En: http://www.lapatilla.com/site/2015/02/22/manuel-malaver-chavez-corrompio-a-podemos-antes-de-nacer/
Manuel Malaver
No es una referencia de política trivial que, Juan Carlos Monedero,
politólogo y sociólogo español con cátedra en la Universidad Complutense
de Madrid, y tercer hombre en la nomenclatura del partido populista,
PODEMOS, haya sido un conspicuo funcionario de la administración del
difunto presidente, Chávez, con rango que, por emolumentos y cercanía al
también llamado “Centauro de Sabaneta”, se podría equiparar al de un
ministro.
Eso, por lo menos, es lo que cuentan, no el expediente de servicios
del señor, Monedero, con constancia de su currículum, fecha de ingreso,
ocupación y resultados entregados a su empleador, sino los escandalosos
beneficios percibidos del estado venezolano que, en 12 años, del 2002 al
2014, alcanzaron la bicoca de 270.000 euros anuales, para un total de
3.240.000 euros ( casi 5.000.000 de dólares).
Las preguntas abruman: ¿Y cuáles eran esas asesorías, consultorías o
guías que prestaba Monedero a la revolución para ganar más que cualquier
ministro, gerente medio de la estatal PDVSA o general teorizante de la
“Guerra Asimétrica” que, para Chávez, manejaba la clave que culminaría
aplicándole una derrota terminal e irrecuperable al imperialismo
norteamericano?
Aclaremos un detalle si queremos colocar sin equívocos las piezas en
el tablero y saber en que jugada exacta se encuentra la partida:
Monedero no era un trabajador freelance, cuentapropista, o espontáneo
-como bien pudieron serlo Alan Woods, Ignacio Ramonet, o el Heinz
Dieterich de los primeros años-, sino miembro, con otros dirigentes de
PODEMOS (Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, Carolina Bescansa y Luís Alegre)
de una ONG, el “Centro de Estudios Políticos y Sociales”, que en el
mejor estilo de aquellas organismos, comisiones o agencias de la Tercera
Internacional, vino a prestarle “sus servicios” (un economista, un
jurista y un constitucionalista) a la recién instalada revolución.
Eso si, cobrando en buenos euros y mejores dólares (de 7000 a 7500
euros mensuales por asesor y sin contar dietas, viáticos, bonos y
traslados frecuentes a la madre patria), y ofrecer todo un abanico de
políticas fundacionales para barrer con la democracia, establecer el
autoritarismo, y que resultaron decisivas para hacer añicos el estado de
derecho, la independencia de los poderes, el pluralismo y la libertad
de expresión.
Eso en cuanto a lo político, porque en el ámbito económico, sin duda
que los chicos del CEPS dejaron huellas en la adopción del control de
cambio, las expropiaciones, invasiones y confiscaciones y en todo cuanto
contribuyó a la quiebra del aparato productivo interno, que unido al
actual colapso en los precios del petróleo, es la causa de que Venezuela
sea hoy un país con una economía en ruinas, sin alimentos ni medicinas
para su población, educación, salud y seguridad.
Igual no hay más televisoras, emisoras, ni periódicos independientes,
porque con el expediente de forzarlos a la quiebra negándoles
publicidad y dólares para comprar equipos y papel, han obligado a sus
dueños a venderlos para que solo difundan un mensaje, un pensamiento, un
partido y un caudillo.
Goebbelianismo que era imposible de imaginar en aquel trío de
profesores de la Complutense que, provisto de gafas, trajes de marca y
conversación de haut niveau, era habitué en los templos de la
gastronomía española que aun perdura en la bulliciosa avenida Solano de
Caracas ( el Casa Urrutia, La Huerta, El Caserío), y donde, entre
Buchanan eigteen, langosta de Los Roques y Albariño de temporada, las
tardes eran, sencillamente, intemporales.
