Sunday, January 31, 2016

Manuel Quevedo: Nos declaramos en rebelión ante la "ley estafa"

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ND / Tatiana Ferrin / 30 ene 2016.- Manuel Quevedo, Ministro de Vivienda y Hábitat, se pronunció en contra del proyecto de Ley de Propiedad de la Gran Misión Vivienda Venezuela, por considerarlo una “estafa”. Desde el estado Vargas, aseguró que se declaran en “rebelión” contra una ley que, a su juicio, va en contra de la Constitución Nacional.
“Estamos con el presi Nicolás Maduro en la calle”, insistió.
Consideró que la oposición intenta “levar la vivienda al mercado de valores (…). Esto es una verdadera estafa contra el pueblo. Nos declaramos en rebelión”.
“La ley que ustedes están planteando es una ley capitalista contraria a los intereses del pueblo. Nos declaramos en rebelión (…). Aquí no hay ningún proceso de negociación (…), va contra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, agregó.
Quevedo señaló: “Vamos a la calle, vamos a encontrarnos con nuestros líderes políticos, vamos a defender lo que tanto nos costó en revolución (…). Vamos a seguir garantizando la Gran Misión Vivienda Venezuela”.
“Vamos a seguir venciendo. ¡Rebelión! ¡Rebelión!”, concluyó.

El decreto es el modelo

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José Guerra


El Decreto de Emergencia Económica es clavo pasado, y al mismo tiempo no lo es. Es clavo pasado no solo porque sus efectos legales se extinguieron una vez que fuera desaprobado por la Asamblea Nacional, sino porque como pieza de propaganda política nunca cumplió su verdadero cometido y cualquier efecto residual ya prácticamente se desvaneció. Sencillamente no hay manera que el público se trague el cuento de que las colas o la inflación son culpa de la Asamblea porque no aprobó el fulano Decreto. Les toca inventar otra. Pero al mismo tiempo, el Decreto no es clavo pasado en la medida que nos adelanta el plan de acción del Gobierno para el futuro previsible (dos o tres meses) y eso no debiera agarrar por sorpresa a los agentes económicos.

Según las recientes declaraciones de Maduro “lo que hizo la Asamblea Nacional [desaprobar el Decreto] fue inconstitucional y me reservo las acciones a tomar dentro de la legalidad”, lo cual suena a un intento por mantener vivo el artificial “conflicto de poderes” en que se han empeñado desde la derrota electoral del 6D. Si lo que quiere decir es que planea insistir con la implementación del Decreto de Emergencia, es bueno aclarar que, tal y como lo señala el informe preparado por la comisión especial designada por la Asamblea Nacional, el Ejecutivo ya está facultado para adelantar muchas de las medidas propuestas allí. No obstante, si lo que quiere decir es que el Gobierno actuará como si en el país estuviéramos bajo un estado de excepción en materia económica, allí sí que se equivoca, pues más allá de la pirotecnia, el Decreto ya no tiene efectos legales.
Poniendo a un lado la maniobra política, es importante leer el difunto Decreto de Emergencia como un desiderátum, una carta de navegación para “perfeccionar” el modelo, que no es otro sino el modelo socialista. Meses atrás, en esta misma columna, argumentaba que en Venezuela rige un sistema económico socialista en sentido estricto, tal y como lo entiende la ciencia económica contemporánea. Hoy el Estado venezolano controla, de una u otra forma, qué se produce, quién lo produce y a quién se distribuye, mediante el control directo de una masa crítica de activos, la imposición de limitaciones arbitrarias al uso y disposición de los activos privados, la monopolización y asignación directa del flujo de divisas a través del control de cambio, la fijación de una miríada de precios y la imposición de controles directos al consumo. En este punto hace su entrada el difunto Decreto de Emergencia, el cual habilitaba al Ejecutivo para, entre otras cosas, ordenar a las empresas incrementar sus niveles de producción o garantizar el abastecimiento de determinados bienes,  así como “requerir [tomar] de las personas naturales o jurídicas propietarias o poseedoras, los medios de transporte, canales de distribución, centros de acopio, beneficiadoras, mataderos y demás establecimientos, bienes, muebles y mercancías que resulten necesarios”. En pocas palabras, la tapa del frasco de una visión hegemónica de la economía.
Quien piense que esto no es el modelo socialista es porque seguramente tiene una visión idealizada del tema o se limita al ambiguo entendimiento que pululaba en los manuales escritos antes de la caída del Muro de Berlín, o en sus versiones postmodernistas. Cuando el oficialismo repite que “se agotó el modelo rentista”, lo que quieren decir es que se agotó la millonada con la cual endulzaban las penurias propias de todo modelo socialista y que ahora solo nos pueden ofrecer nuestro propio “periodo especial”. Creo que el Gobierno está siendo suficientemente claro en sus planes e intenciones, que nadie se llame a engaño.

