Gustavo Coronel
Como
geólogo petrolero venezolano, como actor durante treinta años
(1951-1981) y como observador de la industria
petrolera venezolana durante los últimos treinta y cinco años
(1981-2016), deseo hacer esta advertencia y acusación formal ante mis
compatriotas (chavistas y no chavistas) y ante el mundo sobre lo que
considero la trágica farsa que está terminando actualmente
en Petróleos de Venezuela, como resultado de los errores, la corrupción
y la traición por parte de quienes la han manejado durante los últimos
15 años.
1. Para
quienes no se han dado cuenta de lo que ha sucedido en estos 15 años en
Petróleos de Venezuela, enumero sus principales fracasos:
· La
producción de petróleo ha disminuido en unos 700.000 barriles diarios,
según la cifras oficiales y en casi un millón de barriles diarios según
las cifras de la OPEP
· La
exportación de petróleo ha disminuido significativamente y en gran
porcentaje no es cobrada en dinero efectivo, ya que es dada en pago de
deudas con China y otros acreedores o dada a países bajo subsidio, como
es el caso de Cuba y de otros países del caribe
· El
número de empleados se ha quintuplicado durante estos años
· La
deuda financiera de la empresa se ha multiplicado unas treinta veces
· Las
refinerías están operando a menos del 50% de su capacidad instalada y están en malas condiciones de mantenimiento
· La
calidad del petróleo producido y comercializado se ha deteriorado de
manera dramática, debido a la declinación de los campos de petróleo más
valiosos, de mayor calidad y a la explotación de petróleos menos
valiosos de la faja del Orinoco
· La
filosofía gerencial que la anima es una de orientación socialista, lo
cual la ha coinvertido en una empresa que lleva a cabo múltiples
actividades fuera de su negocio medular. Como resultado, su eficiencia
ha bajado significativamente
2. La
dirección de la empresa, a partir del nombramiento de Héctor Ciavaldini
como su presidente y durante las presidencias de Gastón Parra, Ali
Rodríguez, Rafael Ramírez y Eulogio del Pino, ha sido criminalmente
politizada y ha permitido altos niveles de ineficiencia
y corrupción. En especial, durante las dos últimas presidencias de
Ramírez y del Pino, es cuando han ocurrido los mayores casos de
corrupción y las mayores desviaciones de la misión original de la
empresa
3. La
corrupción administrativa ha dado origen al obsceno enriquecimiento de
gerentes de la empresa, quienes se han combinado con contratistas amigos
y socios en el crimen para desfalcar a la Nación. La combinación de
despilfarro y robo en PDVSA monta a miles de
millones de dólares. Casos como la comida podrida de PDVAL, contratos
sin licitación a contratistas de tanqueros, contratos con groseros
sobreprecios a empresas sin experiencia en el campo de la generación
eléctrica, contratos de adquisición de materiales
y equipos a través de Barivén, contrataciones de taladros hechos con
empresas fantasmas, arrendamiento de gabarras de perforación a empresas
de maletín, compra de remolcadores, contrataciones en la Faja del
Orinoco a empresas amigas de los gerentes, todo
ello configura una inmensa red de corrupción que ha causado
incalculables daños a la Nación. Esta corrupción es, en especial, de la
responsabilidad directa de las directivas bajo Ramírez y del Pino
durante los últimos diez años y ha sido repetidamente denunciada
sin éxito alguno por venezolanos preocupados por la suerte del país,
entre quienes me encuentro.
4. Como
consecuencia directa de esta corrupción, ineficiencia y traición
gerencial, Petróleos de Venezuela es hoy una empresa moribunda,
internacionalmente desprestigiada, en situación de lo que en el mundo
financiero se llama “cesación de pagos selectiva”, enfrentando
pagos durante 2017 por más de seis mil millones de dólares que no
tiene. Ya en 2016 se atrasó en los pagos a sus tenedores de bonos y
debió renovar en condiciones onerosas para la Nación y con garantía de
la mitad de las acciones de CITGO una serie de bonos
que vencían ese año por no tener con que pagarlos. La otra mitad de las
acciones de CITGO fueron a garantizar un préstamo de la empresa ROSNEFT
por $1500 millones, por lo cual CITGO es hoy una empresa hipotecada.
5. En
esta situación de ruina, cuando ya se escuchan los estertores de su
agonía, al Presidente bailarín, Nicolás Maduro, no se le ocurre nada
mejor para “convertir a PDVSA en un gran palanca de desarrollo
económico”, que nombrar una nueva directiva obrera-militar,
que se “encargará de estructurar una
ruta de transformación productiva para que el Golpe de Timón se sienta,
sacuda y conmueva la construcción de la nueva
PDVSA”. En su triste intervención este irresponsable ha establecido
“nuevas directrices” para que la planificación de la empresa sea hecha
por diez mil obreros y empleados, en un ciclo de diez años que “coincida
perfectamente con el ciclo de recuperación bolivariana
de 1816 y su cúspide en 1826 con el Congreso de Panamá”, mayúscula
estupidez desbordada de cursilería.