No vivían lejos, pues, a pocas cuadras más al Este, entre las
urbanizaciones El Bosque y Country Club, estaban las exclusivas
“Residencias Country Suite”, donde los abnegados asesores podían subir a
sus apartamentos a pasar la prendida (el ratón que llaman los
venezolanos), bajar, muy entrada la noche, darse un “piscinazo” y entre
la tupida vegetación de bambúes, caobos, jabillos y samanes, comentar
los últimos e mail recibidos desde Miraflores, de manos del propio
Chávez en persona y ¿por qué no?, del mismísimo, Fidel Castro, quien no
les perdía pisadas.
Puede decirse, entonces, que fue en tal placidez, en tal atmósfera de
serpentina variopinta y sedosa, de esprit juguetón y lánguido donde se
le dio el empujón definitivo a “PODEMOS”, un movimiento que es una
réplica de sus congéneres latinoamericanos de Venezuela, Ecuador,
Bolivia y Nicaragua y cuya estrategia consiste en esperar las
dificultades que de manera natural pueden sacudir en cualquier
circunstancia a un sistema democrático, para envolverlo con la demagogia
más atroz, ganar adeptos y derrocarlo no con balas, sino con votos.
En el contexto, no hay dudas que el experimento del “comandante
eterno” fue modélico, y cómo contó con la suficiente dosis de egolatría,
delirio y petrodólares para exportarlo, pues tenía ahora a sus pies a
estos fogosos profesores de la Complutense, para lanzar su primera
ofensiva en tierras europeas.
Es una iniciativa que se les agradece, pues, entre tanto
solapamiento, trapisondas y cartas marcadas para perpetrar el
escandaloso robo que le birló al erario público nacional DOS BILLONES DE
DOLARES productos del ciclo alcista de los precios del crudo
(2004-2008), los muchachos de PODEMOS dejaron suficiente evidencia de
cómo fue esquilmada Venezuela y cómo la riqueza petrolera no fue
incautada, solo por los ladrones nacionales, sino también por los
internacionales.
Novatada que no cometieron Alan Wood, Ramonet, Dieterich y mucho
menos expertos como Lula, la Roussef, los esposos Kirchner, Evo Morales,
Daniel Ortega y los hermanos Castro, siempre amparándose en acuerdos y
negociaciones que transfirieron “legalmente” cientos de miles de
millones de dólares a las arcas de sus países, mientras “los líquidos”,
“los ilegales”, que generalmente siguieron la ruta del minFinanzas
venezolano, el HSBC y cuentas de los partidos hermanos, nunca se
registraron.
Pero que no excusa, ni esconde la comisión de un delito, como es
contribuir a la construcción del Reich castrochavista mediante el pago
de abultadas cantidades de dinero, mientras se planifica el arrase del
propio país.
Esta por verse, pero ya PODEMOS hizo su aparición triunfal en la
política española y europea al participar en las elecciones para la
Eurocámara del 25 de mayo del 2014, y alzarse con el 17, 6 por ciento de
los votos que le permitió elegir 15 diputados.
Desde entonces, no ha dejado de crecer, convirtiéndose en una
auténtica amenaza para el bipartidismo, y usando casi la mismas frases y
slogans que Chávez implementó a partir del 4 de febrero de 1992 para
desbancar a Acción Democrática y Copei, aunque no tan favorecido por una
crisis como la que redujo los horizontes españoles a raíz de la crisis
global del 2008 y los redujo a cero crecimiento, desempleo del 25 por
ciento y déficit fiscal de 6, 98 puntos del PIB.
Eso si, con una enorme desventaja: el chavismo fue originalmente un
movimiento político nacionalista, barnizado de raíces presuntamente
autóctonas y crecido en las dificultades que siempre acarrea ser
antisistema.
PODEMOS, al contrario, nace amamantado por la vaca lechera
venezolana, exprimida por un ordeñador tan eficiente, Hugo Chávez, que,
más allá de toda duda, la dejó exhausta.
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