Izquierdas, derechas y esas persistentes confusiones

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Héctor B. Schamis

Se dice que la década pasada ha sido una década de la izquierda en América Latina, una década de gobiernos progresistas. ¿Se puede decir que ha habido progresismo, progreso social de izquierda estos años?” Así comenzó Moisés Naím su programa,Efecto Naím, al que fui invitado junto con el ex presidente de Bolivia Jorge Quiroga. “Eso si uno toma esas palabras como válidas”—repliqué, con más reflejos que reflexión—“las palabras de los gobiernos que se han definido a sí mismos como izquierdistas”.
“Izquierda dirán ellos”, agregué al final, esos quince segundos de televisión que obligan a omitir varios aspectos de esta discusión, comenzando por la propia definición de “izquierda”. La clarificación es oportuna, dadas las ambigüedades vigentes. Especialmente porque la contraparte del argumento es que quien se opone a esos gobiernos “de izquierda” termina siendo “de derecha”. Falacias por las que transcurre el no-debate, la incesante repetición de clichés que sustituyen la verdadera conversación. Es el fin de la política.
Ser de izquierda se basa en la convicción que la desigualdad no es pre política. Esto es, no está constituida ex ante, ni pertenece al orden natural de las cosas. Por el contrario, la desigualdad se entiende como la consecuencia de un conjunto de relaciones de clase e instituciones: las primeras le dan sustancia, las segundas la reproducen en el tiempo.
Ante eso, la estrategia del socialismo revolucionario fue la toma del poder, súbita y violenta, para desmantelar las relaciones capitalistas de producción y su superestructura jurídica. El problema fue que en el camino de la expansión de derechos sociales se eliminaron por completo los derechos políticos y civiles. El socialismo realmente existente terminó siendo el régimen del Estado-Partido y su burocracia. Resultó que para comer había que dejar de votar y dejar de hablar. Conocido pero falaz razonamiento, sobre todo si, en el largo plazo, tampoco se come.
Mientras ocurrían las masacres del estalinismo, asomaba otra versión de izquierdismo en Europa: el reformismo keynesiano y el Estado de Bienestar de la postguerra. Hacia los 70 el eurocomunismo rompía con Moscú, nótese, antes de la caída del Muro de Berlín. Surgió la izquierda socialdemócrata, que no rechazó la idea de mayor equidad social pero con el capitalismo—no contra él—y en combinación con la democracia competitiva.
Todo ello dio forma al progresismo, un izquierdismo superador, capaz de operar con un concepto más amplio de desigualdad. Más amplio porque para reducir la desigualdad tiene que funcionar el mercado, mecanismo que alienta la iniciativa, la creatividad y la toma de riesgo, la receta de la prosperidad. Pero también porque el mercado es socialización, genera pluralismo y sociedad civil, o sea, ese espacio autónomo de deliberación y agregación de intereses e identidades diversas: de clase tanto como religiosas, étnicas, de género y de orientación sexual. Y todas ellas superpuestas.
Es que en nuestras sociedades complejas y diversas tener politicas de ingresos no es más importante que tener normas para corregir asimetrías en la distribución del reconocimiento social de esas minorías. El progresismo, entonces, solo puede ser liberal-constitucional y, con ello, democrático.
Esta problemática ha sido ajena a la hipocresía de la auto proclamada izquierda de América Latina. Su retórica anti-capitalista no desmanteló el capitalismo. Ni mucho menos, tan sabroso botín para enriquecerse con los amigos. La redistribución no fue financiada con políticas de inversión sustentables y productividad creciente, sino con precios internacionales favorables que, ante el cambio de ciclo, comienza a revertirse. Su ignorancia económica ha producido una monumental distorsión de precios que, financiada con recursos fiscales, generó déficits a su vez financiados con emisión. La pobreza no se mide, la inflación es incierta, las cuentas nacionales, una ficción.
Izquierda dirán ellos. Ni hablar de los derechos identatarios. Esto no ha sido progresismo sino su opuesto, una arqueología del estalinismo modelada en la dinastía despótica de los Castro, tan venerados por los bolivarianos. Es un capítulo que llega a su fin, por la biología en Cuba, las elecciones en Argentina y Venezuela, las protestas contra la perpetuación en Ecuador, Bolivia y Nicaragua, y las marchas contra la corrupción en Brasil y Guatemala. Y por el cambio de precios en todas partes.
Como se vio en la Cumbre de CELAC, donde dos Latinoaméricas se encontraron cara a cara. Una, la del dueño de casa (y del micrófono), es la de las consignas melancólicas y los clichés gastados. Es aquella del comandante tal o cual, la de una pseudo teoría de la dependencia, un anti-imperialismo impostado sin otro propósito que justificar la perpetuación en el poder. Es la América Latina que invoca difuntos, a los que busca canonizar, y a expresidentes procesados por corrupción, a quienes intenta restaurar en el poder.
La otra América Latina que se vio en Quito es la del pragmatismo, la que mira hacia delante, la que busca resolver los problemas de sus sociedades e imaginar soluciones ante una economía internacional incierta. Es la que busca atraer inversión y crear empleo frente al cambio de ciclo, los erosionados recursos fiscales y las decrecientes reservas del Banco Central.
Esa otra América Latina busca recuperar sus mejores tradiciones de derechos humanos, como en el auténtico progresismo de Gabriela Michetti, vicepresidente argentina, al recordarle a Maduro que debe respetarlos, habiendo sido Venezuela amparo de tantos exiliados. Esa es la América Latina de la democracia, la alternancia en el poder y las garantías constitucionales. Izquierda o derecha, esa es la única que tiene futuro.
Publicado originalmente en el diario El País (España)

