Tuesday, April 8, 2014

!Murió la Corte!

En: http://www.eluniversal.com/opinion/140408/murio-la-corte

GUSTAVO BRICEÑO VIVAS| EL UNIVERSAL
martes 8 de abril de 2014 12:00 AM
Las democracias subsisten cuando quienes conducen sus instituciones actúan no solo en atención a los mandatos legales para quienes impulsan un destino de respeto y consideración, sino, como lo expresamos siempre, instalados en sentimientos culturales y de educación. Siempre digo que la política está muy vinculada a la forma de ser y de comportarse de cada ciudadano. Ver una sociedad democrática refleja un lenguaje especial y una forma caracterizada de comportamiento.

Ciertamente, el sistema se mantiene, cuando los conflictos sociales se resuelven de forma que las reglas constituyan los mecanismos y las normas para que el conflicto en sí mismo personifique una preocupación que posteriormente va a ser resuelta. Pero imaginemos que los tribunales no existan, pues bien, será una sociedad donde el conflicto individual o colectivo se resuelve por el más fuerte, y desde luego Hobbes, con su Leviatán emergería de nuevo con resplandor y entereza muy significativa. Cuando no hay tribunal no hay sistema de justicia, y cuando no hay sistema de justicia no hay democracia y cuando no hay democracia no hay libertad. Así de simple.

Con las últimas decisiones dictadas por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, se desarrolla un nuevo sistema donde los tribunales emergen solo en lo que se refiere a la estructura física del ente. En otras palabras, la justicia pasa a ser una instancia donde el interés fundamental de sus sentencias es complacer las políticas del Gobierno y la suprema instalación de un régimen donde el control y la supervisión sobre el ciudadano son la principal causa de su política. Siempre habríamos sentido que la Constitución de 1999 era una Constitución pro-ciudadana, lo que transforma ahora como una Constitución anti-ciudadano de acuerdo al desarrollo que los poderes públicos realizan a diario en nuestro angustiado y extrañado país. Ya la Corte Suprema de Justicia se atrevió a eliminar de un plumazo, la voluntad popular. Nunca nadie se había imaginado que en unas horas se hubiera podido desaparecer una elección popular de un diputado. Imposible creerlo. Hobbes tenía razón, el Leviatán consagrado, pero trescientos años después. Un estado personificado, un estado sumado a emprender una política en instalar al ciudadano de rodillas frente a él, usando el tribunal para preservar un régimen contra natura, para que sufra sus consecuencias. En atención a ello, la legitimación cada vez más se acerca como un elemento promisorio de tomar en cuenta y de reaccionar. Ya no queda un tribunal que pueda servir de justicia, lo que resta es la configuración de un sistema entrelazado en procurar la satisfacción de pretensiones que vengan del único poder instalado y estructurado. Ya la justicia no existe, al menos, como la hemos imaginado en los libros y en las leyes. Lo que se materializa es una conjunción de poderes, que en uno solo planifica y desarrolla un estado para satisfacer autocráticamente las pretensiones personales. En los libros de historia de Venezuela, el comportamiento actual de los "magistrados del Tribunal Supremo de Justicia" será la explicación de la caída de las instituciones y la consideración concreta de la pretendida instalación de poderes arbitrarios y descabellados. ¿Es la caída completa de la república, o es el germen del nacimiento de una nueva sociedad que está por nacer? Se los dejo a su consideración. Pienso que ya son hoy cuarenta y cinco días de protesta de la sociedad civil contra una Corte que ya murió. Es de pensarlo.

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