Antonio Maria Delgado
adelgado@elnuevoherald.com
La oposición venezolana debe establecer ahora un verdadero frente de unidad nacional y concertar una hoja de ruta que pueda ser utilizada para salir del chavismo, dijeron el viernes panelistas que participaron en un foro organizado por el Nuevo Herald y la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Extranjero.
Los ponentes también se pronunciaron a favor de que Washington apruebe las “sanciones selectivas” contra altos funcionarios del chavismo involucrados en la cruel represión de manifestantes, señalando que es una obligación moral ser consistente con los numerosos pronunciamientos públicos y tratados que ha promovido en defensa de los derechos humanos.
Pero fueron la falta de unidad y la conveniencia de adoptar una estrategia común los temas que predominaron en los pronunciamientos de los panelistas, quienes admitieron que es uno de los grandes problemas que enfrenta la oposición venezolana.
“En Venezuela hay muchos opositores, hay mucha oposición, no hay una verdadera unidad”, comentó el ex embajador del país sudamericano ante las Naciones Unidas, Diego Arria.
“En Venezuela en vez de una unidad, tenemos dos unidades, tres unidades y cuatro unidades, pero eso no es suficiente. Hasta que no tengamos la suma total de todas esas unidades para conformar una sola, no podremos avanzar ni siquiera un metro”, agregó.
Los panelistas —que también incluían al coordinador político del partido Voluntad Popular, Carlos Vecchio; la ex ministra de la Secretaría de la Presidencia, Beatrice Rangel; y al secretario general en Miami de la Mesa de la Unidad Democrática, Horacio Medina— coincidieron en que el chavismo enfrenta uno de los peores momentos de su historia, pero advirtieron que eso no quiere decir que va a colapsar por sí solo.
Para Rangel, existe un “exagerado optimismo” en torno al impacto que podría tener sobre el régimen la feroz crisis económica por la que atraviesa el país petrolero.
“No es cierto que porque haya una inflación como la de una nación centroafricana que la gente se va a alzar y va a hacer una toma de La Bastilla”, comentó Rangel.
La crisis económica no va a propiciar la implosión del régimen por las mismas razones que han mantenido a Nigeria –la nación centroafricanaen cuestión– en el mismo estado por más de 20 años y que sus habitantes lleven décadas sufriendo bajo un yugo autoritario, dijo.
“En Cuba llevan 50 años, y allí están los cubanos con ese régimen que no han podido salir de él”, agregó.
Una salida requiere un entendimiento mucho más profundo del fenómeno político por el que atraviesa Venezuela y una estrategia exhaustiva e integral para enfrentar al chavismo, que vaya más allá de objetivos a corto plazo, dijo.
Medina coincidió.
“Una crisis política, económica, social no produce un cambio, si eso no es acompañado en lo político con una estrategia clara y contundente”, comentó Medina.
Según Medina, este es el momento de realizar ese debate para comenzar a trazar la estrategia.
Vecchio, quien se vio obligado a salir del país luego que los tribunales chavistas le acusaran de terrorismo, dijo que la materialización de esa estrategia depende de que los distintos sectores que forman parte de la oposición logren unificar criterios.
“Depende de nuestra capacidad de ponernos de acuerdo en una ruta común para salir de la crisis política. Y ese es el gran debate en este momento”, expresó Vecchio.
Pero una salida requiere también incorporar al chavismo.
“Si yo hablo de unidad nacional, yo también tengo que ver a quienes creyeron en el proyecto de Chávez. Yo no puedo construir a una Venezuela sin esos venezolanos, donde hay profundos liderazgos democráticos allí y que no están conformes con la cúpula que está hoy en el poder. Ellos deben ser incluidos también”, dijo Vecchio.
Medina dijo que Venezuela atraviesa en este momento por una etapa coyuntural muy importante, caracterizada por un régimen que se encuentra muy debilitado.
“La muerte física de Hugo Chávez definitivamente ha erosionado y evita que el régimen tenga el mismo grado de poder [que él tuvo], y allí hay una gran oportunidad para la alternativa democrática”, comentó Medina.
Según Rangel, la clave de una salida en Venezuela implica que la oposición logre encausar la “energía participatoria” que Chávez desenfrenó en el pueblo venezolano, hacia la construcción de una democracia.
“Porque él [Chávez] la encausó hacia la destrucción de las instituciones, ahora hay que hacer uso de esa fiebre participatoria del pueblo venezolano que se siente protagonista, encausarla hacia la construcción democrática”, explicó.
Al hablar sobre el papel que Estados Unidos debería jugar en el caso de Venezuela, los panelistas advirtieron que la posición adoptada por Washington hasta el momento ha sido bastante ambigua.
“Lo primero que deberían hacer en este momento es sancionar”, comentó Arria, en referencia a los proyectos de ley que se encuentran introducidos en el Congreso de Estados Unidos involucrados en la feroz represión de las manifestaciones estudiantiles que dejaron un saldo de al menos 43 muertos y cerca de 850 heridos.
Las sanciones son importantes porque “si los venezolanos entienden que no están sancionando ni siquiera a los que roban y violan los derechos humanos” van a seguir actuando con impunidad, dijo el diplomático.
Pero Estados Unidos también tienen una obligación moral a sancionar a los funcionarios del chavismo implicados, agregó Rangel.
“Estados Unidos, que ha sido promotor de las convenciones internacionales […], tiene el deber de apegar a los funcionarios venezolanos a esas convenciones”, explicó la ex ministra.
