Sunday, January 25, 2015

Entrevista de Manuel Carrillo a Antonio Paiva

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Economía

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Entrevista corta de un economista a un economista: Manuel Carrillo vs. Antonio Paiva

- Usted, un curtido hombre de izquierda, de la lucha armada de los años 60, conocedor experto de la materia económica, ¿Cuándo se dio cuenta que el comunismo era un fracaso?



La lucha armada de los años 60 políticamente fue un grave error. Con honestidad y responsabilidad lo reconocimos públicamente ante el país. Mucha gente recuerda lo que hicimos como un acto romántico, con mucho de aventura a lo Robín Hood y yo lo acepto así, no me arrepiento de lo que hice porque uno tiene que ser responsable con sus actos y sus acciones pero fue un disparate y un fracaso rotundo. Los procesos de insurgencia y de violencia se sabe cuándo comienzan pero no se sabe cómo cuándo terminan y ahí hubo desvaríos de parte y parte.

En el contexto de la época los Estados Unidos apoyaron a todos los dictadores de América Latina, la Iglesia era cómplice de las dictaduras y las oligarquías. La desigualdad social era terrible. El triunfo de Fidel Castro significó para la izquierda latinoamericana un terrible dilema porque con los métodos ortodoxos, con la

participación en elecciones, con la lucha sindical y la lucha política, la izquierda no había avanzado mucho y con el triunfo de Fidel se plantea la necesidad de tomar el poder. Había todo el clima para que esa insurgencia tuviera alguna viabilidad aunque fuera teórica. Luego, el devenir demostró que no había condiciones objetivas para ello.

El PCV, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (un derivado de Acción Democrática) y otros grupos de izquierda "se plantearon pasar a la acción en contra de la dirección de los partidos que creían que las condiciones no estaban dadas para eso. La juventud creía que había que echarle pichón".

Esa juventud era muy impulsiva. Guillermo García Ponce y otros dirigentes impusieron esa línea al resto de la dirección de los partidos de izquierda que no tuvo suficiente contundencia para darse cuenta de que no había condiciones, no teníamos suficiente poder de fuego ni contábamos con el entusiasmo y la tolerancia de los grupos sindicales y de los campesinos. El libro de Rafael Elino Martínez "Conversaciones secretas" (Libros Marcados, 2013) describe claramente ese proceso y su derrota.

Abandoné la izquierda porque mis estudios de economía demostraron que el marxismo es una doctrina elemental y tautológica. La realidad evidenció que los gobiernos socialistas no crean valor para la sociedad, generan escasez y miseria y esos paradigmas solo son una excusa para la justificación de gobiernos dictatoriales y autoritarios porque, en ningún caso, con el marxismo se ha mejorado el nivel de vida ni enriquecido la libertad del pueblo y de las personas".


- ¿En qué se parece la crisis económica de 1989, de 1994, de 1998 y del 2001 a la actual?



Desde el Descubrimiento y la Conquista la economía venezolana tiene un cáncer persistente: la preeminencia del estado y de los militares (salvo los 40 años de democracia) en el control y reparto de la renta, mientras la sociedad se hace dependiente de las dádivas de quien está en el poder. No existe el concepto de competitividad y nuestras élites políticas, empresariales e intelectuales se han acomodado a un caudillo y a un modo de producir bienes y servicios en un sistema de reparto y no bajo los criterios de mercado. Recomiendo el libro de Luis José

Oropeza "Fábula de una riqueza" (Artesano Editores, Colección Destierros. 2014) que demuestra como desde el Dorado hasta nuestros días hemos tenido un remedo de economía.

Las crisis del 89, 94, 98, del 2001 y la actual se parecen por la alta dependencia del petróleo y de su volatilidad como commodity en el Mercado global: cuando los precios suben el país es una juerga, repartimos y nos endeudamos. Cuando el precio cae sobreviene la crisis y los dolorosos ajustes que afectan a toda la población. El chavimadurismo y militarismo son culpables de haber despilfarrado un océano de petrodólares, sin previsión ni ahorro para los tiempos de las vacas flacas.

Los desequilibrios macroeconómicos (fiscal, cambiario, monetarios, precio, balanza de pagos) han provocado escasez, desabastecimiento, desigualdad y penuria social que tiene el país vuelto un polvorín que ojalá no estalle.


- ¿Cómo un país con una alta renta petrolera puede estar pasando por la peor tormenta perfecta desde el punto de vista macroeconómico y microeconómico?



El chavimadurismo militarista es un cóctel diabólico de ignorancia, vulgaridad, incompetencia y corrupción que no ha sido capaz de crear riqueza, que ha entregado la soberanía de Venezuela a una pequeña y arruinada isla del Caribe. La reciente rebaja de la calificación de riesgo de quiebra que Moodys ha hecho a Venezuela confirma que las luces rojas están encendidas.

Ningún país ni nación puede gastar más de lo que le ingresa porque se arruina. HCh expropió y liquidó las empresas y las haciendas, expulsó a los inversionistas extranjeros. Nadie nos presta porque no pagamos y si pagamos es con más deuda y el aval de un petróleo comprometido con China y con precios declinantes. El gobierno está liquidando activos y rematando la soberanía de nuestros activos. No existe empleo productivo. Los profesores universitarios y los médicos devengamos, en promedio, menos de 200 dólares mientras un uniformado tiene ingresos por 3 ó 4 mil US$.

En realidad, mi querido colega, es la tormenta perfecta. Y se nos viene encima un tornado…


- ¿Cuál es la receta para salir de la estanflación?



La estanflación ya está presente y tiene a agravarse hacia el caos total.

No quedan sino 3 escenarios:

1. Reducir drásticamente el déficit fiscal, eliminar el control cambiario y los controles de precios y de cualquier otro tipo; abrir condiciones para la inversión del sector privado y de los inversionistas extranjeros; restablecer los equilibrios macroeconómicos; una agresiva expansión y privatización de la industria petrolera para alcanzar 5 MM/bpd en un período de 5 años; eliminar las dádivas a Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y a cuanta islita vividora del Caribe nos espolia; disolver la GNB, reducir los gastos de defensa y regresar a los militares a sus cuarteles. Este camino nos permitirá obtener financiamiento del FMI y resolver la crisis a corto y mediano plazo. A este escenario le asigno una probabilidad del 10 %.

2. Mantener la situación actual, con o sin paños calientes, que conducirá a mayor penuria y sufrimiento para la población. A este escenario le asigno una probabilidad del 70 %.

3. El caos y la anomia total que puede conducir a mucha violencia, explosiones sociales y pronunciamientos indeseados. A este escenario le asigno una probabilidad del 20 %.


19 enero, 2015

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