6. Para
llevar a cabo esta gran farsa de transformación de PDVSA Maduro ha
nombrado una nueva directiva integrada por gente sin preparación alguna
en materia de gerencia petrolera y, con una que otra excepción, sin
conocimiento del negocio. Y hace esta designación,
según dice, “para terminar con la corrupción en la empresa”. Sin
embargo, para comenzar, deja en la presidencia a Eulogio del Pino, quien
ha estado allí en niveles muy altos de Presidente o Director durante su
etapa de mayor corrupción. ¿A quién se ocurre
confirmar al responsable de la corrupción durante los últimos años y
pedirle que termine con ella? ¿Cómo esperar que la empresa de un vuelco
favorable con una directiva integrada por gente que no conoce el
negocio, una “soldada”, un ex golpista y un grupo
de burócrata menores, lo que en el argot popular se denominaría “bates
quebrados”?
7. En
su condición de nuevos integrantes de la nueva Directiva de PDVSA este grupo juró: “llevar
adelante un plan profundo de transformación productiva de PDVSA y
convertir esta poderosa corporación venezolana en vanguardia mundial de
producción, generación de riquezas y ejemplo del nuevo socialismo
petrolero de la clase obrera venezolana”. Y yo pregunto:
aun cuando fueran hombres y mujeres de la más sólida honestidad y
buenos propósitos, ¿sabrá esta gente en lo que se está metiendo?
¿Tendrá noción de la situación de la empresa y de lo que sería
necesario hacer para ponerla de nuevo de pie? ¿Sabrá que están
asumiendo un compromiso de imposible realización? ¿Cómo se atreven a
decir que convertirán a esta empresa podrida hasta el tuétano en una
poderosa corporación
de vanguardia mundial, generadora de riquezas? Este es un juramento
irresponsable, sobre todo porque tratarían de hacerlo dentro de la
chaqueta de fuerza de una empresa con una misión ya prostituida, sin
cambiar su ruinosa filosofía gerencial. Tratarían de
hacer una empresa floreciente con los mismos métodos, la misma
ignorancia, la misma gente y la misma irresponsabilidad que los ha
llevado al fracaso.
8. Que
lo digan los infortunados chavistas que hoy asumen este absurdo
juramento es explicable, dada su ignorancia de la tarea que tienen por
delante. Pero ¿qué lo juren del Pino y el nuevo ministro, Martínez,
quienes si conocen la realidad de esta empresa, porque
han contribuido a destruirla? Ya eso une la traición de esos gerentes
al mayor cinismo y desparpajo y así lo digo ante el país y ante el
mundo. Estos dos señores son y serán los principales responsables de lo
que se le viene encima a PDVSA y al país, así como
del Pino y Ramírez son los principales responsables de haber llevado a
la empresa al lodazal técnico y ético en el cual chapotea hoy.
9. El
presidente bailarín terminó su alocución en el acto diciendo que: “exhortaba
a la Clase Obrera Petrolera a implantar un nuevo método de trabajo que
deje atrás el derroche característico del rentismo petrolero, la
corrupción y funde las bases sólidas de métodos basados en la ética,
compromiso patrio
y en resultados superiores para nuestra Patria”. Este
irresponsable ha puesto a la clase obrera a dirigir una empresa
petrolera, o lo que queda de ella, tirando por la ventana todos los
principios gerenciales existentes
en el mundo civilizado, los cuales demandan una división de tareas
según la cual cada quien solo hace lo que sabe hacer. Los gerentes
gerencian, los exploradores exploran, los refinadores refinan, los
trabajadores trabajan. En el mundo de Maduro, los refinadores
exploran, los obreros gerencian y los gerentes se visten de rojo y
llevan a cabo ejercicios de guerra contra la invasión inminente de los
estados Unidos. Con esta farsa en la cual se ha convertido PDVSA, el
chofer que es presidente se siente cómodo y satisfecho.
10. Yo,
Gustavo Coronel, venezolano de nacimiento (Catia), mucho mayor de edad,
acuso a los restos de Hugo Chávez, a Nicolás Maduro, Eulogio del Pino,
Nelson Martínez y al irresponsable grupo que ha manejado a PDVSA
durante los últimos 15 años, en particular a Rafael
Ramírez, de traición a la patria, por el gigantesco daño que le han
hecho a la Nación al prostituir y destruir a la empresa petrolera
venezolana.
No
solo la han destruido sino que lo han hecho burlándose y riéndose de
los venezolanos, como se burlan hoy al designar a este grupo no
capacitado para la tarea que
deberán enfrentar en la directiva de una empresa que agoniza.
PDVSA, por José Toro Hardy
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