Oscar García Mendoza
16 Agosto, 2014
Entre los temas tratados en la cumbre colombo-venezolana estuvo el del llamado “contrabando de extracción”. Esta es una figura única y autóctona de Venezuela.
En el caso venezolano la figura es así: la gasolina y centenares de otros productos de consumo en Venezuela tienen un precio varias veces menor a su costo a precios de $. En Colombia vale lo que dicte el mercado. Por ello se crea un flujo de un lado a otro, pues es enorme la diferencia. En la actualidad el margen es mayor al que obtienen los carteles de la droga.
Con ganancias tan grandes se generan beneficios estratosféricos para quienes estén dispuestos a correr los riesgos y realizar los esfuerzos para trasladar los productos de un lado a otro. En Venezuela todo está regulado y no responde a los precios de mercado, y en Colombia no. Entonces los productos inevitablemente serán trasladados de un país a otro. Y si se aumentan los controles bajarán los márgenes, pero el flujo continuará. Y no habrá fuerza humana que los pueda detener. Además, al gobierno de Colombia le conviene. La foto de los militares y la noticia de que 17.000 soldados cerrarán la frontera no producirán los efectos deseados.
La solución del problema es sencilla e imposible. Si los precios de las mercancías en Venezuela fueran similares a las de Colombia no ocurriría este “contrabando de extracción”.
Lo grave es que los precios bajos de los productos en Venezuela responden a subsidios gubernamentales que son pagados por la población del país.
En la economía todo tiene su costo. Nada es gratis. Las misiones, por ejemplo, son subsidios populistas. No hay ganar-ganar. Al contrario, es una pérdida, pues al fin lo que se está haciendo es distribución de dinero sin la creación de riqueza por medio del trabajo, es dar limosna.
La mala situación, la escasez, la inflación, son consecuencia de políticas populistas. La economía debe estar enmarcada en un sistema que tenga como centro el respeto a la Propiedad Privada y la vigencia del Estado de Derecho. Sin ellos no habrá Libertad, ni creación de riqueza. Y continuaremos teniendo situaciones perfectamente absurdas como el “contrabando de extracción”.
P.D. Otro de los temas tratados fue el de las remesas en dólares subsidiados de personas en Venezuela a Colombia. Este es otro absurdo que tiene costos enormes y genera grandes distorsiones para nosotros, pero tiene un enorme interés por el lado colombiano.
P.D. II. La privatización de Citgo per se no es mala. El Estado no debe ser propietario de empresas. Pdvsa también debe ser privatizada.
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