Embajador Revanales: Hay que investigar la corrupción en el Fondo Chino

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El Embajador Gerson Revanales es un diplomático de carrera y hoy es responsable de los estudios y la línea de investigación sobre el Arco Pacífico en el doctorado de Ciencias Sociales en la Facultad de Economía de la UCV.
Durante primeros 14 años de Chávez y Maduro – entre 1999 y 2013 – se firmaron 2.540 Acuerdos y Tratados, de éstos 533 con China; mientras que en 178 años entre 1820 y 1998 se firmaron 2.265 Acuerdos. Esta diferencia requiere una revisión de la política exterior de la revolución y en particular de las relaciones con China, afirma el embajador Revanales.
La Patilla: Embajador, la Comisión Permanente de Política Exterior se ha propuesto como tarea revisar los Acuerdos y Tratados firmados durante los últimos 17 años del gobierno, ¿esta revisión sería una oportunidad para revisar las relaciones con China?.
Embajador Revanales: El control legislativo es una cuestión de salvaguarda de la Soberanía Nacional; la revisión de los tratados y acuerdos son una necesidad de Estado; en particular cuando estos compromisos se han hecho más por conveniencia política que por interés nacional.
La Constitución Art 222 establece los controles a los que está sujetos y obligados los ministros y funcionarios públicos entre estos se encuentran: la interpelación, las investigaciones y las aprobaciones parlamentarias. El país espera con ansias la interpelación de la Sra. Rodríguez quien deberá asumir no sabemos con qué, la defensa de una política exterior irresponsable que ha puesto en riesgo la integridad territorial y soberanía nacional.
Atendiendo a su pregunta, una de las revisiones necesarias en materia de política exterior, -por su importancia a nivel global- son las relaciones con China; ya que indudablemente se deben fortalecer y profundizar, pero no bajo el modelo chavista de la confrontación este-oeste; ni la madurista de banco de reserva y proveedor de tanquetas antimotines; sino de igualdad, equidad y transparencia.
¿Cree entonces que no ha habido igualdad, equidad y transparencia en la relaciones Venezuela China?
No, no puede haber igualdad cuando Venezuela esta endeudad de forma tal que su soberanía está en riesgo; no hay equidad por que los gobiernos de Chávez y Maduro han privilegiado las relaciones con China por encima de nuestros socios naturales; y no es transparente porque que a la hora de la verdad no se conoce la letra pequeña de Fondo Chino, el cual ha sido una de las fuentes de corrupción en el país, precisamente por esa falta de transparencia.
Es muy comprometedor lo que usted afirma
Tan solo invito a su equipo de investigación a revisar los 533 acuerdos firmados entre Venezuela y China; trate de hacerle seguimiento; y trate de identificar cuáles Acuerdos se han ejecutado; cuántas casas de la Gran Misión Vivienda han sido construidas bajo estos Acuerdos y algo más grave; no sabemos a cuenta de qué, ni a dónde han ido o fueron a parar los 55 millones de yuanes remenbies equivalentes a 6.689.674.400 bolívares fuertes a tasa de calle, donados por el gobierno Chino. El Fondo Chino es sólo una de las fuentes de corrupción por falta de transparencia
¿Cuál es la solución según su experiencia, para salvar y mejorar las relaciones con China?
En mi opinión hay dos mecanismos constitucionales que permiten imponer un control al MPPRE y revisar las relaciones con China a fin de sincerarlas en beneficio mutuo. El Art 222 de la Constitución Nacional contiene los cinco mecanismos del control parlamentario iniciando por la interpelación a la Ministro de Relaciones Exteriores.
El segundo mecanismo es la investigación mediante el cual se haría una revisión de compromisos contraídos: según la pag Web de la Embajada en Bejing y la edición Tratados Públicos y Acuerdos Internacionales de Venezuela publicada por el MPPRE registran entre el 2000 y 2015 la firma de 533 Acuerdos con Beijing; de éstos 79 con empresas chinas sin aprobación constitucional por ejemplo, en materia habitacional, comunicaciones, energía, infraestructura, en desmedro de las empresas, la tecnología y mano de obra venezolana.
Usted habla de 533 Acuerdos pero resalta a 79 con empresas chinas. ¿A que se refiere?
Me refiero que la firma de estos setenta y nueve (79) contratos con empresas chinas y camuflajeados como Acuerdos para evadir los requisitos constitucionales, es un fraude a la constitución. El Art 187 Numeral 9, requiere de la autorización de la Asamblea Nacional en los contratos de interés nacional con Estados o entidades oficiales extranjeras o con sociedades no domiciliadas en Venezuela. En este fraude hay más de 40 firmas chinas que se beneficiaron y debe ser investigado por la Asamblea Nacional; la Sra Rodríguez debe dar las explicaciones del caso y aclarar las dudas existentes, ya que hasta la fecha, estos contratos no cuentan con las leyes aprobatorias respectivas.
¿Que sucede si la Ministro de Relaciones exterior se niega a comparecer o señalar que no puede dar explicaciones por razones de Estado?
En primer término en estos casos no comparto esa distinción o modalidad de invitar a los interpelados a conversar, nos encontramos frente a cuestiones que amenazan nuestra soberanía; una invitación se puede declinar, en cambio una interpelación es una obligación y su negativa acarrea una sanción según el Artículo 223 de la Constitución Nacional
Finalmente en este “fraude constitucional” que usted califica como tal, ¿el gobierno de Beijing tiene alguna responsabilidad?
Veamos las dos caras de la moneda. Si bien existen ciertos principios en el Derecho Internacional que nos dicen que la omisión o incumplimiento de normas internas, no son excusa para alegar el no cumplimiento de los compromisos internacionales, en el caso de la firma del gobierno venezolano de contratos con empresas chinas, hay que considerar que hubo fraude constitucional al no contar con la autorización parlamentaria. El gobierno chino tiene que comprender que ello fue una violación a la norma suprema y que ésta no puede ser dejada de lado para satisfacer compromisos con empresas chinas. Aun mas, la Embajada China en Caracas debió advertir a su gobierno que estos contratos debían ser autorizados por la Asamblea Nacional, de lo contrario son inconstitucionales y susceptibles de no ser reconocidos por el Estado.

Semana: Entrevista a Ramos Allup

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Ramos Allup: Maduro es el primer preso político (Entrevista)


