Tuesday, May 3, 2016

Runrunes

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ALTO
FIRRRR…MAS:
Son párrafos del artículo del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup en El Nuevo País de ayer bajo el título “Demasiado asustados, demasiado peligrosos”: “Cuidado si con el firmazo no se nos pasó la mano por la sobredosis de culillo que sin proponérnoslo le inoculamos al régimen. Apenas ocho horas de un día fueron suficientes para recoger no las 190 mil firmas exigidas atrabiliariamente por el CNE en el primero de los obstáculos colocados para hacernos imposible el ejercicio del derecho constitucional de revocar el régimen más corrupto e ineficiente de nuestra historia, sino una cifra cercana al millón. Ocho horas apenas. Pocos días antes, Maduro le había ordenado a las cuatro obsequiosas comadres del organismo electoral que aflojaran la tensiones injustificables y entregaran las planillas que sin razón negaban a los solicitantes. Maduro ni siquiera sospechó el reventón de la arrechera acumulada por la gente que salió en tropel a firmar, incluyendo a militares con uniforme a quienes las padrinadas les saben a miasma y a los funcionarios públicos a quienes les resbalaron las amenazas de despido. Simple preludio de lo que viene después. Debe decirse además que el firmazo no tuvo una organización demasiado esmerada ni propaganda intensiva sino el vuelo de la espontaneidad y hasta el efecto impensado de servir de válvula momentánea de escape que evitó, al menos ese día, los disturbios y saqueos que ya se riegan como pólvora a lo largo y ancho del país”.
Palabra cierta. Ayer Maduro -que movió el mitin de la plaza O´Leary a la calle frente a Miraflores con la excusa de que habían descubierto en El Silencio unos francotiradores y los habían hecho presos (como siempre sin mostrarlos)- ante una escasa convocatoria traída en autobuses para hacer bulto y lanzarse con galimatías, mentiras, invenciones, fantasmas, espectros falsos y una sarta de sandeces que confirman el temor reinante en Miraflores y la banda que desgobierna al país. La sindéresis ausente del régimen plagado de corrupción aún en estos momentos de raspado de olla, de imbecilidades diarias y desatinos por doquier. Se le pasó la mano al decir que su gobierno había construido el teleférico de Mérida que fue realizado entre 1955 y 1958. ¿Desvaríos?..

MEDIO
¿IMPLOSIÓN EN EL BCV?:
Continúa la destrucción del tradicional tejido profesional e institucional dentro del Banco Central de Venezuela. Su presidente Nelson Merentes está más atento a las señas y órdenes de Nicolás Maduro que a las obligaciones que debe cumplir como emisor central, tal y como sucede en cualquier país serio. La gran locura que recorre los pasillos del BCV en estos momentos son las contradicciones en torno a nuestro agotado cono monetario, hoy con siete tipos de monedas y seis diferentes billetes. Determinar las denominaciones de los billetes es un asunto estrictamente técnico, no político. Y según los expertos, dada la inflación y los serios estudios realizado sobre los salarios de los venezolanos y el monto promedio de las transacciones que realizamos los venezolanos, ya deberíamos tener en circulación billetes con denominaciones de 5.000, 2.000 y 1.000 bolívares. El rumor es que solo viene uno de 500 bolívares. Inclusive, las monedas mismas deberían haber desaparecido, pues no tienen poder de compra alguno. Siendo estas decisiones lo técnicamente correcto, nuestro Banco Central las tiene políticamente prohibidas. Las razones son dos. Primero, el presidente Nicolás Maduro en su testarudez e ignorancia económica, ha decidido que la inflación como hecho económico real no existe. Es un invento de la supuesta “guerra económica”. Y segundo, emitir nuevas denominaciones de billetes es reconocer como un fracaso la reconversión del 2008, liderada por Hugo Chávez. El famoso “Bolívar Fuerte” del difunto presidente es hoy inexistente, un fiasco producto de sus propias y absurdas políticas. Nuestro billete de más alta denominación, el de 100 bolívares, no paga un cafecito por la mañana en una estación de autobús. Dígame, ¿Qué puede usted comprar con un billete de 2, de 5 o de 10 bolívares? Una verdadera calamidad!
Desde ayer con el “gran aumento” de Bs.115 diarios se puede comprar apenas un huevo. Hoy se requieren 13,5 mensualidades para cubrir la canasta básica. Fiasco y pena ajena. El país les quedó grande. Nadie los aguanta ya…
BAJO
ELLA ACLARA Y YO EXCUSO:
Quien por años fuera magistrada de la vieja Corte Suprema de Justicia, la doctora Hildegard Rondón de Sansó, me pide aclarar que ella no tiene participación alguna en lo que denominé la “Sala Situacional del TSJ contra la Asamblea Nacional”. Me escribe: “Seguramente usted ha sido inducido a error con respecto a mi persona, cuando me coloca en la lista de los juristas dedicados a trabajar bajo la sombra del Tribunal Supremo de Justicia, en la redacción de los proyectos de sentencia que se destinarían a anular las recientes leyes sancionadas por la Asamblea Nacional. No existe relación alguna entre tal imputación y mi conducta, dispuesta siempre a manifestar los criterios que sostengo de frente y de cara al mundo, lo cual se opone al desempeño de una labor de relatora secreta, en beneficio de las tesis que, por razones circunstanciales o políticas, quieran mantenerse. A lo largo de mi extensa carrera en la Judicatura, tanto en Venezuela como en el exterior, he tenido como regla que la elaboración de una sentencia es una actividad indelegable, personalísima del Magistrado que la suscribe.

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