Alex Velásquez
La batalla política por el referendo revocatorio comenzó: por un lado, dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela se alinean para declarar que la consulta no podrá realizarse este año, sino en 2017; por el otro, la Mesa de la Unidad Democrática afirma que los lapsos sí dan para que se haga este año, y en el medio, el Consejo Nacional Electoral ignoró sus propias regulaciones y decidió extender hasta el 2 de junio la verificación de las firmas, un proceso que –de acuerdo con la normativa vigente– debió durar cinco días y culminar el martes pasado.
Jorge Rodríguez, coordinador del equipo que verifica las firmas por el PSUV, y Tareck El Aissami, gobernador de Aragua, aseguraron que el revocatorio no se hará este año porque los lapsos no dan.
“Son 243 días según el reglamento, no cuando le dé la gana a Ramos Allup o a caprichito de Miranda (Henrique Capriles)”, dijo El Aissami, mientras que Rodríguez estimó que, si las firmas pasan la prueba, la consulta quizá podría realizarse en marzo de 2017.
No obstante, si el proceso de verificación de firmas (digitalización, transcripción de datos y comparación con el Registro Electoral) culmina el 1 de junio, y el 2 de junio comienza el proceso de validación con captahuellas, según el anuncio hecho por la rectora del Consejo Nacional Electoral, Socorro Hernández, éste y los siguientes pasos se demorarán un máximo de 182 días, de acuerdo con las Normas para la solicitud y promoción de referendos revocatorios, por lo que la consulta podría hacerse las dos primeras semanas de diciembre o antes.
Ante el cambio en las reglas, el también rector del CNE Luis Emilio Rondón salvó su voto en lo que responde al nuevo cronograma técnico aprobado para la revisión de las planillas que contienen las firmas para iniciar el referéndum revocatorio, explicando que la resolución publicada en 2007 señala en el numeral quinto que una vez que el CNE recibe las planillas, se inician cinco días continuos para revisar las firmas. Luego de esto se procede a la validación por parte de los ciudadanos.
Advirtió que en el proceso para el revocatorio, según la normativa vigente, los solicitantes no deben ser sujetos a “condiciones ni requisitos adicionales”, a la ve que rechazó todo tipo de coacción o amedentramiento hacia los firmantes.
El politólogo Luis Salamanca, que fue rector suplente del CNE entre 2006 y 2009, afirma que el Poder Electoral repite la estrategia de 2003: retrasa el revocatorio todo lo que puede para beneficiar al oficialismo. Si la consulta se hace luego del 10 de enero de 2007, y a pesar de que se decida revocar a Nicolás Maduro, sería el vicepresidente quien culmine el periodo presidencial.
¿Vivimos una repetición de lo que ocurrió con el revocatorio que se pidió en 2003?
Sí, la idea es obstruir administrativamente la convocatoria del referendo. El CNE no puede cerrar totalmente el revocatorio, porque el Poder Electoral, como debe hacer elecciones legítimas, requiere que la oposición participe, y si cierra toda posibilidad no lo conseguirá.
¿Cómo lo logrará?
Hay una manipulación caprichosa de los lapsos: el CNE quiere tomarse 30 días sólo para verificar las firmas. También quiere establecer reglas sobrevenidas que no están en las resoluciones, violentando el principio del derecho público de que los organismos deben actuar con base en lo que está en las normas. No pueden lanzar una norma especial para tramitar una actuación que ya está regulada, porque eso elimina la seguridad jurídica. Es una actitud obstruccionista: quieren quemar el tiempo hábil para que el revocatorio no pueda hacerse en 2016.
¿Un referendo a la medida?
Sí, el PSUV quiere desalentar al venezolano, haciendo creer que no hay tiempo este año, que no dan los lapsos. Debe haber alguien en el oficialismo que tenga los lapsos claros, seguramente lo tienen, pero todo luce orientado a que si se da el referendo, será en las mejores condiciones para ellos. Eso pasó en 2004: Hugo Chávez logró retrasar el revocatorio de agosto de 2003 a agosto de 2004. El objetivo era el mismo en 2003: Chávez estaba mal en las encuestas, pero mejoró inventando las misiones. Son estrategias similares. Ahora la idea es pasar del 10 de enero de 2017.
Sin embargo, el CNE aceptó que la oposición ganó 112 diputados. ¿Por qué beneficiar al gobierno ahora?
El Poder Electoral sin duda está conformado de forma que responda a los intereses del oficialismo. Pero para lograrlo debe lucir autónomo, a diferencia del Tribunal Supremo de Justicia, que puede actuar sin necesidad de demostrar autonomía. El CNE debe atraer a todos a la elección para que sea legítima, debe cuidarse de un efecto internacional adverso y por eso ha tenido que dar garantías a la oposición. Aunque hay una inclinación selectiva al oficialismo, no puede cerrarse totalmente.
¿Funcionarán las presiones de la oposición, como la movilización del miércoles?
La experiencia indica que sólo bajo presión se han logrado las dos acciones que abren la puerta al revocatorio: la respuesta a las cartas solicitando la planilla para recolectar las firmas y la entrega de la planilla. Cada fase del revocatorio puede significar una batalla campal. La del miércoles ha sido la más fuerte, hasta agredieron a Henrique Capriles. Aquí puede pasar cualquier desmadre.
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