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Saludos,
Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
Fuegos en El Helicoide
No es un chiste, aunque lo parece.
Maduro decretó el inicio de la navidad, así, con un chasquido.
Y una de las instalaciones que más define su naturaleza, el Helicoide del oprobioso Sebin, con cientos de presos políticos en sus mazmorras, estalló en costosos fuegos artificiales en un país ahogado en la pobreza y la tortura que el humo de aquellos pretende disimular
Maduro impuso el inicio de la navidad, de la misma manera como se autodesignó “presidente reelecto” el 28 de julio de 2024. Con un chasquido y la servilleta de Amoroso.
El decreto forzado de las fiestas decembrinas en octubre, llega a una Venezuela sometida por unos granujas que mandan a poner bambalinas y luces en las calles del mismo modo que misiles y tanques en La Guaira.
¿La contradicción? Bien, gracias.
Suponemos que los países que recibieron la carta de Maduro, pidiéndoles una reunión de emergencia en la Celac por la “agresión imperialista”, deben haber lanzado carcajadas por la mamadera de gallo del dictador de Miraflores.
Los alistados en la Milicia, los ingenuos que asistieron a los “ejercicios”, los opositores que juegan posición adelantada y se desgañitan en consignas telegrafiadas por el médico psiquiatra… todos deben estarse preguntando como es que combinan las gaitas, la escarcha y las luces con los gritos fingidos de Maduro en nombre de una patria a la que tiene por guarida.
Entre tanto, la dura realidad del quiebre económico y social sigue cobrando vidas en la Venezuela reprimida de las grandes mayorías, mientras la enriquecida élite socialista se apropia de la renta petrolera y tiene quien le escriba en el New York Times.
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