Wednesday, October 3, 2012

Venezuela tomada

En: http://www.eluniversal.com/opinion/121003/venezuela-tomada

FRANCISCO GÁMEZ ARCAYA |  EL UNIVERSAL
miércoles 3 de octubre de 2012  12:00 AM
En su famoso cuento "Casa tomada", Julio Cortázar relata la historia de dos hermanos que vivían en una vieja casona familiar. Estos hermanos, un hombre y una mujer, permanecieron solteros y dedicaron sus vidas al cuidado de la casa. Durante las mañanas ambos la limpiaban y luego, por las tardes, ella tejía y él leía. Un día los hermanos comenzaron a escuchar ruidos en la parte trasera de la casa. A ninguno se le ocurrió investigar el origen de aquellas perturbaciones. Por el contrario, el miedo los había inmovilizado. Decidieron entonces cerrar la puerta que comunicaba hacia los angustiosos ruidos. Limitaron así sus vidas a la parte delantera de la vivienda. Recordaban con pesar las cosas que habían quedado en la parte clausurada, pero se adaptaron con el transcurrir del tiempo. No obstante, al cabo de algunos días, surgieron ruidos extraños en otras zonas. Ellos, bajo los mismos efectos paralizantes, se arrinconaron hacia los pocos espacios seguros que iban quedando. Pero el miedo continuaba minando el alma de los dos hermanos producto de los misteriosos sonidos que avanzaban.

Así ha estado el país. Vivimos bajo la tutela de un gobierno experto en el diabólico arte de intimidar. Un gobierno que en catorce años fue tomando espacios aceleradamente a fuerza de atropellos. Un régimen que, en lugar de servir a todos por igual, tiene como objetivo arrinconar y desplazar a todo el que se le oponga. Y el país fue cediendo, acostumbrándose a la violencia y adaptándose. Tal y como hicieron los hermanos del relato.

El cuento de Cortázar concluye en tristeza. El miedo de los protagonistas los lleva al desplazamiento total. La última puerta que cierran es la puerta principal de la vieja casona, pero con ellos del lado de afuera. Una derrota absurda e ilógica. Abandonaron todo a causa del miedo y de la fuerza aplastante de su poder.

En Venezuela, por el contrario, el cuento tendrá un final distinto. Henrique Capriles se ha atrevido a entrar en aquellos espacios tomados, y los ha llenado de gente, de alegría, de esperanza. Se ha confirmado visiblemente que la causa del miedo no es más que el abuso cobarde del poder magnificado, llevado a los extremos de la vulgaridad y la desfachatez. En Venezuela, se comienzan a abrir las puertas y ventanas que habían sido cerradas a la luz por causa del sectarismo. Ha llegado el tiempo de volcarnos a la construcción de un país para todos. Con generosidad e inclusión, para hacer de Venezuela algo mejor de lo que fue y de lo que es. Sin impunidad pero con tolerancia. Un lugar donde nunca más nos dividan entre apátridas y revolucionarios, sino que seamos todos hermanos venezolanos.

Para lograr esa realidad es indispensable votar el domingo, y votar por el cambio, por la esperanza, por la paz. La Venezuela de la reconciliación está por llegar.

No comments:

Post a Comment