Tuesday, December 3, 2013

Las garras tembolorosas de los hermanos Castro

En: http://www.eluniversal.com/opinion/131203/las-garras-temblorosas-de-los-hermanos-castro

ROBERTO GIUSTI| EL UNIVERSAL
martes 3 de diciembre de 2013 12:00 AM
Habría que ser muy ingenuo para ignorar que el chavismo se quedaría de brazos cruzados frente a la catástrofe electoral que se les avecinaba si no hacía algo (y muy pronto) para evitarla, o al menos paliarla. También es cierto que la ausencia del cerebro mayor, aquél de las más diversas ocurrencias llevadas a la realidad, muchas veces a trompicones, ya no estaba y por tanto las salidas inesperadas eran más difíciles de prever. Pero se produjo lo inesperado (es decir, valga la perogrullada, lo no esperado) y el Gobierno se lanzó una de Chávez que, vistas las cosas en perspectiva, parecía planificada con toda premeditación. Denuncias "la guerra económica" y la ofensiva contra "la corrupción", haces que te aprueben la Habilitante y aplicas una medida que, dentro del "proyecto", no desentona: entregar lo que ya no tienes (y es de otros) para demostrar que sigues ya no solo con los desamparados sino con la clase media, cuyos recursos ya no alcanzan para disponer de una batería electrónica doméstica de última generación.

Así, como quien no quiere la cosa, te pones del lado de las víctimas y colocas al adversario político a la defensiva, acusándolo de defender o, en el mejor de los casos, guardar silencio, ante el castigo a quienes negocian con las necesidades del pueblo. Lo cual nos remite a la siguiente cuestión: ¿lograron ponerse en la mente del ilustre muerto al punto de adivinar el pensamiento de un ser ya inexistente? ¿O queda claro que Chávez nunca fue "el cerebro" de las salidas geniales y detrás de estas, como de las otras estratagemas, siempre siguiendo un libreto, aparecen, desde las brumas del secretismo, las garras temblorosas pero maléficas de los hermanos Castro? Decídalo usted mismo y si no está de acuerdo pulse la tecla, "ninguna de las dos".

La cosa es saber si el show (que compromete la economía del país en aras de un resultado electoral cuyos resultados consideran cruciales) ha volteado la tortilla y así los chavistas idos regresaron y la díscola clase media finalmente cayó en el embrujo de las golillas, liquidaciones y demás mojigangas de unos manipuladores que, a expensas de alimentar el ansia consumista (bestia negra de tantos pensadores marxistas), pretenden salvar, por la vía del voto (otra aberración pequeño burguesa), ese curioso pegoste ideológico detrás del cual se esconde el más gigantesco fraude político de nuestra brevísima historia republicana.

Con suerte eso lo sabremos el próximo domingo, pero como el lector debe estar exigiendo una conclusión un tanto menos gaseosa, me atrevería a afirmar, impulsado tanto por el deseo como por la convicción, de que en esta oportunidad la estratagema nos le va a funcionar y si tengo razón la próxima semana trataré de explicarles por qué.

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