VIOLENCIA PARAMILITAR
INCRONTOLADA
Hoja de Ruta Política (82)
Octavio
Lepage
La
violencia desatada por el gobierno a partir del Día de la Juventud asombra por
lo feroz y sanguinaria. Venezuela vivió
en el pasado periodos más o menos prolongados de violencia (guerras civiles,
dictaduras de Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez, guerrilla comunista) pero
jamás alcanzó los niveles insanos de la actualidad. Habría que remontarse a Boves (asturiano, no
venezolano) para encontrar algo parecido.
Gracias a las redes sociales y a
canales del exterior los venezolanos hemos podido seguir paso a paso el
despliegue y la profundidad de la represión gubernamental contra las
manifestaciones pacificas encabezadas por los estudiantes. A la ocupación militar de San Cristóbal solo
le han faltado los bombardeos para asemejarla a Guernica, inmortalizada por
Picasso. La juventud de San Cristóbal ha
tenido un comportamiento glorioso que merece la admiración y aplauso de los
venezolanos y al pueblo del Táchira hay que reconocerle la solidaridad recia
con su juventud. Por cierto, nunca podrá olvidar los maltratos físicos y
morales causados por los contingentes militares contra la oposición.
También Mérida, ciudad universitaria, ha sido escenario diario de
agresiones salvajes de bandas
paramilitares (“colectivos”) contra los estudiantes. Allí vive en un conjunto residencial la
combativa dirigente Gaby Arellano, pues bien, una brigada de paramilitares
motorizados destrozó la cerca del conjunto residencial, derribó la puerta del
edificio donde vive y también derribó la
puerta del apartamento que ocupa, sin ningún tipo de orden judicial. Esto me hace recordar a uno de los generales
franquistas que insurgieron contra la República Española, el General Millán
Astraiy, célebre por su exclamación: Cuando oigo la palabra “cultura”
automáticamente llevo la mano a mi pistola.
En estos días vimos por Tv, el
asalto a la urbanización La Trinidad, en Maracaibo, uno de los muchos asaltos a
conjuntos residenciales en esa ciudad. Me impresionó el odio con que estos
paramilitares y efectivos de la Guardia Nacional (lo de “bolivariana” no lo
merecen). El mismo irrespeto a la
integridad física y a la dignidad humana conque han venido actuando en Caracas,
Altos Mirandinos, Puerto Ordaz, Valencia, Maracay, Barquisimeto, Puerto La
Cruz, Porlamar y demás ciudades y pueblos de Venezuela.
Este comportamiento de quienes nos
gobiernan y reprimen es injustificable.
Esa es la explicación y la justificación de la protesta estudiantil,
dirigida con recia serenidad por Juan Requesens, presidente de la Federación de
Centros Universitarios de la UCV. Los
estudiantes no propician ni alientan conspiraciones ni golpes de estado, pero
tampoco aceptan con resignación que Maduro gobierne hasta 2.019. En Venezuela está planteado un cambio pacífico
de Gobierno, a corto plazo. La fórmula
política para el cambio la señaló la Iglesia, por intermedio de Monseñor Pérez
Morales: la transición pacífica consensuada.
Si no se acepta esta fórmula salvadora los responsables del desastre
inevitable serán quienes hoy sostienen a
Maduro en la Presidencia.
Caracas, 31 de Marzo del 2014.
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