Saturday, February 25, 2017

Amnistía Internacional denunció la estrategia perversa del chavismo para encerrar a la gente por lo que piensa

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Opositores presos, uso excesivo de la fuerza pública, violencia, impunidad, torturas, escasez de alimentos y medicinas. El reciente informe publicado por Amnistía Internacional señala que el 2016 estuvo marcado por esas críticas condiciones en Venezuela.
En diálogo con Infobae, Marcos Gómez, director ejecutivo de AI en Venezuela, denunció la “estrategia perversa” que aplica el régimen de Nicolás Maduro para acallar las voces críticas y criticó el impune accionar de la Justicia.
Si bien en el país hay más de 100 presos políticos, AI “trabaja con alrededor de 30 personas detenidas por motivos políticos”. Entre ellos se destaca el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, considerado “preso de consciencia” por el organismo de derechos humanos.
“En su mayoría, ellos se encuentran atrapados en un limbo legal, que hace que sus procesos luzcan como injustos”, señaló, en referencia a las decenas de presos políticos que permanecen detenidos sin haber recibido condena o tener siquiera pruebas en su contra.
En esa línea, Gómez sostuvo que Amnistía Internacional tiene “como prioridad de trabajo” velar por el debido respeto a los derechos humanos de los detenidos, a través, por ejemplo, de evitar la restricción de sus garantías.
Pero en los últimos años esas prácticas se convirtieron en moneda corriente, y para 2017 la situación se vislumbra aún peor. En la actualidad, hay 18 personas esperando su libertad ya que tienen una orden judicial de libertad. Pero la policía chavista se niega a cumplir esa orden.
“Lo más grave que enfrenta una persona que sea capturada por los servicios de inteligencia, es que siempre es considerada culpable”, violando así el principio fundamental de que la persona “tiene que ser procesada como inocente”, hasta que se demuestre lo contrario.
Esta situación hace que aquellos presos políticos en Venezuela tengan “poca esperanza” de enfrentar un “juicio justo”.
Ejemplo de eso es el proceso que enfrenta el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma. El pasado domingo 19 de febrero cumplió dos años detenido. En esos 24 meses apenas tuvo una audiencia (un año después de su reclusión, cuando la misma debía llevarse a cabo un mes después), y hasta el momento el chavismo no presentó pruebas contundentes que certifiquen su culpabilidad.
“El alcalde era una autoridad legítimamente elegida. Debía respetársele esa condición de ser el alcalde de todos los caraqueños”, indicó el director ejecutivo de AI en Venezuela, quien repudió el hecho de que el líder de Alianza Bravo Pueblo (ABP) lleve adelante un juicio “encerrado”.
También citó el caso de Marcelo Crovato, un abogado venezolano-argentino, que “está detenido de forma arbitraria solo por ser abogado y ser defensor de los derechos humanos”
Además de ser considerados “enemigos” por el régimen de Maduro, el hecho de que los opositores estén detenidos “se convierte en algo suficiente”, consideró Gómez. Y advirtió: “Esto es un patrón muy preocupante”.
“El patrón de detenciones arbitrarias es algo de lo que tenemos que estar preparados. El Gobierno captura a la gente, gente con una vocación de servicio social, una vocación de trabajo político, que se ve que están alejados de la violencia, y sin pruebas, sin testigos los incrimina”.
Con vistas a 2017, auguró que la situación se podrá tornar incluso peor: “Sabemos que van a seguir usando esa práctica de detenciones arbitrarias que condenamos (…) Es una estrategia perversa de encerrar a la gente por lo que piensa”.
En su informe, AI también denunció las condiciones en las que están recluidos los presos políticos del chavismo. El director del organismo internacional en Venezuela dio cuenta de esa realidad en las cárceles del país y hasta mencionó la existencia de una prisión llamada “La tumba”, donde el régimen tortura a sus detenidos.
“Cada vez que hay denuncias de malos tratos o torturas las autoridades no procesa adecuadamente estas denuncias, y no se ha podido certificar algunas denuncias, como por ejemplo la existencia de zonas que llaman ‘La tumba’, que al parecer son grandes celdas de castigo que tiene la policía política”.
“Estrategia de puerta giratoria”
A fines de 2016, en el marco del tibio e ineficiente diálogo entre el chavismo y la oposición, se produjo la liberación de algunos presos políticos. Gómez celebró esas liberaciones, como la del diputado opositor Rosmit Mantilla. Pero, al mismo tiempo, denunció y mostró su preocupación por las nuevas detenciones que se registraron. Caso Gilber Caro y otros opositores.
“Hay una estrategia de puerta giratoria: salen algunos y entran otros. Amnistía cree que es una práctica muy cruel”, manifestó el director ejecutivo del organismo internacional, al tiempo que rechazó que el régimen de Maduro esté “desconectado de las obligaciones que tiene” de rendir cuentas. “Por ejemplo, permitir la entrada de observadores y relatores de Naciones Unidas”.
“La salida de Venezuela del sistema interamericano bajo la jurisdicción de la Corte Interamericana marcó, de alguna forma, un divorcio de Venezuela de su voluntad de rendir cuentas y de cumplir peticiones internacionales a favor de los derechos humanos”, explicó.
Aunque aclaró que AI no tiene una posición formal sobre el diálogo, el director venezolano opinó que “muchos de los problemas del país requieren de diálogo”. En esa línea criticó las violaciones a sus derechos que sufrió la oposición en sus intentos por impulsar un referendo revocatorio e incluso en el intento de Maduro por disolver a la Asamblea Nacional.
“La Asamblea Nacional tiene que ser reconocida. Se debe facilitar al máximo su labor y es fundamental incluso para la rendición de cuentas”, aseveró.
En pos de una salida de la crisis por la vía pacífica, Gómez también consideró fundamental una intervención adecuada por parte de los países de la región y los distintos actores regionales. “El Mercosur, Unasur, todas estas instancias, la OEA… tienen que usar su liderazgo de forma positiva y centrado en derechos humanos para lograr avances en Venezuela”.
Pero mientras tanto, el gran perjudicado es el venezolano. Ese que está atrapado “entre dos tragedias: la violencia armada (…) y la emergencia económica”.
“Lo que creo que hace que Venezuela esté en el tope de su crisis, de la más importante, es el nivel de víctimas que tiene. No solo la situación política, sino el volumen de gente, la gran cantidad de víctimas que tenemos diariamente por falta de alimentos, medicinas… y eso debería servir para que el Gobierno y la oposición lleguen a un acuerdo”, concluyó.

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