Sin rastros de cualquier alegoría chavista, el nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Henry Ramos Allup, abre las puertas de su nuevo despacho, del que desaparecieron los emblemas de la revolución bolivariana. Se trata –ironías de la historia– de quien se ha mantenido al frente del partido socialdemócrata Acción Democrática, el mismo que gobernó Venezuela en lo que el chavismo llama el pasado y del que el propio Hugo Chávez siempre dijo que “No volverán”.
SEMANA: ¿Volvieron?
HENRY RAMOS ALLUP: No fue que volvimos, es que nunca dejamos de estar presentes. Este tipo de revoluciones entre comillas tienen mucho de nominalismo y mucho de simbolismo. Yo recuerdo que en su primera campaña electoral, Chávez habló de “freír las cabezas de los adecos en manteca” y yo siempre decía en son de broma que: “O faltó manteca o sobraron cabezas”.
SEMANA: Ahora es usted el que sacó los afiches de Chávez. ¿Lo haría distinto después de la reacción mediática?
H.R.A.: Yo creo que a estos efectos la forma vale muy poco. Que si lo hice con sigilo, que si dije palabras que desentonaron. Lo importante era sacar lo que nunca ha debido estar aquí porque, repito, el abuso fue meter esos cuadros y convertir la Asamblea Nacional en una especie de altar adoratriz de Hugo Chávez. Si él tiene devotos o cultores, muy bien, uno no se mete. Aquí en este país hay cultos satánicos, hay el culto a María Lionza, hay cultos nigrománticos, etcétera. Pero para notros eso no cuenta; el que quiera tener un culto que lo tenga, pero no a expensas de la institucionalidad de ningún poder.
SEMANA: ¿Cuáles son ahora las prioridades del Parlamento venezolano?
H.R.A.: Hay muchísimos proyectos, unos de carácter económico, otros de carácter social y político. Por ejemplo, está el proyecto de Ley de Vivienda, que introdujo el diputado Julio Borges como jefe de la Bancada de la Unidad, para dar títulos de propiedad a quienes recibieron casas del Estado. Está el proyecto de Ley de Amnistía para exiliados y presos políticos; también hay un proyecto para la modificación del Poder Judicial, que no puede actuar autónomamente con 70 por ciento de jueces provisorios…
SEMANA: ¿Cómo van a responder a una Venezuela que votó y demanda día a día soluciones inmediatas?
H.R.A.: Ya se declaró el tema gravísimo de la crisis humanitaria de salud por el desabastecimiento de medicinas, que es un problema terrible. Están en curso proyectos e investigaciones sobre el abastecimiento de agua. En fin, estamos atendiendo problemas sociales, económicos y políticos. Pero siempre tenemos presente que la ejecución en definitiva corresponderá al Ejecutivo.
SEMANA: ¿Qué puede hacer o qué van a hacer los diputados venezolanos por la frontera con Colombia, un tema que afecta a ambos lados?
H.R.A.: Para nadie es un secreto que el gobierno de Chávez abandonó ese amplísimo territorio, y que tenía un maridaje con la guerrilla narcoterrorista. Eso se convirtió en un aliviadero, una autopista para que saliera por allí hacia ámbitos internacionales la droga que se producía en Colombia, cuya producción y tráfico estuvieron protegidos por el ELN y las Farc, ahora en trance de entendimiento con el gobierno colombiano. Ojalá se entiendan.
SEMANA: Entre tanto la frontera permanece cerrada.
H.R.A.: La facultad de decretar ese tipo de medidas es del gobierno. Si el gobierno maneja mal la política económica, maneja mal la hacienda, maneja mal las relaciones exteriores, se produce lo que estamos padeciendo en Venezuela.
SEMANA: El Tribunal Supremo de Justicia sacó del juego a tres diputados que ya estaban proclamados. ¿Será ese el contrapoder de esta Asamblea Nacional?
H.R.A.: Yo en ese aspecto he sido muy cuidadoso y lo he dicho muchas veces: este no es un contrapoder. Lamentablemente, al Ejecutivo le ha resultado algo más que traumático tener ahora un Poder Legislativo autónomo y a eso se tendrá que resignar.
Más información en Semana.

