José Machillanda
Desentrampar la democracia es una responsabilidad de la ciudadanía, que es quien decide y tiene que hacer frente a la dictadura de Nicolás Maduro y al partido político en armas de Padrino López para acometer acciones previstas en la Constitución, como son la protesta, la resistencia civil y, de ser necesario, la rebelión ciudadana. El ambiente político real que vive el sistema político venezolano coloca a que la ciudadanía en el primer espacio del sistema reordene lo que no pudo hacer la tríada constituida por los 112 Diputados, la Asamblea Nacional y la MUD como consecuencia de su inconsistencia en el accionar político más el desconocimiento del ambiente político real, debido a sus luchas personales mezquinas por candidaturas que la barbarie de Nicolás Maduro trata de contener.
Desentrampar la democracia significa activar el sistema político desde el primer espacio para que el ciudadano que decide en democracia reemplace con su acción política a un grupo de operadores políticos que por ineptos o acobardados, no logaron el cambio político categórico solicitado por casi ocho millones de demócratas el 6D de 2015. Desentrampar la democracia significa que la masa societal es y será responsable como actor privilegiado ante la historia, para señalar que no tolera más el régimen del partido político en armas que instrumenta Padrino López para Maduro, asistido por una cúpula militar claudicante que no podrá imponer su dominación sobre el gen democrático de los venezolanos.
El gen democrático versus el proceso de dominación de la barbarie chavista es lo que muestra hoy el ambiente político real, donde se dibuja la incompetencia de los partidos políticos del siglo XX y los nuevos partidos del siglo XXI. El ciudadano activando su gen democrático, sin usar la violencia, pero empleando la protesta, la resistencia civil y la rebelión marcará un hito en la historia para el establecimiento de un nuevo orden social. Es entonces, desde el primer espacio del sistema político, en el cual una ciudadanía virtuosa convencida de los valores de la democracia, se enfrentará al grotesco militarismo y a la desgraciada militarización de la política y de la sociedad impuesta por un régimen autocrático y cobarde que se ancla en las bocas de fuego para consolidar una regresión política.
Regresión política inhumana y perversa que ha llegado a generar variaciones sociales cualitativas y cuantitativas, peligrosos desequilibrios sociales y económicos pero, sobre todo, una ausencia total de ética y ética política. Esta regresión política que hoy sufrimos muestra patologías psicológicas y sociales tales como la imposición de pasiones políticas, la invasión de un lenguaje grotesco y primitivo, la siembra del lenguaje del chavismo más el lenguaje escatológico y hasta la ofensa personal y social de quienes en posición de gobierno se atreven ofender al cuerpo social. ¿Quién reparará el proceso despoblacional, lo grandes niveles de hambre, pobreza y descuido en la salud de la sociedad venezolana?
El cuerpo social somos los ciudadanos del primer espacio del sistema político que, convencidos de la incapacidad de la tríada 112 Diputados-Asamblea Nacional-MUD, entiende su papel histórico como venezolanos y aceptó el reto de convertirse en poder ante la falta de responsabilidad y seriedad de quienes debieron hacerlo como operadores políticos. El cuerpo social como ciudadanía organizada accionará políticamemte para recuperar un nuevo equilibrio de participación política que agrupe a todos los demócratas, liderazgo social e instituciones comprometidas con la política para colocar en tiempo y espacio privilegiado a hombres y mujeres con cultura democrática y una nueva democracia.
Hombre y mujeres, jóvenes y adultos, que ya no soportan más el maltrato, el vejamen y la violación permanente y perversa de quienes han asaltado el poder, quienes maniobran y hacen maromas con soporte del cuerpo militarista, sin entender la magnitud de la ofensa que producen sobre el cuerpo social. En consecuencia, la mejor respuesta ha sido imposibilitar de un supuesto acompañamiento o diálogo maromero, en el cual se refleja la decisión ciudadana, además de coraje y convicción ética de los ciudadanos quienes desprecian al extremo al régimen militarista y al partido político en armas.
Hombres y mujeres son el cuerpo social lleno de energía política, consciente del momento histórico y dispuesto a revalorar el concepto de democracia. Democracia que se entiende como la restitución de la política por vía de un camino pacífico que construye, que participará un hecho electoral desentrampado, como lo está la sociedad en un ambiente político real explosivo que ronda… la explosión social. El cuerpo social de la Venezuela del siglo XXI tiene claro en su imaginario político que no se puede aceptar lo que se denomina el imaginario político real de un grupo de acomplejados marxistoides, que siguiendo las ideas de la década del 70, asumen la posición perversa de mancillar a la ciudadanía del cuerpo social venezolano.
Este cuerpo social frente al momento histórico ha decidido la vía excelsa del siglo XXI de la participación política contendiente para operar distante al simplismo del partidismo y cercano al compromiso ético, para lograr como grupo contener a los bárbaros que amedrentan, contienen y desvían a la mayoría democrática venezolana. El cuerpo social, es decir los ciudadanos que deciden, será capaz de desentrampar con su participación el ambiente político real mediante la protesta, la resistencia civil y la rebelión que conducirá inequívocamente a la reinstalación de la democracia y al establecimiento de un nuevo orden social.
Es original,
Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 31 de enero de 2017
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