“Estados Unidos creo todo ese sistema [de protección de los derechos humanos] […] y tiene la obligación de ser coherente y defenderlo”, dijo.
Los ponentes también se pronunciaron a favor de que Washington apruebe las “sanciones selectivas” contra altos funcionarios del chavismo involucrados en la cruel represión de manifestantes, señalando que es una obligación moral ser consistente con los numerosos pronunciamientos públicos y tratados que ha promovido en defensa de los derechos humanos.
Pero fueron la falta de unidad y la conveniencia de adoptar una estrategia común los temas que predominaron en los pronunciamientos de los panelistas, quienes admitieron que es uno de los grandes problemas que enfrenta la oposición venezolana.
“En Venezuela hay muchos opositores, hay mucha oposición, no hay una verdadera unidad”, comentó el ex embajador del país sudamericano ante las Naciones Unidas, Diego Arria.
“En Venezuela en vez de una unidad, tenemos dos unidades, tres unidades y cuatro unidades, pero eso no es suficiente. Hasta que no tengamos la suma total de todas esas unidades para conformar una sola, no podremos avanzar ni siquiera un metro”, agregó.
Los panelistas —que también incluían al coordinador político del partido Voluntad Popular, Carlos Vecchio; la ex ministra de la Secretaría de la Presidencia, Beatrice Rangel; y al secretario general en Miami de la Mesa de la Unidad Democrática, Horacio Medina— coincidieron en que el chavismo enfrenta uno de los peores momentos de su historia, pero advirtieron que eso no quiere decir que va a colapsar por sí solo.
Para Rangel, existe un “exagerado optimismo” en torno al impacto que podría tener sobre el régimen la feroz crisis económica por la que atraviesa el país petrolero.
“No es cierto que porque haya una inflación como la de una nación centroafricana que la gente se va a alzar y va a hacer una toma de La Bastilla”, comentó Rangel.
La crisis económica no va a propiciar la implosión del régimen por las mismas razones que han mantenido a Nigeria –la nación centroafricanaen cuestión– en el mismo estado por más de 20 años y que sus habitantes lleven décadas sufriendo bajo un yugo autoritario, dijo.
“En Cuba llevan 50 años, y allí están los cubanos con ese régimen que no han podido salir de él”, agregó.
Una salida requiere un entendimiento mucho más profundo del fenómeno político por el que atraviesa Venezuela y una estrategia exhaustiva e integral para enfrentar al chavismo, que vaya más allá de objetivos a corto plazo, dijo.
Medina coincidió.
“Una crisis política, económica, social no produce un cambio, si eso no es acompañado en lo político con una estrategia clara y contundente”, comentó Medina.
Según Medina, este es el momento de realizar ese debate para comenzar a trazar la estrategia.
Vecchio, quien se vio obligado a salir del país luego que los tribunales chavistas le acusaran de terrorismo, dijo que la materialización de esa estrategia depende de que los distintos sectores que forman parte de la oposición logren unificar criterios.
“Depende de nuestra capacidad de ponernos de acuerdo en una ruta común para salir de la crisis política. Y ese es el gran debate en este momento”, expresó Vecchio.
Pero una salida requiere también incorporar al chavismo.
“Si yo hablo de unidad nacional, yo también tengo que ver a quienes creyeron en el proyecto de Chávez. Yo no puedo construir a una Venezuela sin esos venezolanos, donde hay profundos liderazgos democráticos allí y que no están conformes con la cúpula que está hoy en el poder. Ellos deben ser incluidos también”, dijo Vecchio.
Medina dijo que Venezuela atraviesa en este momento por una etapa coyuntural muy importante, caracterizada por un régimen que se encuentra muy debilitado.
“La muerte física de Hugo Chávez definitivamente ha erosionado y evita que el régimen tenga el mismo grado de poder [que él tuvo], y allí hay una gran oportunidad para la alternativa democrática”, comentó Medina.
Según Rangel, la clave de una salida en Venezuela implica que la oposición logre encausar la “energía participatoria” que Chávez desenfrenó en el pueblo venezolano, hacia la construcción de una democracia.
“Porque él [Chávez] la encausó hacia la destrucción de las instituciones, ahora hay que hacer uso de esa fiebre participatoria del pueblo venezolano que se siente protagonista, encausarla hacia la construcción democrática”, explicó.
Al hablar sobre el papel que Estados Unidos debería jugar en el caso de Venezuela, los panelistas advirtieron que la posición adoptada por Washington hasta el momento ha sido bastante ambigua.
“Lo primero que deberían hacer en este momento es sancionar”, comentó Arria, en referencia a los proyectos de ley que se encuentran introducidos en el Congreso de Estados Unidos involucrados en la feroz represión de las manifestaciones estudiantiles que dejaron un saldo de al menos 43 muertos y cerca de 850 heridos.
Las sanciones son importantes porque “si los venezolanos entienden que no están sancionando ni siquiera a los que roban y violan los derechos humanos” van a seguir actuando con impunidad, dijo el diplomático.
Pero Estados Unidos también tienen una obligación moral a sancionar a los funcionarios del chavismo implicados, agregó Rangel.
“Estados Unidos, que ha sido promotor de las convenciones internacionales […], tiene el deber de apegar a los funcionarios venezolanos a esas convenciones”, explicó la ex ministra.
“Estados Unidos creo todo ese sistema [de protección de los derechos humanos] […] y tiene la obligación de ser coherente y defenderlo”, dijo.
No comments:
Post a Comment