservas-producción más baja de todos los países de la OPEP.
Esas inversiones no las puede hacer solamente el Estado que actualmente no tiene para pagarles a los proveedores. Hay que abrir espacio a la inversión nacional y extranjera. Que los venezolanos que están colocando su dinero en el exterior ganando menos de 1% anual, inviertan en bonos petroleros en dólares para que sus capitales estén acá y se reproduzcan.
Que el capital nacional invierta en petróleo, hay 300.000 millones de dólares en el exterior de los venezolanos. ¿Por qué no puede colocarlo en bonos petroleros?
Finalizó el primer trimestre, el gobierno de Nicolás Maduro creó los 14 motores. ¿Ese plan está a la altura de la crisis?
El año tiene doce meses. Tres ya se perdieron, uno es de vacaciones y el último es diciembre. En realidad quedan siete meses hábiles. El plan del Gobierno son unos motores pero, ¿cuál es el objetivo macroeconómico? ¿Bajar la inflación? ¿Crecer? No se sabe. Creo que el objetivo en esta coyuntura tendría que ser bajar la inflación y crear las condiciones para crecer en 2017. Sin estabilizar la inflación nunca va a haber crecimiento. ¿Quién va a comprar los productos con estos salarios?
El Gobierno no sabe qué hacer. Los motores son las mismas mesas de trabajo que hizo Rafael Ramírez en 2014 pero con otro nombre. No hay un plan económico, solo nombres exóticos. No han salido a buscar un dólar en financiamiento porque como no tienen un plan estructurado nadie les va a prestar dinero.
¿El Gobierno de Maduro tiene credibilidad para aplicar un programa económico que detenga el deterioro y relance la economía, o es imposible que lo haga?Nicolás Maduro y su equipo tienen cero credibilidad en materia económica. Por eso tiene que ser un gobierno distinto el que aplique el nuevo programa económico. Maduro expresa una contradicción ideológica: un socialismo dogmático que tiene que ajustar la economía. Actualmente esos dos términos son irreconciliables. Eso es lo que no le permite tomar ninguna medida.
El partido de gobierno es muy dogmático, es la izquierda más atrasada del mundo.
¿Y entonces qué esperan que ocurra con este documento?Estamos en la obligación de sugerirles cosas al Gobierno y al país, no podemos ver que Venezuela se derrumba y no hacer nada. El Gobierno lo toma o lo deja, o toma algunas cosas. Estamos en la obligación de ofrecer alternativas, creo que este documento tiene las bases para formular una política económica distinta.