El estercolero chavista

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La degradación del régimen ha alcanzado niveles extremos como los que niegan la podredumbre carcelaria y silencian que las armas de guerra de las FAN estén en manos de peligrosos delincuentes que controlan las cárceles y calles del país; culpan de la hambruna y escasez a la caída de los precios del crudo (cuando en plena bonanza petrolera ya había escasez, inflación disparada y creciente endeudamiento). Acusan también a una pretendida “guerra económica” y hasta cometen la iniquidad de culpar al “pueblo analfabeta” de la “falta de productividad del país” durante los 16 años de control chavista. Lejos de ahorrar una parte de los enormes recursos petroleros en un fondo de estabilización macroeconómica, como hicieron otros países productores, el régimen los dilapidó en corrupción, chatarra bélica, regalos a sus compinches ideológicos, incluidos millones de barriles de crudo donados a Cuba y casi regalados a Petrocaribe. El despilfarro, la corrupción y la nómina clientelar crecieron tan desaforadamente, que los enormes ingresos les resultaban insuficientes para las costosas aventuras continentales emprendidas por Chávez, así que, como les ocurrió a los indígenas deslumbrados por los espejitos de los conquistadores españoles, al chavismo le pareció que los muchos créditos chinos a cambio de petróleo eran una ganga, y pronto llenaron el país de chatarra: línea blanca para regalar en los procesos electorales, dos satélites (cuyas andanzas se ignoran) cientos de tractores oxidados y abandonados en los campos para los cuales nunca hubo repuestos, y otros cachivaches que incrementaron la deuda externa. En pleno boom petrolero Chávez confiscó, sin pago alguno, hermosas fincas privadas en plena producción, grandes sembradíos de café, azúcar y maíz, Agroisleña, centenares de fábricas agroindustriales, y a las que aún quedaban en pie, las ha sometido a un acoso inmovilizador, con amenazas de confiscación y negándoles las divisas que necesitan para pagar la enorme deuda con sus proveedores internacionales (divisas ya pagadas en bolívares al gobierno y que éste les niega desde hace tiempo).
 Chávez siempre consideró a empresarios y productores nacionales como “enemigos” de su revolución totalitaria, así que aniquiló la producción nacional con sus “exprópiese” e inició importaciones masivas de Argentina, Brasil, Uruguay, Nicaragua y otros panas “ideológicos” que, agradecidos por la fortuna recibida con sus ventas (con sobreprecios escandalosos que enriquecieron a los nacientes boliburgueses), votaban a favor del régimen en la OEA, y miraban para otro lado cuando Chávez y Maduro violaban los derechos humanos en Venezuela. 75% de los alimentos que consume el país son importados, pero como ya no hay dólares para traerlos, el pueblo venezolano pasa hambre y los enfermos mueren por falta de fármacos (la AN acaba de declarar “crisis humanitaria” por escasez de 80% de los medicamentos). El ministro de economía, empecinado en el mismo modelo económico generador de la crisis, anuncia que “descarta aplicar medidas de austeridad” (¡hay más de 30 ministerios y 128 viceministerios!, a pesar de que Venezuela tiene un gasto público que su economía no puede soportar). Tampoco Maduro muestra intención alguna de rectificar. El presidente de la Federación de Cañicultores expresa preocupación por la desidia de las empresas del Estado: señala que las centrales en manos del gobierno, en esta etapa de zafra, no están procesando la caña, lo que complica aún más la operatividad del sector. Esta semana leemos que la debilitada agroindustria nacional llegó a niveles cercanos al cierre y que la producción de 9 importantes rubros alimenticios, está paralizada (atún, carne enlatada, salsa de tomate, mortadela, avena y otros). Pero no es solo la sangría del gasto público, sino la inmensa corrupción oficial que roba descaradamente los recursos al pueblo. La ONG Transparencia Internacional señala a “Venezuela como el país más corrupto del continente”, calificación que se repite desde hace más de una década.  
El Maduro dictatorial de siempre vuelve a desconocer la legitimidad de la AN y llama al país a rebelarse contra la ley aprobada por el Parlamento que otorga el certificado de propiedad a los adjudicatarios de la GMVV, con cuya ley se pone fin al chantaje oficial de quitarles las viviendas si no votan por el PSUV. La corrupción oficial no soporta una AN autónoma que cumpla sus funciones, de ahí que pugne por eliminarla. Con la auditoría de la GMVV, la AN comprobará que el número de viviendas construidas es mucho menor que las afirmadas por el gobierno  y que los sobreprecios de su construcción son escandalosos. En la Comisión de Contraloría de la AN, la oposición acaba de proponer la comparecencia del general Rangel Silva, gobernador de Trujillo, para que explique donde están los “450 millones de dólares que supuestamente recibió por la construcción del acueducto de Valera que nunca se hizo”. Cosa similar ocurre con el proyecto Tuy IV, que debía haberse concluido en 2007. En 2009 Chávez anunció que con esa obra, aún inconclusa, se solucionaría el abastecimiento de agua de Caracas, Vargas, Guarenas, Guatire y otros, y prometió entregarla en mayo de 2013; luego que para 2014. Sigue paralizada en 2016, mientras el país protesta masivamente por la escasez del agua, los pediatras advierten que sin agua y sin champú se agudiza el problema de los piojos; médicos registran el crecimiento de la sarna (escabiosis) y muestran preocupación por el estado insalubre de los embalses y plantas de tratamiento. María Corina recordaba esta semana que “el gobierno se robó más de 840 mil millones de dólares a través de Cadivi y Cencoex”, y ahora pretende que los pague el pueblo.
No se entiende que con un ingreso petrolero milmillonario hasta junio de 2014, el régimen haya degradado a Venezuela moral y económicamente hasta límites tan extremos. Esta semana el foco periodístico se detuvo en la cloaca carcelaria y su vergonzante ministra: “El Chapo venezolano despedido como un héroe”, reza uno de los muchos titulares sobre el asesinato en la isla de Margarita del narcotraficante apodado el Conejo. No hubo medio interno o externo que no acompañase la noticia con la nauseabunda gráfica de la ministra Varela y el Conejo, abrazados y sentados en una cama matrimonial de la celda carcelaria. El video de los “presidiarios” disparando con armas de guerra desde la terraza “rindiéndole honores” a su “pran asesinado”, ha recorrido el mundo como prueba del estercolero en que ha devenido el régimen de Maduro. Mientras los policías en servicio disponen de una humilde Glock, los delincuentes carcelarios  mostraron impunes sus armas de guerra AR15 con silenciador y mira telescópica, AK47, UZI y muchas otras, todas armas letales de guerra de uso exclusivo de la FAN. ¿Cómo entender que la impresentable ministra de prisiones siga en su cargo y que el ministro de la Defensa, –el mismo que calificó de ofensa a la dignidad militar el cambio hecho por la AN del adefesio que pretendía representar la imagen de El Libertador– y sin embargo enmudece ante el grave delito de que armas militares estén en manos de narcos y criminales convictos y confesos?  

Radio y Televisión: Una irresuelta prioridad

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A Demetrio Boersner
In memoriam            

Radio y TV, los dos medios de más alta penetración que peor cumplen con su cometido por irresueltos problemas estructurales y políticos.
Por un lado la escasa propensión a la lectura, una carencia crónica de alternativas para el disfrute del tiempo libre y una retardada penetración de Internet (a lo que se suman hoy inseguridad e inflación), hacen que las caseras y gratuitas radio y televisión sigan siendo el conector casi único a la realidad, la información, la cultura y el espectáculo. ¡Nada menos! Concluida su educación formal, millones de venezolanos solo acudirán por el resto de sus vidas, para informarse, aprender y entretenerse, a una radiotelevisión convertidade facto en una suerte de ministerio de educación-bis; una realidad que en Venezuela nadie quiere ver ni asumir. Ese papel sucedáneo, entre nosotros de dimensiones macro, es mejor comprendido en otras partes. He ahí por qué las 56 democracias que aseguran a sus ciudadanos una radiotelevisión de servicio público asignan a ese ministerio-bis presupuestos que pueden promediar 36% de su gasto universitario: 2.000 millones de dólares en Estados Unidos, pero unos 4.000 millones de euros en  países europeos (compárese con los risibles 400.000 dólares anuales a VTV o los 200.000 a Telesur). 
Por otro lado, más que en el resto de la región, nuestra radio y TV (la privada y la gubernamental por igual) se fueron arrogando un prepotente y faccioso papel político que trasciende todo límite aceptable, y obviemos recordar episodios demostrativos. Comercio y gobiernos, los dos grandes emisores del país, han abusado hasta la náusea de su poder comunicacional en ambos medios, restándoles tareas informativas y educativas para asignarles un fuerte papel político que los convirtió en auténticos protagonistas de la historia patria. A las muy antiizquierdistas “cadenas” meridianas de la Cámara de la Industria de la Radiotelevisión sucedieron las kilométricas y muy antiderechistas de Chávez y Maduro, a una hegemonía mercantil otra gubernamental, al lucro la ideología. Intoxicada por ese duopolio de encontrados intereses, a la sociedad se le ocultó siempre lo que una radiotelevisión libre, pluralista y de calidad puede ser y hacer.
El poschavismo venidero es la oportunidad histórica de dar solución a esos problemas diseñando un sistema de emisores plurales inductor de democracia sin restaurar malos modelos pasados. La actual Asamblea habrá de dar los primeros pasos en esa dirección, proporcionando a futuros gobernantes una visión sistémica, libertaria, republicana, complementaria y no competitiva del emitir y del recibir, que priorice  las diversas necesidades del usuario más que los intereses del emisor y garantice pluralismo, libres contenidos y mejor calidad expresiva. Al emisor de proximidad o comunitario habrá que blindarle su libertad ante el dinero y los gobiernos, y al privado  menos discrecionales concesiones a cambio de un gentlemen’s agreementpor la calidad (no de contenidos) con la nación. Los gobiernos ya no serán emisores discrecionales al amparo del execrando artículo 10 de la Ley Resorte; los presidentes dispondrán de algunos minutos “en cadena” los 31 de diciembre para desear el feliz año al país, como en todas las grandes democracias del mundo a cuyo grupo queremos volver a pertenecer.
Para lograrlo, luce imprescindible colocar al lado de la comunitaria y de la privada una tercera fuente emisora: una radiotelevisión de servicio público de coberturas totales, alta calidad, par condicio política y taxativamente no gubernamental, una BBC criolla que atienda mayorías y minorías y sea modelo de pluralismo, calidad y credibilidad en el país y la región. “No somos Suiza” gritarán los gatopardos; pero salvar a Venezuela pasa por intentar parecerse más a Suiza y menos  a Zimbabue o Corea del Norte. Nada de paños calientes, de decisiones inconexas y personalistas, de minimalismos. Es el momento de coordinar grandes ambiciones, de darnos una comunicación libre, plural y creíble que genere una democracia de calidad.

