Roderick Navarro
Connacionales con dignidad y honor,
La venezolanidad que compartimos en razón de los procesos que nos vieron nacer como República, ha sido desprestigiado y pisoteado por fuerzas extranjeras opuestas a nuestros intereses siempre nacionales.
Comunistas de distintas formas y colores están infiltrados en las Fuerzas Armadas de la República, en las instituciones del aparato estatal y en los partidos políticos, rigiendo los destinos de Venezuela. Estos socavan día a día nuestra voluntad de sentirnos venezolanos y amantes de la Nación. Luego de 200 años de haber declarado la guerra a muerte a los españoles, nuestra Soberanía y Libertad están en manos de los cubanos.
La Libertad, que para nosotros es el valor supremo, no existe en este sistema político decadente por culpa de criminales que dicen ser adversarios y diferentes. Son la política de siempre, la cultura cómplice por su incapacidad compartida, es la generación de relevo que heredó la cobardía y la vergüenza de hombres deleznables.
Somos una generación que coincide en el mismo espacio y tiempo, estamos juntos en la misma Venezuela. No existe casualidad en ello, la historia nos ha dado un objetivo trascendente: la apertura de un nuevo proceso emancipador que fundará la civilización más libre de América. La servidumbre y la obediencia que a punta de fuerza y oración nos quieren imponer, es agobiante y peligrosamente duradera por ley y costumbre; por eso es lícita esta manifestación honorable que la insumisión y la desobediencia pueden consentir incondicionalmente.
Siendo yunques del martillo comunista, no nos comportamos diferente a los nacionales de hace dos siglos: la mediocridad de las élites en la tarea de defender a Venezuela de los cubanos nos convoca hoy a juntarnos. Han consentido con el populismo, dando paso a un yugo que devora las arcas de la Nación, desangra la moral virtuosa de los individuos de esta tierra, convierte nuestras leyes en papel mojado y convierte a nuestras instituciones en dependencias de directrices foráneas. No podrían roer más la venezolanidad, no podrían destruir más lo que la Libertad y la Nación impulsaron a toda una cruzada independentista.
Por eso hermanos míos de Venezuela, quiero enseñarles cómo identificar a los enemigos por obra de nuestras propias manos, su derrota y vergüenza es su único destino:
Estos llaman “Libertad” a la concesión que dan a los hombres que les obedecen, haciéndoles creer que viven a plenitud: cualquier cuestionamiento es una justificación para oprimirles.
Estos llaman “igualdad” a la vida mecánica, despreciando el mérito entre los hombres al superarse.
Estos llaman “justicia” al resentimiento y la envidia que los moviliza: justifican sus perjurios con la venenosa dialéctica del que no fueron víctimas, pues en nombre de sus falsas verdades ajustician a los que no tuvieron que ver nunca con el pasado.
Estos utilizan nuestros símbolos patrios para hacerlos naufragar en la federación de países comunistas, poniendo a Venezuela como un instrumento para mantener un sistema político y económico ajenos a nuestra existencia, a eso le llaman “Patria”.
Estos valoran a los hombres por lo que tienen y no por lo que son, convirtiendo los objetivos individuales en una esclavitud hacia su sistema perverso, en el que sólo otorgan status a las variables que ellos reconocen, a ese crimen social lo llaman tergiversadamente “ciudadanía”.
Estos llaman “progreso” a la promesa constante de la fingida distribución de una riqueza que no existe para hacer dependiente a los hombres, cuestión vital para ellos, por eso no promueven la creación de riqueza, y por eso se autorizan y se creen legítimos para aspirar al gobierno.
Nuestra invisible fraternitas significa un desagravio a la Nación, esa condición nos permite materializar nuestro objetivo histórico de conquistar la Libertad, convirtiendo lo que para ellos es delito en resarcimiento, expulsando para siempre del suelo venezolano a los que la infestan con su escarmiente existencia. Su ausencia purifica nuestro honor como venezolanos y es una verdadera advertencia y ejemplo para los demás pueblos del mundo: Venezuela no se deshonra de manera fortuita por cualquier razón o causa ocurrente.
Empero de que es justa nuestra palabra en este momento en contra de los invasores cubanos y sus cómplices socialistas, nuestro espíritu honorable y magno concede convivencia y Libertad a los que siendo de esta estirpe aborrecen todos estos crímenes y se convierten en aliados de nuestra causa, siendo brazo y músculo de nuestro propósito de echar abajo a los intrusos y reconstruir a la Nación.
Declaramos que todo aquel en el plano de lo político que no confabule en contra de este régimen no democrático a favor de la causa de la Libertad, por cualquier medio que no sea una excusa para no hacerlo, será entendido como enemigo de Venezuela. De manera contraria, será bienvenido todo aquel que estando del lado contrario se sume a nuestras filas, conservando su dignidad y su honor como un hombre que sume su esfuerzo junto a otros venezolanos en sacudirse el yugo comunista y su esclavitud.
