Monday, February 23, 2015

Quién publica planes golpistas en la prensa nacional

En: http://konzapata.com/2015/02/en-el-asalto-al-bunker-del-peligroso-ledezma-se-gasto-mucho-dinero/

El presidente Maduro confió ayer que no había leído el Acuerdo Nacional para la Transición porque a El Nacional “no lo leía nadie”. Lo que convierte al Presidente en un testigo de la defensa pues ¿qué tan peligroso puede ser un documento que nadie leyó? Sin embargo, se gastaron miles de dólares para capturar a uno de sus firmantes.



16Por Elizabeth Fuentes @fuenteseliz.-

De arriba a abajo, de lado a lado, en ninguno de los cinco párrafos del documento Acuerdo Nacional para la Transición (que de ahora en adelante llamaremos ANT, no vaya a ser que nos tilden de multiplicadores del plan golpista) se lee nada tan explícitamente peligroso como para embutir a decenas de funcionarios del Sebin en capas y capas de uniforme – chaleco anti balas, camisa y pantalón de camuflaje, casco antibalas, pasamontañas, armas largas y armas cortas que les atraviesan las piernas, botas montañeras y hasta  cámaras Go PRO en el casco-, para entrompar de lo más protegidos la búsqueda y detención del alcalde Antonio Ledezma  como si estuviesen protagonizando el famoso asalto al búnker de Osama Bin Laden.
KARREAZAEl despliegue de aquel armamento y sus miriñaques, que tanto dinero  ha costado a los venezolanos que pagan religiosamente sus impuestos, fue descomunal. Si multiplicamos por cada funcionario lo que cuesta cada chaleco, cada casco, guantes y camaritas – sin incluir las armas y las camionetas blindadas,  que ese es otro cantar-, llegaríamos a la conclusión de que para penetrar el búnker del peligroso Ledezma se invirtieron unos 100 mil dólares en dos horas, porque  cada chaleco antibalas ronda los 400 dólares y cada casco otros 200 y la cámara Go Pro 400 más, información que tomamos de Google, porsia las moscas, y donde se puede descubrir que los chalecos antibalas DYNEEMA, por mencionar una marca,  “ofrecen una buena protección contra cristal roto” y seguramente por eso los más valientes  miembros del comando  se ubicaron en la vanguardia y destrozaron con aquella valentía las puertas de vidrio del búnker del peligroso Ledezma.
Pero si bien en la práctica  la captura del alcalde Ledezma puede ser cuantificable, no podríamos inferir lo mismo para la teoría. Es decir, ¿a cuánto puede ascender la interpretación que del  ANT  hizo Arreaza al  transformar  una mera lista de deseos (o promesas electorales en el peor de los casos) a nada menos que la declaración, pública y notoria, de un  plan para derrocar al gobierno, con todo y Maduro adentro?  Que cualquier político más avezado  habría dejado pasar semejante  metida de pata sin pena ni gloria, porque el hecho de que algún opositor terrícola publique en la prensa de su país los planes secretos que tiene para derrocar al gobierno, implica que se trata de un soberano idiota, un cero, un equis, nadie que merezca respeto ni valga  la pena temer, ni  adversar. Pero, oh Vicepresidente Arreaza, con semejante puesta en escena usted  lo catapultó hasta su escala, lo convirtió en un enemigo peligroso, en una víctima de la  represión y el miedo oficial. Y, lo peor de todo, multiplicó por millones a aquellos que nunca habían leído el ANT y hoy colapsan las redes sociales en busca de un documento que había pasado clandestino gracias al Carnaval.
Antonio LedezmaSi hasta el presidente Maduro confió ayer que no lo había leído porque, palabras más o menos, El Nacional no lo leía nadie. Lo que convierte al Presidente en un testigo de la defensa porque ¿qué tan peligroso puede ser un documentos que nadie leyó?
Y lo peor es que, una vez leído, ocurre que allí no hay otra cosa que buenos deseos, nada que ningún venezolano hoy día rechace:  Restablecer la vigencia  de las instituciones democráticas y los derechos humanos, liberar a los presos políticos, facilitar el inmediato retorno de los exiliados y solicitar del sistema judicial la apertura de los procesos a que haya lugar para el castigo de delitos graves cometidos al amparo del poder gubernamental. Reponer el ejercicio efectivo de la libertad de expresión y del derecho ciudadano a informarse sobre la gestión del Estado. Rescatar la autonomía de los órganos del Poder Público, designar a sus directivos por las vías constitucionales y rehabilitar la pluralidad política y la soberanía del Estado nacional venezolano. Preparar y realizar elecciones presidenciales libres y absolutamente transparentes.  Asegurar la lealtad y el apego de la Fuerza Armada Nacional a la Constitución y su desvinculación de toda injerencia extranjera y actividad político-partidista. Abrir un proceso de despolarización política y de reconciliación nacional. Restablecer a cortísimo plazo el abastecimiento normal de alimentos y otros bienes de consumo esencial de las familias y los suministros de repuestos e insumos que impiden la operación de las cadenas de distribución. Corregir las fallas de los servicios públicos fundamentales en todo el país, con especial prioridad en los de electricidad, agua, saneamiento, gas doméstico y transporte público. Garantizar que sean cubiertas las necesidades de salud de todo el pueblo de Venezuela, atendiendo las fallas y deformaciones existentes en la gestión de la salud pública y los sistemas hospitalarios. Resolver el desabastecimiento actual de medicinas, insumos y equipos médicos y suplir los déficits de personal de salud de distintos niveles. Enfrentar como prioridad de Estado la emergencia de seguridad ciudadana, desmantelar las redes criminales… y abordar de manera integral el problema en sus facetas de prevención, acción policial, administración de justicia para eliminar la impunidad y elevación de la eficacia del sistema penitenciario…y bla bla bla…
KADURO__Pero ayer, el siempre atinado Superintendente Nacional de Precios Justos, Andrés Eloy Méndez,  afirmó que el “Acuerdo Nacional para la Transición establece las pautas del plan subversivo”. Lo que permite inferir que para este teórico del oficialismo,  mejorar la calidad de vida de los venezolanos, abastecer los mercados, ofrecer seguridad, justicia y salud, garantizar los derechos humanos y el buen funcionamiento de los servicios público, resulta un acto subversivo.   Y a quien firme semejantes aspiraciones, lo meterán preso.
Con algo deben justificar los cien mil dólares que se gastaron en dos horas de show.

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