Wednesday, November 16, 2016

Caímos en la trampa

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ADOLFO R. TAYLHARDAT
En un artículo anterior que titulé “La doble trampa del diálogo” advertí que si participábamos o no participábamos en el diálogo con al régimen, igual caeríamos en una trampa.
Los resultados anunciados hasta ahora de los encuentros celebrados por la oposición con el oficialismo confirman que como inocentes pajaritos somos víctimas de una celada diseñada con toda su mala intención por el ilegítimo.
A pesar del rechazo generalizado de la disidencia a reunirse con representantes del régimen, para no dar la impresión de que estábamos desconociendo los llamados que hacían gobiernos amigos y la comunidad internacional en general para que aceptara participar en un diálogo con el oficialismo para propiciar una salida pacífica de la grave situación  que vive el país, finalmente la MUD aceptó incorporarse a esa pantomima empleando como justificación la presencia en la mesa de diálogo de un emisario del Papa Francisco, y  al mismo tiempo proclamando que la oposición no renunciaba al objetivo fundamental del referendo revocatorio a la libertad de los presos políticos y los demás planteamientos que serían condiciones indispensables para sentarse a dialogar con el oficialismo.
Como era de esperarse hemos sido objeto de una gran marrullería. Y lo más triste es que en ese proceso se han cedido posiciones que son sagradas e irrenunciables.
Veamos: para comenzar, el ilegítimo tiene el “tupé”, el descaro, el cinismo,  de exigir que  la cese "la campaña de odio, la violencia política y criminal con fines políticos", así como "la agresión contra nuestra economía", y subraya que los opositores "no lograrán acorralar" al Gobierno. También exige "cese al intervencionismo y respeto a la soberanía nacional" y "desistir de las pretensiones intervencionistas en menoscabo de la soberanía nacional en conjunción con centros imperiales de poder", así como respetar la "institucionalidad constitucional". "Cese al odio y a la violencia psicológica, racial, política y criminal y a las campañas de odio entre compatriotas venezolanos  y pide el "cese de las falsarias  campañas de desprestigio contra Venezuela", que según el ilegítimo "atentan contra la integridad, la independencia y la soberanía de Venezuela, mal colocando el gentilicio, la identidad venezolana y la integridad de nuestro país".
Esa fue “la carta de presentación” con la cual acudió el ilegítimo al diálogo. Esa filípica ha debido ser respondida de inmediato por la MUD presentando un inventario detallado de los numerosos ataques, insultos, diatribas, condimentadas incluso con malas palabras, que prácticamente a diario profiere el ilegítimo contra la oposición. Sobre el intervencionismo y la soberanía habría que pedirle cuentas sobre el régimen de coloniaje cubano al cual él y su predecesor sometieron a nuestro país. Sobre las “falsarias campañas de desprestigio” habría necesidad de responderle que son los medios de comunicación internacionales los que mantienen permanentemente informada a la comunidad internacional acerca de la grave crisis humanitaria, social, política, económica y moral que vive nuestro país.
En la “declaración conjunta que emitieron el gobierno y la oposición sobre los acuerdos alcanzado en los encuentros realizados se lee que convinieron “trabajar conjuntamente” para el nombramiento de dos nuevos rectores del CNE. En primer lugar no son dos,  sino tres los rectores salientes que hay que remplazar. En segundo lugar es atribución exclusiva de la Asamblea Nacional el nombramiento de los rectores. No se trata de un trabajo conjunto de gobierno y oposición sino de que la bancada oficialista de la  AN no interfiera en el proceso de designación de los rectores.
El representante del Vaticano en el diálogo, Monseñor Claudio María Celli,  informó que el Gobierno y la oposición asumieron “el compromiso de elaborar una ‘hoja de ruta’ para normalizar las funciones de los Poderes Públicos.
Con  todo respeto y con el perdón de Monseñor Celli esto me resulta absurdo.. No estamos en momentos de elaborar “hojas de ruta”. De lo que se trata es de que el ilegítimo cese de entorpecer, obstaculizar, impedir el normal funcionamiento de la Asamblea Nacional y se deje de estar inventando medidas para obstruir el trabajo de las gobernaciones y alcaldías ocupadas por figuras de la oposición.
Por su parte los participantes por la oposición en la “mesa de diálogo” emitieron una declaración anunciando al pueblo de Venezuela que “en la mesa convocada por el Vaticano y Unasur” habían logrado “construir los siguientes acuerdos: 1) Elecciones en Amazonas; 2)  respeto a la autonomía, constitucionalidad y atribuciones de la Asamblea Nacional; 3) elección por acuerdo de los nuevos miembros del CNE para tener un poder electoral neutral; 4) Liberaciones de presos en las próximas horas; 5)  importantes compromisos en materia económica y social por parte del Gobierno para permitir el ingreso al país de los alimentos y medicinas así como el compromiso del adelanto de políticas que permitan que los sectores público y privados acuerden mecanismos eficientes y transparentes para importar y distribuir mercancías e insumos.
Todo esto suena muy bien pero no deja de ser sumamente vago e impreciso. Es bien sabido que el régimen acostumbra valerse de esas imprecisiones para luego tergiversar los resultados e interpretarlos a su manera.
En todo caso nada dice ese comunicado acerca del tema central y principal que es referendo revocatorio. Este tema parece estar en un limbo que nadie entiende.
Como para que no quede duda de las intenciones del régimen, el domingo pasado el ilegítimo afirmó que en la Mesa de Diálogo no se está discutiendo una salida electoral como lo asegura la oposición. “Cojan mínimo les digo a aquellos sectores que quieren seguir insistiendo en procesos electorales imposibles para Venezuela”. Dijo que el PSUV se está preparando para las elecciones de gobernadores, alcaldes, y, en diciembre de 2018 las presidenciales. “Quiero ver el mapa rojo rojito como el de Estados Unidos”… “¡Que nadie se obsesione con procesos electorales que no están en la Constitución!”
Sin lugar a dudas el único obsesionado es él, que no escatima medios para impedir que la ciudadanía emplee  los recursos que le ofrece la Constitución para poner fin a este gobierno nefasto y altanero que se cree dueño y señor del país y que se mofa descaradamente de los legítimos derechos del pueblo. ¿De qué sirve,  entonces, continuar participando en una mesa de diálogo cuando uno de las partes ya cantó su posición?
Este domingo Voluntad Popular emitió un contundente documento sobre estos temas. Me declaro partidario de todo lo que dice esa importante Declaración.  Comparto plenamente el contenido y los alcances de ese comunicado y recomiendo su lectura a todos los venezolanos.

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