El entierro de la República

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Los sucesos recientes de Margarita ponen en evidencia la desaparición de la convivencia republicana. Si un opinador contrario al régimen buscaba un hecho gracias al cual pudiera descargar todo el veneno de sus dicterios, tiene ocasión estelar. Aunque más bien quisiera que no fuera tan grande la tragedia revelada por el sepelio de un delincuente, para sentir que aún vive en un espacio que puede permitirse las críticas paulatinas sin llegar a un veredicto concluyente, como sucede en la mayoría de los países en cuyo seno van y vienen los reproches sin sentir la cercanía de un apocalipsis.
El territorio circundado por las aguas permitió que todo el horror se alojara en sus entrañas, sin distracciones que le concedieran alivio. La geografía regional nos puso frente a una forma de abyección capaz de expresarse en toda su magnitud, como si el mar de Margarita estuviera allí en esa oportunidad para llamarnos la atención sobre una singularidad susceptible de convertirse en un espejo sin distorsiones, en una tragedia que debía observarse en su peculiaridad para que fuese el modelo de una traducción que pudiera llevarse a cabo después en la tierra firme desolada. Nadie pudo escapar del agujero por un mandato del mapa, para que así se condensara sin remedio todo el naufragio de una colectividad y para que sintiéramos, desde la fortaleza inexistente que nos prodiga en ocasiones la suerte de las carreteras y la vecindad de otras localidades en cuyo terreno podemos escondernos, que todos experimentamos un idéntico infortunio del que podemos escapar a veces debido a la cercanía de un conjunto de regiones debido a cuyo azar se puede imaginar que la realidad no es tan amenazante.
Los delincuentes y el cortejo de sus seguidores se enseñorearon en la isla. El entierro de un malhechor se convirtió en un fenómeno popular, sin que se pudiera hacer algo para evitar el espectáculo. Las avenidas se paralizaron, como si se despejara el camino para la despedida de una estrella del rock. Los colegios cerraron sus puertas por la imposición de una potestad que no se encuentra en la letra de los códigos, sino en el imperio de la fuerza bruta. La escena fue colmada por una muchedumbre que acompañaba los últimos pasos de un narcotraficante que debía pagar condena en cárcel severa, pero que salía de la simulación de su castigo de acuerdo con su soberana voluntad. Esa multitud se ufanaba de sus vínculos con el pran frente a los viandantes entorpecidos en su ruta, o ante la gente que debió soportar, en la puerta de los hogares en cuyo refugio viven con los hijos y con los abuelos, la befa de sus costumbres paralizadas por una infamante procesión. No hubo entonces posibilidad de alejarse de la familiaridad con el crimen, que no se podía evitar debido a un impedimento geográfico y al tamaño de una sociedad que, generalmente para su fortuna, pero esta vez para su desgracia, es esencialmente pueblerina. Toda la basura se acumuló entonces, para que la sintiéramos allá y acá.
Mientras la comitiva se movía, los presos de la cercana cárcel hicieron ostentación de un poder de fuego, propio de fuerzas militares o paramilitares, con cuyo estrépito ratificaron públicamente la dominación impuesta en la isla, en el caso de que quedaran dudas sobre el lugar de su residencia y sobre la extensión de sus tentáculos. Escribo el jueves para que me lean en domingo, y hasta ahora destacan por su ausencia las explicaciones satisfactorias de las autoridades en la isla, en el penal y en los despachos del alto gobierno en torno a los sucesos. No solo porque tal vez sean incapaces de balbucear una mínima aclaratoria, dada la estatura del horror permitido, sino porque necesitarían la aquiescencia de un idiota para negar su vínculo con ellos, así sea por omisión.
El caso descrito llama la atención por las circunstancias en las cuales se produjo, que obligaron a su padecimiento por toda una colectividad sin posibilidad de escapatoria, pero no es excepcional. No hace falta la navegación para sufrirlo como cosa de rutina. Del imperio de los pranes no nos separa el mar Caribe, pese a que las tribulaciones de su comarca más hermosa sugirieran el análisis específico que se ha intentado. En realidad, apenas se vivió allá un capítulo del entierro paulatino de la república que lleva a cabo el gobierno. 