A los venezolanos que están perdidos hoy por el privilegio y otras alucinaciones construidas por los socialistas: sepan que lamentamos su desviación deliberada, y la asumimos como parte de su ignorancia y ceguera que la liviandad y el disimulo ocasionan a ustedes, hombres de espíritu endeble. No teman por nuestra causa justa y noble: inevitablemente estamos ligados por el gentilicio que hemos de desagraviar; es la única garantía que tienen de vivir en Libertad. La justicia se encargará en lo sucesivo de sellar la paz entre nosotros.
Los traidores de esta causa por la Libertad de Venezuela, no podrán contar con nuestro respeto hasta después de la muerte incluso. Los que han nacido para ser despreciados, tendrán que cumplir con su destino para siempre.
Invasores cubanos y sus cómplices socialistas: cuenten con nuestra hostilidad porque no somos iguales, no cuenten con el diálogo porque no se lo merecen, ni cuenten con nuestro perdón porque ya no existe, excepto los que sumen sus capacidades junto a nosotros para levantar únicamente la bandera de Venezuela.
Con este llamado, no me queda más que invitarlos a dar un paso al frente en contra de la decadencia que nos rodea. Hace 200 años, venezolanos virtuosos encabezaron la expulsión de los españoles del territorio Venezolano para hacernos una Nación libre, ahora nosotros debemos expulsar de la misma manera a los invasores cubanos y sus cómplices antinacionales de nuestras instituciones: vamos a reconquistar la Libertad y la Soberanía de Venezuela.
Aut Libertas, aut nihil
Estos valoran a los hombres por lo que tienen y no por lo que son, convirtiendo los objetivos individuales en una esclavitud hacia su sistema perverso, en el que sólo otorgan status a las variables que ellos reconocen, a ese crimen social lo llaman tergiversadamente “ciudadanía”.
Estos llaman “progreso” a la promesa constante de la fingida distribución de una riqueza que no existe para hacer dependiente a los hombres, cuestión vital para ellos, por eso no promueven la creación de riqueza, y por eso se autorizan y se creen legítimos para aspirar al gobierno.
Nuestra invisible fraternitas significa un desagravio a la Nación, esa condición nos permite materializar nuestro objetivo histórico de conquistar la Libertad, convirtiendo lo que para ellos es delito en resarcimiento, expulsando para siempre del suelo venezolano a los que la infestan con su escarmiente existencia. Su ausencia purifica nuestro honor como venezolanos y es una verdadera advertencia y ejemplo para los demás pueblos del mundo: Venezuela no se deshonra de manera fortuita por cualquier razón o causa ocurrente.
Empero de que es justa nuestra palabra en este momento en contra de los invasores cubanos y sus cómplices socialistas, nuestro espíritu honorable y magno concede convivencia y Libertad a los que siendo de esta estirpe aborrecen todos estos crímenes y se convierten en aliados de nuestra causa, siendo brazo y músculo de nuestro propósito de echar abajo a los intrusos y reconstruir a la Nación.
Declaramos que todo aquel en el plano de lo político que no confabule en contra de este régimen no democrático a favor de la causa de la Libertad, por cualquier medio que no sea una excusa para no hacerlo, será entendido como enemigo de Venezuela. De manera contraria, será bienvenido todo aquel que estando del lado contrario se sume a nuestras filas, conservando su dignidad y su honor como un hombre que sume su esfuerzo junto a otros venezolanos en sacudirse el yugo comunista y su esclavitud.
A los venezolanos que están perdidos hoy por el privilegio y otras alucinaciones construidas por los socialistas: sepan que lamentamos su desviación deliberada, y la asumimos como parte de su ignorancia y ceguera que la liviandad y el disimulo ocasionan a ustedes, hombres de espíritu endeble. No teman por nuestra causa justa y noble: inevitablemente estamos ligados por el gentilicio que hemos de desagraviar; es la única garantía que tienen de vivir en Libertad. La justicia se encargará en lo sucesivo de sellar la paz entre nosotros.
Los traidores de esta causa por la Libertad de Venezuela, no podrán contar con nuestro respeto hasta después de la muerte incluso. Los que han nacido para ser despreciados, tendrán que cumplir con su destino para siempre.
Invasores cubanos y sus cómplices socialistas: cuenten con nuestra hostilidad porque no somos iguales, no cuenten con el diálogo porque no se lo merecen, ni cuenten con nuestro perdón porque ya no existe, excepto los que sumen sus capacidades junto a nosotros para levantar únicamente la bandera de Venezuela.
Con este llamado, no me queda más que invitarlos a dar un paso al frente en contra de la decadencia que nos rodea. Hace 200 años, venezolanos virtuosos encabezaron la expulsión de los españoles del territorio Venezolano para hacernos una Nación libre, ahora nosotros debemos expulsar de la misma manera a los invasores cubanos y sus cómplices antinacionales de nuestras instituciones: vamos a reconquistar la Libertad y la Soberanía de Venezuela.
Aut Libertas, aut nihil
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