Pastor Heydra. Sin Rodeos
Se van a cumplir 17 años exactos cuando, el 6 de diciembre de 1998, Venezuela fue
conmovida por el resonante triunfo electoral de Hugo Chávez quien obtuvo el
56,2% de los votos sobre su principal oponente Enrique Salas Rhomer, quien
logró un distante 39,87%.
Nacía una nueva ilusión, que se produjo entre muchas
otras cosas, por la agudización de los problemas económicos; el proceso de
decadencia del sistema democrático de partidos, el cual condujo a la
defenestración de CAP en mayo de 1993, producto de una conjura en la que
participaron sectores empresariales, dueños de medios de comunicación, figuras
formadoras de opinión, el Fiscal, un ex Presidente de la República y las
direcciones de los principales partidos, incluido AD, en el cual éste militaba.
Y el surgimiento de un nuevo liderazgo, distinto y distante de los que lo
antecedieron.
Chávez fue una esperanza, un sueño, una utopía que logró
aglutinar a los sectores populares creando un nuevo mapa político nacional, del
que surgirían nueva fuerzas, sin el peso social para desplazar a las antiguas
maquinarias, y menos aún a los vestigios de una sub-cultura forjada bajo la
horma del populismo y el clientelismo, a su vez asumidos como tales y en
mayores proporciones por el PSUV.
Chávez con su carisma supo conducir el país y mantener su
fuerza unida, bajo el esquema “ceresoliano” de Caudillo-Pueblo- Fuerzas
Armadas, la cual tuvo el gracioso añadido de los petrodólares que le proveyeron
de un descomunal poder económico, hasta su muerte en marzo de 2013.
Nunca segundas fueron buenas, reza el dicho popular. Es
así como lo sustituyó un equipo que no tenía ninguna de las gracias y los dones
del difunto, Y el cual, para colmos, no supo que hacer con la herencia
recibida, reduciendo su capital social y político al un punto tal que el país
vive una situación de desasosiego, desesperanza, desilusión, que ha llevado las
cosas a ubicarlas en dos polos políticos y tres polos partidistas. Si es
posible la digresión. El primero oposición y oficialismo. En los cuales domina
un factor básico: El descontento; dos, la polarización PSUV vs MUD, con la
particularidad que están bordeados de una mayoría, superior a su suma, que no
sabe por cuál de ellos votar o los rechaza a ambos.
Un tema que requiere un análisis particular, que ya algunos
lo han intentado.
El Nacional del 1 de octubre. Una Primera Plana demoledora
El Nacional del 1 de octubre abrió su primera página con
una noticia demoledora: El dólar se estaba cotizando a 822 Bs. Las medidas del
cierre de la frontera no habían tenido ningún efecto. La economía venía en
caída libre, y se esperaba que la divisa USA se ubicará en la barrera de los
1.000 Bs en diciembre.
Poco quedaba de aquella ilusión de hace 17 años. Ahora
las puertas del abismo estaban a la vista, pues la transferencia de ese precio
al mercado no solo es inmediata, sino igualmente letal para las desangradas
economías familiares.
El gobierno no puede con el país; la oposición tampoco,
por lo demás la salida no puede ser volver al pasado, y la nueva alternativa no
se otea. No hay puertas de diálogo, ni de entendimiento. Los caminos se cierran
¿Dónde quedaron los sueños?¿Perdimos la capacidad de tenerlos?¿Adónde vamos?
Es posible que las palabras del Presidente uruguayo
Tabaré Vásquez en la ONU sean premonitorias: “El mundo se parece a un
manicomio, administrado por sus propios pacientes”
pastorheydra24680@gmail.com @PastorHeydra
Que pasa Margarita
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