Democracia, totalitarismo y Fuerza Armada Nacional

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En mi anterior artículo afirmé, con gran preocupación, que veo venir tiempos turbulentos, ante la posición intransigente del sector oficialista de impedir que la legítima Asamblea Nacional cumpla con sus funciones constitucionales. También afirmé que esa realidad quedó más que  demostrada en la comedida, pero firme respuesta de Henry Ramos Allup a las palabras de Nicolás Maduro en la presentación de su memoria y cuenta. Uno de los aspectos más trascendentes de su intervención  fue el referido a la Fuerza Armada Nacional. En ellas recordó los aspectos doctrinarios que deben regir a la Institución Armada en un régimen democrático, sustentando su criterio en el contenido del artículo 328 constitucional, el cual deja en claro que la Fuerza Armada es nacional y no bolivariana, que es esencialmente profesional sin militancia política, y que en el cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política.
El general Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, le respondió a Henry Ramos Allup a través de su Twitter utilizando  dos  argumentos fundamentales: el primero, justificar el reemplazo de nacional por bolivariana en el nombre de la Fuerza Armada Nacional como un reconocimiento a las glorias de El Libertador. Sin embargo, es de todos conocido que lo que en realidad buscó Hugo Chávez al modificar el tradicional nombre de nuestra institución fue hacer coincidir su nombre con el del movimiento bolivariano chavista. El general Padrino no puede ignorar esta realidad. Además, si se quería  cambiar el nombre de la Fuerza Armada Nacional era obligatorio realizar la requerida  enmienda  constitucional y no aplicar el nombre de bolivariana de manera arbitraria  e interesada como se ha venido haciendo. También hay que saber que son muchos los cuadros militares que no están de acuerdo con esa modificación…
El segundo argumento que utilizó el general Padrino López para contradecir la tesis de Ramos Allup tiene, sin lugar a dudas, una trascendente importancia: “Rechazar como cosa del pasado que la Fuerza Armada Nacional sea apolítica y no deliberante” como sostenía el principio mantenido con gran fuerza en la constitución de 1961 y ratificada en la de 1999, al afirmar: “Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución apolítica, obediente y no deliberante”, demuestra el profundo desconocimiento que tiene el general Padrino de la relación existente entre una Fuerza Armada y el funcionamiento de un sistema político imperante en una sociedad determinada. Esta polémica obliga a los profesionales militares venezolanos a asumir una posición en base  a sus valores éticos y al concepto doctrinario que tiene, para cada uno, un determinado sistema político. Además, hay que entender que este debate va a comprometer el destino de nuestra institución
Venezuela, según lo establece el artículo 2 de la Constitución de 1999, se constituye en un “estado  democrático y social de derecho y de justicia  que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social  y en general la preeminencia  de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. Justamente, este último valor, el pluralismo político, es el  que obliga a que la Fuerza Armada Nacional sea apolítica, obediente al poder civil y no deliberante. Considerar que esos principios son asuntos del pasado es no entender que en una sociedad pluralista la Fuerza Armada Nacional  no puede estar al servicio de un partido político en particular. Justamente, por esa razón es inaceptable y contrario a la ética militar rendirle culto a la personalidad de Hugo Chávez como se ha venido haciendo, de una manera inaceptable, desde  antes de su fallecimiento.
Diferente sería que el régimen venezolano fuera de tendencia totalitaria, sea de izquierda o de de derecha, como fueron el nazismo, el estalinismo, el fidelismo, el maoísmo, etc,  cuyas estructuras políticas sólo reconocían y reconocen la existencia  de un  partido único. En ese sistema político los miembros de la Fuerza Armada pertenecen a ese partido y a su dirección política. Otras características de esos regímenes son el culto a la personalidad, la limitación  a la libertad y, hasta este momento, el seguro  fracaso de sus economías. En este tipo de régimen sería posible aplicar la visión militar que, según veo, es la que mantiene el general Padrino López. Ojalá que este análisis le sirva de reflexión a él mismo y a mis compañeros de armas para que rechacen con firmeza la utilización de la Fuerza Armada Nacional en acciones no previstas en el artículo 328 constitucional: Hacerlo es contrario a la ética militar y un flagrante irrespeto a los deberes militares.

Mutis vergonzoso

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Editorial El Nacional

Apenas 12 minutos le bastaron a Adolfo Suárez  para exponer ante sus compatriotas, el 29 de enero de 1981, los motivos de su renuncia  a la jefatura del gobierno español  que  ocupaba desde 1976, cuando el rey Juan Carlos le encargó que, como presidente de la Unión del Centro Democrático, formara el segundo gobierno de la transición entre la dictadura y la democracia.
“No quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España”, fue la frase con que resumió su decisión de dimitir ante la escalada de presiones que estaba poniendo en jaque a una incipiente legalidad en libertad, e ilustra la dimensión de su compromiso para romper con los atavismos autoritarios.
“Hay encrucijadas tanto en nuestra propia vida personal como en la historia de los pueblos en las que uno debe preguntarse, serena y objetivamente, si presta un mejor servicio a la colectividad permaneciendo en su puesto o renunciando a él”, dijo entre otras muchas cosas el dimitente cuya labor le fue reconocida, en 1996, con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Pero, al margen de los elogios y recompensas - sin duda merecidos - lo que nos interesa resaltar de su alocución es el reconocimiento de que su salida podía contribuir a que España no retrocediera en su empeño de modernización, democratización y europeización; un gallardo reconocimiento que le ennoblece y debería servir de lección a esos jefes de Estado que han alcanzado el poder de forma azarosa o circunstancial, sin tener las condiciones mínimas necesarias para ejercerlo con diligencia, y que arrastran a sus pueblos a situaciones límites como las que está atravesando Venezuela que la pone, a juicio del The Washington Post, al borde del colapso económico; un desolador panorama del que Maduro parece no tener noticias y si las tiene se hace el desentendido, apostando al peligroso juego de la crisis institucional.
Alinearse con el TSJ para conspirar contra el Poder Legislativo - y desconocer el claro mandato que a éste le otorgo el pueblo - no es precisamente una manera de buscar soluciones honorables a la peligrosa coyuntura en que nos ha colocado la obstinación roja. Y cuando hablamos de soluciones honorables, nos referimos a mecanismos pautados por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
De aquí en adelante, pues, la principal tarea de la nueva mayoría debe consistir en el diseño de una hoja de ruta para poner término al más corrupto e ineficiente de los regímenes que haya conocido Venezuela. Como decíamos ayer en este  espacio (¡Good Bye, Nicolás!), razón tiene el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, cuando afirma que “dejar concluir los tres años que le quedan de mandato al jefe del Estado, Nicolás Maduro, sería una irresponsabilidad”. También es una irresponsabilidad que el gobierno (que se escuda en el patriotismo emocional) no diga hasta aquí llegamos y finalice su gestión por voluntad propia, lo que sintonizaría con su prédica y le evitaría un mutis incierto y vergonzoso.

