VALENTÍN ARENAS AMIGÓ| EL UNIVERSAL
lunes 19 de mayo de 2014 12:00 AM
Después de quince años de una revuelta que fracasó, ahora se disputan el futuro dos fuerzas que están enfrentadas. De una parte está la fuerza, cada día más débil, del régimen victimario que tiene al país en una doble quiebra, política y económica. Y de la otra parte la fuerza, cada vez mayor, de la sociedad civil venezolana que es víctima de este desastre. Valoremos la fortaleza de ambas.
La revuelta se apropió del poder a través de elecciones para simular que había democracia, con la sola excepción de 1998, pues al controlar el árbitro se les facilitó siempre ganar. Como no creía en la democracia, pues de trataba de una autocracia, actúo en consecuencia. Fue así como se apoderó de todos los poderes del Estado que fueron sometidos al Ejecutivo, aprobaron una Constitución en 1999 que después violaron impunemente, controlaron casi todos las radios y televisoras del país para poder mentirle a los venezolanos masivamente como lo hacen todos los días y manejaron los recursos del petróleo no en beneficio del venezolano sino para ganar influencia política en diferentes países.
La sociedad civil quedó sometida a un estado autocrático pero conserva las diferentes instituciones que la integran y que trabajan para satisfacer las necesidades económicas y educativas propias de toda sociedad. El Estado representa la sociedad política jurídicamente pero la sociedad civil es todo el país integrado por familias, universidades, estudiantes, trabajadores, empresarios y profesionales de diversas especialidades. Todos estos sectores que la integran constituyen una fuerza muy superior a la del Estado. La sociedad civil unida es una fuerza superior porque ella no representa a Venezuela, como sucede con los políticos, sino que ella es Venezuela. Sin todos estos sectores no hay país pues todos ellos unidos en un solo bloque hacen a Venezuela.
Cuando los que gobiernan abusan del poder y en vez de trabajar por el bien común, se lucran en beneficio propio, pierden su legitimidad de origen en una verdadera democracia pero no en un régimen autocrático donde la soberanía se traslada del pueblo al autócrata que hace lo que quiere. Si esto sucede a la sociedad civil como un todo le corresponde luchar para rescatar la soberanía que le pertenece y que el autócrata le arrebató violando la Constitución de la República. En estas circunstancias de crisis política democrática donde los derechos humanos son desconocidos y violados incluyendo la vida, le corresponde a la sociedad civil completa, no solo a los estudiantes, asumir el liderazgo colectivo para regresar a un Estado democrático y de derecho. Venezuela vivió en democracia durante cuatro décadas seguidas y esto generó una cultura de dignidad humana y de libertades que justifica y obliga a la sociedad civil a irse a las calles en protesta pacífica o a paralizar al país durante varios días para que no quede duda alguna de que la fuerza mayor está de su parte y no de un régimen minoritario que ha destruido al país.
Atropellar al ciudadano es el arma del régimen. Tomar las calles o paralizar a Venezuela es el arma superior de la sociedad civil democrática cuando no tiene otra forma de expresar con transparencia su voluntad soberana.
Profesor de Instituciones Políticas de la UCAB
La revuelta se apropió del poder a través de elecciones para simular que había democracia, con la sola excepción de 1998, pues al controlar el árbitro se les facilitó siempre ganar. Como no creía en la democracia, pues de trataba de una autocracia, actúo en consecuencia. Fue así como se apoderó de todos los poderes del Estado que fueron sometidos al Ejecutivo, aprobaron una Constitución en 1999 que después violaron impunemente, controlaron casi todos las radios y televisoras del país para poder mentirle a los venezolanos masivamente como lo hacen todos los días y manejaron los recursos del petróleo no en beneficio del venezolano sino para ganar influencia política en diferentes países.
La sociedad civil quedó sometida a un estado autocrático pero conserva las diferentes instituciones que la integran y que trabajan para satisfacer las necesidades económicas y educativas propias de toda sociedad. El Estado representa la sociedad política jurídicamente pero la sociedad civil es todo el país integrado por familias, universidades, estudiantes, trabajadores, empresarios y profesionales de diversas especialidades. Todos estos sectores que la integran constituyen una fuerza muy superior a la del Estado. La sociedad civil unida es una fuerza superior porque ella no representa a Venezuela, como sucede con los políticos, sino que ella es Venezuela. Sin todos estos sectores no hay país pues todos ellos unidos en un solo bloque hacen a Venezuela.
Cuando los que gobiernan abusan del poder y en vez de trabajar por el bien común, se lucran en beneficio propio, pierden su legitimidad de origen en una verdadera democracia pero no en un régimen autocrático donde la soberanía se traslada del pueblo al autócrata que hace lo que quiere. Si esto sucede a la sociedad civil como un todo le corresponde luchar para rescatar la soberanía que le pertenece y que el autócrata le arrebató violando la Constitución de la República. En estas circunstancias de crisis política democrática donde los derechos humanos son desconocidos y violados incluyendo la vida, le corresponde a la sociedad civil completa, no solo a los estudiantes, asumir el liderazgo colectivo para regresar a un Estado democrático y de derecho. Venezuela vivió en democracia durante cuatro décadas seguidas y esto generó una cultura de dignidad humana y de libertades que justifica y obliga a la sociedad civil a irse a las calles en protesta pacífica o a paralizar al país durante varios días para que no quede duda alguna de que la fuerza mayor está de su parte y no de un régimen minoritario que ha destruido al país.
Atropellar al ciudadano es el arma del régimen. Tomar las calles o paralizar a Venezuela es el arma superior de la sociedad civil democrática cuando no tiene otra forma de expresar con transparencia su voluntad soberana.
Profesor de Instituciones Políticas de la UCAB
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