Monday, June 8, 2015

El narcotráfico gana la guerra económica

EN: Recibido por email. Publicado en Konzapata.com

Por Elizabeth Fuentes @fuenteseliz.-

De la exhaustiva investigación
oficial de la Policía Federal del Estado de Sao Paulo, que culminó con
la captura de los principales cabecillas brasileños, saldría más de un
capítulo lleno de dinero, traición y poder. Solo durante 2013 hubo al
menos un vuelo mensual a Venezuela para cargar cocaína o traspasarla
hacia Honduras y México, con la anuencia de funcionarios y militares
venezolanos comprados por la banda que operaba en Brasil. Pero al
presidente Maduro le preocupa más el asesinato de Robert Serra.

4 junio, 20154:00 pm Poderómetro

Por Elizabeth Fuentes.- Son 746 páginas llenas de detalles. Están los
PIN de los narcotraficantes, los mensajes que se enviaban para
asegurar cada operación. Grabaciones telefónicas, fotos de ellos
reunidos en bares o restaurantes, de sus aviones recién comprados, sus
autos de lujo, hasta las conversaciones sostenidas vía Skype, que se
suponía  muy difíciles de detectar. Lo que  se revela en el informe
oficial de la Policía Federal del Estado de Sao Paulo sobre la
investigación de una banda de  narcotraficantes  -que operaba desde
Brasil hasta Honduras y México, pasando por Venezuela,- daría pie para
muchos y jugosos buenos capítulos de una telenovela de acción y
riqueza con el socialismo del siglo XXI como paisaje de fondo. Allí
tendríamos  desde aviones cargados de cocaína que queman los narcos en
el estado Apure y salen corriendo y nadie los logra atrapar, hasta
traiciones de alto vuelo, como la del traficante brasileño Paulo
Flores, quien se robaba el soborno destinado a los funcionarios
venezolanos  y en venganza, los  venezolanos atraparon  un avión
cargado con más de una tonelada de droga para hacerse  respetar.

Tampoco  falta la preocupación de los capos de la droga por la
situación política en Venezuela, al extremo que se “pinean” sobre qué
va a pasar  con el nuevo presidente ( se refieren a Maduro). Y  el
otro le responde, de lo más poético, “dejarán el bosque quieto”. Ni
faltarían paisajes bucólicos, porque viven entre Paraguay, Colombia,
Venezuela, Honduras y México, como bien dice el informe: ” dada la
evidente dificultad en la investigación de las personas que no residen
en el país, pocos han sido identificados. Pero el vínculo asociativo
real entre traficantes brasileños y extranjeros residentes en el
extranjero se ha demostrado”.

Para ponerle sal al asunto, el informe también revela que los narcos
se pelearon entre sí porque descubrieron que uno de los jefes, Paulo
Flores, no le estaba dando a los funcionarios venezolanos el dinero
prometido por dejarles pasar la droga: ” Como ya se ha dicho, el grupo
hace pagos regulares a las autoridades venezolanas para que no haya
medidas contra aviones de transporte de drogas…. pero Ronald Roland y
Manoel Meleiro  (los otros capos de la pandilla) comenzaron a
sospechar que su entonces jefe, Paulo Flores, estaría afirmando haber
realizado el pago de sobornos a los operadores de radar o a los
militares venezolanos, y no lo habia hecho. Esta fue una de las
razones que llevaron a la posterior separación de Paulo Flores, por un
lado, y Ronald y Manoel por el otro”.

Y el informe publica los diálogos entre las joyitas sobre el tema,
donde Ronald y Manoel se quejan de Paulo Flores, hasta que finalmente
toman una decisión salomónica: deciden dividirse y, desde entonces
comenzaron a trabajar en dos grupos distintos que enviaban dos lotes
diferentes de droga, ambos utilizando a Venezuela como puente. ”
Permanecieron enviando aviones a Venezuela para el transporte de
cocaína, pero de manera autónoma”, dice el informe, de lo más elegante
que suena el asunto..

Claro, si uno lo lee de arriba a abajo, el informe se puede poner
aburrido porque ofrecen una lista de fechas y situaciones
pormenorizadas donde, mensualmente,  se enviaban aviones cargados de
cocaína a Venezuela, básicamente en el año 2013 y 2014, especificando
que  “los proveedores de cocaína son miembros de las FARC de Colombia.
La cocaína producida en Colombia se transporta por ellos, por tierra,
a la región de Apure, Venezuela, cerca de la frontera entre los dos
países. En Venezuela, los narcotraficantes tienen una mayor facilidad
en la adquisición de fincas y terrenos, pistas de aterrizaje de
construcción y llevan la droga en los aviones, ya que las autoridades
venezolanas son, a menudo,  fáciles de corromper”.

Se puede leer allí, mes tras mes, cómo se bate el cobre en Apure. Por
ejemplo:  “El 24 de junio de 2013, esta vez sin la ayuda de Ronald y
Manoel, Paulo Flores fue el responsable de enviar el avión King Air
B90 registro PR-PJC. El avión salió del hangar Resort Flores en Sinop
/ MT, voló a Venezuela, fue cargado  de cocaína y transportado a
Honduras. El vuelo fue un éxito. Las autoridades venezolanas, aún
asesoradas y avisadas por la Policía Federal de Brasil, no hicieron
nada porque habían recibido sobornos por no actuar.”.

Si esto tiene o no que ver con la destitución de la alcaldesa de
Guasdualito sería otra buena trama en esa novela. Y, como subtrama, el
presidente Maduro mortificado porque finalmente atraparon al autor
intelectual del asesinato  de Robert Serra

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