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Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
Las actas
Bien por Petro. Sin actas no hay paraíso.
Sin embargo, hay que recordarle a Petro, y a Lula, que las actas sí existen y están a la disposición de quien quiera auditarlas: son las actas del CNE, genuinas, emitidas por las máquinas del “mejor sistema electoral del mundo” y que evidencian la victoria indiscutible de Edmundo González Urrutia.
Lo que nunca pasará es que Maduro les muestre actas que certifiquen su proclamación, pues no existen. No las hallarán, nunca las verán, lo único que se usó para validar el anuncio de Amoroso fue una servilleta y ésa debe haber quedado en algún cesto de basura la madrugada del 29-J.
El comando de Edmundo y María Corina publicó hace tiempo las actas. Una muestra de ellas fue examinada por universidades y especialistas en todo el mundo. También por el Centro Carter y el panel de expertos de la ONU. Maduro evade el asunto porque, de mostrar las actas del CNE, certificaría su derrota.
Por eso el enviado de Maduro a la ONU fue incapaz de articular un mensaje medianamente coherente, que respondiera a la petición que le han hecho los amigos del jefe. Gil balbuceó hilarantes acusaciones sobre planes terroristas y tal, es decir, nada nuevo. La montaña parió un ratón.
De manera que, dando por sentado que no habrá reconocimiento a Maduro (porque no habrá actas), la pregunta para Petro, y Lula, es: pero ajá, ¿y luego qué?
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