En: http://www.lapatilla.com/site/2014/12/23/nitu-perez-osuna-en-venezuela-el-fraude-es-el-sistema/
Nitu Pérez Osuna
A pesar de que la oposición obtuvo en las elecciones parlamentarias de
2010 el 52 % de los votos, le adjudicaron menos diputados. Aquí, en
Venezuela, la suma resta y la resta suma. Esa es ya historia pasada.
Lo de este lunes en la Asamblea Nacional se veía venir. El poder
ciudadano o moral que debería ser electo -según la constitución- por las
dos terceras partes del parlamento (110 diputados), fue designado con
mayoría simple gracias ( según Cabello) a una interpretación
revolucionaria de la sala constitucional del TSJ. Los pesuvistas y
colaboradores se burlan otra vez de los ciudadanos.
Nos siguen llamando a elecciones unos y otros, y lo que sucedió en la
AN es la muestra palpable de que con este régimen nunca habrá
elecciones auténticas y transparentes. En Venezuela el fraude es el
sistema. Si el pueblo quiere ir a votar el próximo año…debe estar
consiente de que habrá fraude.
Los dirigentes deben comenzar a decir las verdades si quieren que les
tomemos en serio. Decir que estamos en una sociedad militarizada y
corrupta que nos invita a abandonar al país, como sucedió en Cuba.
Y es que los líderes que hablan claro y raspado, quienes nos invitan a
conseguir un cambio a esta terrible realidad, el régimen los amenaza,
persigue y encarcela. Mientras, a algunos dirigentes de partidos
políticos, la dictadura les invita a dialogar a media noche para
negociar parcelas políticas. A ellos…no les pasa nada.
La sociedad CIVIL comienza a intuir el juego turbio de algunos grupos
o patriotas cooperantes que, junto al régimen, nos mantienen en este
infierno en el que se nos convirtió Venezuela. Esa sociedad CIVIL que ha
marchado, trotado, votado y expuesto sus bienes, trabajos y vidas por
el rescate de la democracia. Esa sociedad CIVIL que ha acompañado a los
dirigentes que nos convencieron de que “ahora si vamos a cobrar” pero
que mando a bailar y no ha defender la voluntad popular. La misma
sociedad CIVIL que tuvo sueños de mayor participación y progreso con
Chavez y su hijo Maduro, pero que ha visto diluidas sus esperanzas en
las acciones de unos incapaces que nos tienen viviendo en la escasez,
inseguridad e interminables colas con el resultado final del “no hay”.
En este día víspera del nacimiento de Jesús de significativa
importancia para los cristianos, mi petición al Niño Dios es que
Venezuela recupere un Estado que sirva a sus ciudadanos. Un Estado no
genuflexo, sin funcionarios mediocres y todo poderosos que utilizan al
pueblo para servirse de ellos. Un país con poderes independientes y
autónomos, con justicia y equidad. Le pido también una oposición
vigilante, no cooperante, que sea garantía de la alternabilidad obligada
en toda democracia. Algo distinto, no es democracia.
Que El Niño Dios nos acompañe en esta Navidad.
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