Moisés Naím: El populismo no va a desaparecer en América Latina

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El periodista venezolano Moisés Naím afirmó que el populismo no desaparecerá de América Latina, sino que se transformará en "hiperpopulismo", que él define como prometer lo que no puede cumplirse y distribuir lo que no se tiene. La declaración la hizo en la ciudad colombiana de Cartagena, donde se lleva a cabo la edición del "Hay Festival".
Naím, que fue aplaudido por sus intervenciones, considera que las promesas fueron posibles durante los últimos años por la buena posición económica de los países latinoamericanos, con altos precios de las materias primas.
Añadió que los próximos dos años serán de malas noticias para gobiernos como el del presidente argentino Mauricio Macri, porque tendrá que decir que hay subsidios que no pueden mantenerse.
El también economista advirtió que volverán a aparecer los populistas, que dirán: "¿Se acuerdan de mí?".
"Creo que hay vientos de cambio, algunos son positivos porque implican la llegada de fuerzas más democráticas, pero estamos muy lejos de celebrar la nueva América Latina diferente", expresó.
En el evento también está el comunicador Michael Reid, quien se refirió al caso de Venezuela. Dijo que 2016 es el año del desenlace porque la crisis socioeconómica se tornó demasiado grave.
"Las colas son ubicuas, el abastecimiento de medicinas en el país es de 25% y con estos precios aún más bajos (del petróleo) va a ser muy difícil", añadió.
Opinó que actualmente hay mucha presión en las calles, que está creciendo. "Esto incluye conatos de violencia y saqueos en las colas, casi todos los días", agregó.
La edición cartagenera del "Hay Festival" concluye hoy después de cuatro días de actividades centradas en la literatura, pero en las que el análisis económico y político han tenido un papel importante.

Saturday, January 30, 2016

Ruidosa derrota sufrieron gobiernos castrochavistas en la Cumbre de la Celac

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Evo Morales y los gobiernos castrochavistas del continente sufrieron una ruidosa derrota durante la IV Cumbre de la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños diseñada por Fidel Castro y Hugo Chávez para debilitar y reemplazar a la OEA. El ecuatoriano Rafael Correa, anfitrión del evento, entregaba ese día la presidencia protempore anual a su colega Danilo Medina de Republica Dominicana. Tocaba a los 33 gobiernos miembros proceder a elegir al país que ocupará la Presidencia durante el año 2017 el cual, además, formará parte de la “troika” de cuatro que dirige a la CELAC y que es integrada por el presidente de turno, quien lo precedió y quien lo sucederá, más un representante de los países caribeños. Morales aspiraba a ser electo Presidente protémpore del año 2017 con lo cual adicionalmente se convertiría en el organizador y anfitrión de la cumbre de mandatarios de CELAC y la Unión Europea prevista para ese año.
EDGAR C. OTÁLVORA/ Diario Las Américas.
Las decisiones en CELAC deben tomarse por unanimidad y el bloque castrochavista no logró reunir los votos a favor de Morales ya que el presidente hondureño, Juan Hernández, también aspira a presidir el organismo en 2017 y lo está bregando desde ya casi un año. El 28MAY15, Hernandez visitó Santiago de Chile y logró el apoyo de la presidente Bachelet a la postulación hondureña. Ahora, Morales acusa a Chile de estar “bloqueando” su elección a la Celac, mientras el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera confesó el 27ENE16 que su gobierno “por supuesto” usaría la Presidencia de Celac para dar “más peso” a su campaña contra Chile a propósito del tema limítrofe que Morales llevó a la Corte de La Haya. Esta declaración del ideólogo del gobierno boliviano sirvió para reforzar las posiciones que rechazan la elección de Morales.
La Cumbre de Quito terminó sin la elección del futuro presidente de la CELAC. El tema quedó para ser tratado por el dominicano Danilo Medina quien deberá realizar consultas entre los gobiernos miembros, tratando de lograr una posición común antes del próximo mes de marzo la cual muy probablemente significará que Morales se queda sin su ansiada presidencia continental.
El frente castrochavista está perdiendo progresivamente el control de los organismos que antes había creado y manipulado, tales como UNASUR y CELAC. Su utilidad, igualmente, comienza a ser puesta en dudas por diversos gobiernos de la región.
La CELAC, lejos de reemplazar a la OEA, tiende a convertirse en un foro para el turismo presidencial sin una agenda de trabajo propia. En un intento por insuflar a la CELAC con un mínimo de actividades que la justifiquen, Rafael Correa y sus socios castrochavistas, intentaron hacer aprobar en la Cumbre de Quito un documento denominado “Agenda 2020” con metas sobre reducción de la pobreza, desigualdad y cambio climático. Se trata de temas que son tratados en otros organismos internacionales y sobre los cuales ya existen acuerdos previos suscritos por quienes son miembros de CELAC. La posición del Gobierno brasileño, expresada por su canciller Mauro Vieira fue lapidaria: “Ya existe una Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Entonces, no tiene sentido crear una nueva con mecanismos específicos para la región”. Brasil no parece interesado en darle mucho oxígeno al organismo anti-OEA. La Cumbre de Quito aprobó 22 declaraciones, todas ellas con reiteraciones y repeticiones de temas ya tratados en diversidad de foros internacionales. Sólo 11 mandatarios de los 33 miembros de CELAC viajaron a Quito, mientras la presidente brasileña Dilma Rousseff sólo asistió a una hora del encuentro partiendo rauda hacia Brasilia a mediodía. La CELAC sobra, a juicio de varios gobiernos de la región.