EDITORIAL EL
NACIONAL
No hay salario que
alcance
Al que diga que ha
escuchado al presidente Maduro hablar sobre los principales problemas que
aquejan al venezolano, hay que por lo menos tomarle la temperatura, porque debe
estar alucinando por la fiebre. Sin embargo, Maduro y su gabinete deben haber
pensado que no hay medida más electoral que repartir bozales de arepa. Se han
llenado la boca por más de 16 años diciéndole al mundo que han disminuido la
pobreza en el país, cuando lo que en realidad han hecho es diversificarla y
aumentarla, porque las arepas que reparten no bastan.
Y el que dude de que
los últimos aumentos son para comprar los votos que les hacen falta para
diciembre, que le eche un vistazo a lo que publicó El Nacional el viernes y se
dará cuenta de que la diferencia de sueldo entre un militar de alto rango y un
director de un hospital es abismal; ni hablar de los profesores universitarios,
que ya son los últimos de la cola. Por eso no es aventurado afirmar que durante
estos 16 años se ha diversificado la pobreza y pronto Venezuela será el país
con los pobres más instruidos del planeta. La pobreza extrema sigue estando
allí, lamentablemente esa empeora también.
Que un profesor
instructor a tiempo completo gane 22.562 bolívares mensuales no solo es
inhumano, hay que pensar ya que se trata de una política bien trazada para
ahorcar al grupo de venezolanos que tiene la tarea (o tendría, muchos no
aguantan y se van) de formar a los más jóvenes. No podemos hablar de
diferencias abismales de sueldo con respecto a quienes laboran en la
administración pública, porque el de más alto nivel apenas lo supera por poco
más de mil bolívares. Pero vamos a estar claros (y más ahora), la mayoría de
los que trabajan para el gobierno son producto del clientelismo exacerbado, con
sus contadas excepciones de profesionales que les prestan sus servicios a un
Estado hipertrofiado desde hace años.
Por eso no es
aventurada la afirmación. Los profesionales, como un médico especialista tipo
I, con un sueldo de 13.000 bolívares poco puede hacer para salir a flote en
esta realidad en la que la inflación campea y crece como la verdolaga. Si ya
los boliburgueses son conocidos como los nuevos ricos, estos serán conocidos
como los nuevos pobres, los que tienen que hacer maromas cada quincena para
darle de comer a sus hijos.
El único consuelo que
puede haber es ese, el de la instrucción y la educación que han recibido
durante toda su vida de carrera. Profesores, médicos, administradores, sociólogos,
ingenieros, arquitectos, y todos los egresados de la universidad, pueden
entender que no hace falta hacer largas colas para comprar pollo en Mercal
cuando pueden consumir proteínas de las caraotas. Otra cosa es que tampoco
haya.
Pero la pobreza ahora
se retrata en un título universitario. No puede caber la menor duda de que este
gobierno ha trastocado hasta el fondo la sociedad venezolana, cuando ya el
mérito no reside en prepararse para ser mejor y obtener un mayor nivel de vida.
Lo que paga es ser el más vivo y el más enchufado.
Vía El Nacional
Que pasa Margarita
No comments:
Post a Comment