El país se encuentra inmerso en
un turbulento proceso de cambio, casi diecisiete años de “idílica revolución
bolivariana” han significado una molienda, la mitad de nuestros amigos han emigrado, de la otra mitad,
muchos han muerto en manos de la inseguridad o por enfermedades, como el
cáncer, cuyo tratamiento no han podido costear o porque no hay en Venezuela los
medicamentos. Sin embargo, la desesperanza no se puede apoderar del país,
Antonio Ledezma, Leopoldo López y María Corina Machado, a pesar de los
obstáculos, nos prometen un camino hacia adelante y no han hecho otra cosa que
diseñar un Acuerdo Unitario para la Transición que son líneas de acción no
violentas, para que ese cambio se experimente a través de una transición
pacífica. Por ello han sido acusados de golpistas y han encarcelado al alcalde
Ledezma. Ese documento público lo están suscribiendo ahora muchas personas, que
entienden que no pueden continuar en un silencio indiferente y sienten la
imperiosa necesidad de demostrarle al régimen dictatorial de Maduro que aún hay
mucha gente que no le tiene miedo. No hay posibilidad para la pasividad frente
a un poder, conformado en su mayoría, por personas que han deseado vengarse de
la vida por algún motivo y acumulan tanta maldad que dirigen su objetivo hacia
la gente que disiente, sean jóvenes estudiantes o personas mayores, a través de
procesos judiciales amañados, a quienes condenan a sufrir torturas físicas o psicológicas,
como las infligidas en “la tumba” del Sebin o “el tigrito”, en la cárcel
militar de Ramo Verde. Este momento crucial demanda acciones por parte de la
dirigencia opositora, de lo contrario significa una deshonrosa rendición.
Neutralizar
a Ledezma
El
gobierno cometió un grave error de cálculo con la arbitraria detención de
Antonio Ledezma, el hecho ha despertado gran repudio internacional y a escala
nacional, ha provocado la unión entre dirigentes opositores que condenan el
hecho y suscriben mayoritariamente el Acuerdo para la Transición. Ahora los
agentes del G2 cubano, que asesoraron el martes de Carnaval a Maduro, se
lamentan por las consecuencias, entre ellas la de haber fabricado un
presidenciable a quien dispararon al victimizarlo. Según nuestras fuentes de
inteligencia, Maduro inesperadamente llegó el martes 17, a las 7:00 am a La
Habana y en el aeropuerto pidió que le llamaran a Raúl Castro, quien lo recibió
por 15 minutos y dio instrucciones de que se reuniera con el canciller y cuatro
agentes del G2. En el encuentro analizaron el Acuerdo para la transición
suscrito por Ledezma, Machado y López e interpretaron que era un llamado a
golpe de Estado; allí fraguaron la detención de Ledezma como escarmiento contra
el resto de la oposición beligerante. Eso sí, le dijeron que no podía regresar
a Cuba sin autorización - como hacía Chávez-, para no torpedear el acuerdo con
los norteamericanos. Precisamente por eso, para no provocar la furia del
imperio, decidieron dejar en la calle a María Corina Machado, aunque la
consideran peligrosa, también parten de la premisa de que Venezuela es un país
machista y no la elegirían como presidente, como sí lo harían por Ledezma o
Leopoldo. Si Diosdado Cabello encabeza el gobierno de transición y luego renuncia
para ir a elecciones, tenían que quitar del medio a Ledezma.
Tic tac
Nicolás llegó a Cuba con la
excusa de que Cilia estaba enferma y tenía que hacerse unos exámenes, de hecho
no lo acompañó en las reuniones porque se hizo un chequeo general. Según mi fuente
cubana, la primera combatiente no está enferma sino muy agotada. También se
vino con la orden de restituir el programa de Mario Silva.
Vía El Nacional
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